sábado, 8 de noviembre de 2014

RABIA (1977)



“Rabid”

Dir.: David Cronenberg

Ciencia ficción / Terror

Canada.- 91 Min.

Eastmancolor.- Monoaural.

35 Mm.- Panavisión.

Música: Ivan Reitman

FX: Joe Blasco, Al Griswold y equipo.






Prod.: Canadian Film Development Corporation (CFDC), Cinema Entertainment Enterprises Ltd., Cinépix, Famous Players Film Company, The Dilbar Syndicate.

Intérpretes: Marilyn Chambers (Rose), Frank Moore (Hart Read), Joe Silver (Murray Cypher), Howard Ryshpan (Dr. Dan Keloid), Patricia Gage (Dr. Roxanne Keloid), Susan Roman (Mindy Kent), Roger Periard (Lloyd Walsh), Lynn Deragon (Nurse Louise), Terry Schonblun (Judy Glasberg), Victor Desy (Claude La Pointe), Julie Anna (Nurse Rita), Gary McKeehan (Smooth Eddie), Terence G. Ross (Farmer), Miguel Fernandes (Hombre babas del cine), Robert O`Ree (Sargento de Policía), Una Kay (Jackie), Louis Negin (Maxim)…

Rabia es el cuarto film de David Cronenberg. Retoma aspectos de la anterior “Vinieron de dentro de…” (1975) para introducir la que posteriormente sería una constante en todas sus historias: La transformación de la carne. Por lo menos hasta “Existenz” (1999). En sus últimos films se decanta por explorar los laberintos de la mente.

Si en “Shivers” la fiebre sexual depredadora es provocada por unos parásitos que se meten en el organismo humano, en su siguiente obra ya está presente la mutación que arrebata el control de la mente y del cuerpo de la persona afectada no así de su conciencia que trata de rebelarse contra la situación en los momentos de lucidez. 

Rose viaja de paquete en la poderosa máquina de su novio, una Norton Commando 850. Tienen la mala suerte de encontrarse en mitad de la carretera con una autocaravana que se ha quedado atravesada haciendo una maniobra de cambio de dirección. Consigue evitar el impacto directo pero Rose queda gravemente herida con la motocicleta sobre su abdomen.





A poca distancia hay una clínica privada especializada en cirugía plástica que rápidamente desplaza una unidad de emergencia al lugar del accidente para prestar ayuda.

El Dr. Keloid concluye que la situación de la chica es extremadamente complicada y se le ocurre como solución hacer un autotransplante de tejidos procesados mediante un tratamiento experimental que disminuye al mínimo el rechazo pero conlleva el riesgo de que el paciente desarrolle tumores.

Todo el proceso sale bien pero cuando Rose sale del coma parece que ha desarrollado intolerancia a cualquier tipo de alimentación sólida, intravenosa o por sonda.

Descubre con la involuntaria colaboración de otro paciente y a través de un irrefrenable impulso sexual que ahora su alimento es la sangre.





Algo ha cambiado en ella. Su nueva condición la horroriza pero al mismo tiempo la fascina y la embriaga de placer cada vez que comete una agresión para calmar su ansiedad.

Pero este intercambio hemoglobínico tiene efectos secundarios, las personas atacadas son contaminadas con un virus similar al de la rabia que les obliga a atacar a sus semejantes en busca de sangre caliente.



En pocas horas la epidemia empieza a extenderse y por todas partes aparecen enfermos rabiosos. El Gobierno decreta el estado de alarma.

Rabia es lo más cerca que ha estado Cronenberg de rodar una película de zombies (zombies antropófagos) pero el director siempre se aferra a la ciencia cuando se aproxima al cine fantástico. Sus infectados mueren a las pocas horas del contagio y ya no se levantan.

En este primerizo film del director canadiense se apuntan muchas ideas pero se concretan pocas. Hasta “Cromosoma 3” (1979) y sin haber visto “Fast Company” (1979), sus guiones distaban mucho de ser redondos y la realización tosca y telefílmica.

En “Rabia” hay un notable agujero en el guión, no se explica bien el proceso al que se somete el tejido de Rose ni porque desencadena el contagio. Los personajes son poco consistentes y deambulan como fantasmas de un sitio a otro por interminables carreteras y enormes automóviles.

No obstante es un film muy interesante. Tiene todas las inquietudes habituales de su director: las clínicas privadas, la nueva carne, la enfermedad como causa de autodestrucción, el amor y el sexo sadomasoquista, etc.

El tema de las hordas de enfermos enajenados dispuestos a atacar o hincar el diente al prójimo y de los pseudovampiros ya contaba con antecedentes: “La noche de los muertos vivientes” (1968) , “Los Crazies” (1973) y “Martin” (1976) de George A. Romero, “El Planeta De La Sangre” (1966), “Me bebo tu sangre” (1970), “Las Vampiras” (1971)… seguro que Cronenberg tomó ideas de alguno de estos films para crear a su Rose con su temible espina y a las manadas de ciudadanos enloquecidos por el virus.




Sorprendentemente hay numerosos detalles de humor negro, desde el principio con los ocupantes de la autocaravana, los residentes de la clínica que ven el accidente con vendas y tiritas, la escena del granjero que ve en una intrusa una ocasión para mojar la salchicha, la escena de Rose que en una de sus nocturnas excursiones buscando presas entra en un cine donde se proyectan films eróticos y un pobre tipo baboso se sienta a su lado creyendo que ha ligado….





No hay mucho que destacar en los protagonistas o secundarios. Hart pasa el tiempo en el taller con la moto escuchando música disco, los dueños de la clínica tratan de conseguir financiación evitando escándalos… tal vez el Sargento negro aporta algo de carisma.Tienen poca entidad y quedan muy detrás de la historia y sobre todo muy detrás de la maravillosa Marilyn Chambers.





Fue el autor de la música y productor ejecutivo Ivan Reitman quien sugirió contratar a la pornostar a sabiendas de que ella estaba buscando protagonizar algún film fuera del circuito X. Cronenber quería a Sissi Spaceck pero a los productores no les convencía el acento de Texas con deje centroeuropeo de la protagonista de “Malas Tierras” (1973). El éxito de “Carrie”(1976) fue un auténtico “Zass en toda la boca” para los que no confiaron en ella. El director se resarció dejando ver en una escena de “Rabia” un cartel de la película de De Palma.

Marilyn Chambers aunque de pequeña quería ser modelo, nunca hubiera ganado nigun concurso de belleza, con un rostro ancho, de frente despejada, nariz larga, boca grande de labios finos, pecho pequeño… pero con su metro setenta, melena rubia a lo Farrah Fawcett, ojos azules y enorme sonrisa es la perfecta portadora del aguijón sexual, con su atractivo salvaje capaz de seducir en pocos segundos a cualquier hombre, mujer, persona, animal o mineral, extraerle sangre y contagiarle el mal.

Con su físico musculoso, fuertes manos y brazos donde se marcan venas y tendones, yo no puedo ser objetivo con ella. Para mi sin duda la mejor y más osada actriz porno de todos los tiempos. Me quedé muy jodido cuando supe que había muerto con solo 56 años.

Lamentablemente su carrera en el cine comercial fue muy corta porque a las grandes productoras no les hacía gracia su pasado hardcore por la reacción que pudiera producir en los sectores mas conservadores del público americano. Me parece una gran hipocresía si tenemos en cuenta que son muchos los actores y actrices que firmaron sus primeros contratos entre las sábanas de algún ejecutivo de Hollywood o se dejaron filmar o fotografiar en situaciones poco decorosas como Jackie Chan, Marilyn Monroe, Kevin Costner, Barbra Streisand o Sylvester Stallone a quien por cierto en esas filmaciones no se le levantaba el ánimo ni con una espléndida mujer negra restregándole la almeja por la cara.

Pero siempre nos quedará la presencia de esta carismática actriz en este film que con el tiempo se convertiría en un clásico dentro de la filmografía del visionario cineasta de Ontario. Hay dos o tres escenas donde podemos admirar su físico portentoso. Me subyuga una en particular, estando ella tirada en el suelo del cuarto de baño sufriendo los dolores provocados por la convulsión interna. Vestida con una camiseta interior y unas braguitas como la Teniente Ripley en la nave auxiliar momentos antes de encontrarse con el huésped no invitado.




Lo bueno de tener el DVD es que puedes escuchar las voces originales. Estremece la conversación telefónica que mantiene Rose con Hart anunciándole lo que puede ser la solución final de su tormento, abandonándose dulce y dolorosamente a su destino.

Hay momentos gore moderados en la película y secuencias de terror aceptables.
Con todo, desde mi punto de vista lo más inquietante del film son dos escenas:

-Cuando va Hart por la noche circulando por una oscura calle en el impresionante Oldsmobile Vista Cruiser y un tipo rabioso salta sobre el capo y se le encara contra el parabrisas. De inmediato es abatido a tiros desde uno de los camiones que patrullan la ciudad con militares y personal sanitario. Al momento unos hombres con traje aislante retiran el cadáver y rocían las partes contaminadas del vehículo con un producto desinfectante. Cuando terminan la faena dan vía libre al conductor para que continúe su marcha. Una operación tan breve como dramática.





-La escena final. Una de las más tristes de la historia del cine. Si bien Cronenberg es especialista en cerrar sus películas con finales que te hunden la vida, ninguno tan demoledor y cruel como este.

Rabia es un film irregular pero muy interesante con pinceladas de genialidad que ya permitían vislumbrar la capacidad de su director para crear futuras obras maestras.


Notas:

- “Rabia” Obtuvo en Sitges los premios a mejor guión (Croneneberg) y mejores efectos especiales (Griswold).

- Marilyn Chambers curiosamente empezó en el cine mainstream interpretando un pequeño papel muy secundario en “La gatita y el búho” (1970) con Barbra Streisand. Ironías del destino, si la diva empezó desde lo más bajo para convertirse en una millonaria superestrella, camino similar pero a la inversa fue el de Chambers que debutó de forma casi invisible en el cine comercial para después protagonizar la más importante y mejor película hardcore de la historia: “Detrás de la puerta verde” (1972). Una película que recoge la supuesta leyenda urbana de la mujer que es secuestrada para ser drogada y violada ante un grupo de gente que ha pagado por contemplar la escena. En la adaptación de esta sórdida historia para el cine la protagonista no es forzada ni violada sino que consiente en una especie de trance hipnótico. La película es una joya, un delirio psicodélico realizada con derroche de ambición creativa por los hermanos Mitchell magistral e irrepetible cuya influencia llega hasta obras como “Bilbao” (1978) de Bigas Luna o “Eyes Wide Shut” (1999) de Kubrik. La interpretación de Marilyn Chambers es de un nivel de exigencia física y mental que no creo que ninguna otra mujer hubiera podido afrontar ese papel y salir indemne y con la cabeza alta.






























Calidad cinematográfica:  6


Psicotronia:  7


Gore:  5

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