domingo, 6 de septiembre de 2020

UN PAR DE SINVERGUENZAS / EL CABALLO QUE CANTA (1963)

 

Dir.:  Julián Soler

Comedia / Charro

Mexico.- 75 minutos.- Blanco y negro

Música: Dirección de Sergio Guerrero.- Canciones: Rubén Fuentes: "Por Tus Ojos"; Cuco Sánchez: "Los Caballos", "Anillo de Compromiso", "Yo Soy El Albur" and "Pantaleon"; Juan Zaizar: "Que Padre Es La Vida"; Dominio Público: "La Llorona”

Música producción: Rodríguez Klang Films

Maquillaje: Roman Juarez

 

Fotografía: Manuel Gómez Urquiza

Guión: José María Fernández Unsáin; Luis Manrique

Producción:  Jesús Sotomayor Martínez

Prod. Co.: Producciones Sotomayor

BETA VHS:

DVD:  Televisa Home Entertainment

Frase promocional: “Una comedia familiar, ingeniosa e inolvidable”.- “Una serie de aventuras en la mejor tradición cómica ranchera mexicana que mantiene un gran parecido con el famoso “Mister Ed” de los cincuenta estadounidense. Una comedia familiar, ingeniosa e inolvidable”

Calificacion moral: Todos los públicos

Intérpretes:  Luis Aguilar, Joaquín Cordero, Olivia Michel Agustín Isunza, Emilio Garibay, Caballo Pinto, José Dupeyron, Jesús Gómez Checa, José Chávez Trowe, Carlos León, Manuel Alvarado, José Luis Fernández, Armando Gutiérrez, Eleazar García Chelelo, Manuel Vergara Manver        

Allá por el año 2000 en la lista de canales que ofrecía la televisión por cable de ONO  aparecía una emisora internacional de Mexico. La programación era bastante marujil pero una noche a la semana emitían clásicos del cine charro y en seguida nos voolvimos adictos a estos polvorientos vodeviles rancheros. Uno de los que más nos impactaron fue “El caballo que canta”. Supongo que aquel día el costo y el cubata contribuyeron a magnificar nuestra impresión sobre las excelencias de esta comedia pero pasados los años hemos podido volver a verla para comprobar si realmente era tan buena y lo cierto es que aun estando ya carente del factor sorpresa no nos ha defraudado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Película

Abre la cinta con una presentación rimbombante tipo Broadway y deja paso a los créditos que aparecen superpuestos a una caricatura de la pareja protagonista. Con una simpática partitura tipo western aderezada con sonido de caballo caminando al paso.

Una tosca fotografía que pide remasterización a gritos nos muestra una escena surrealista realizada con efectividad. Un jinete al galope a través de una explanada huye de una comitiva que le persigue a caballo: una mujer vestida de novia, su padre, el cura cirio en mano y el juez. A destacar que todos los actores cabalgan con destreza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El fugitivo consigue despistarlos a través de una arboleda. Quiere escapar de un compromiso matrimonial que no puede cumplir y si le alcanzan se verá obligado a casarse en el mismo lugar donde sea detenido. A resguardo de los perseguidores se nos presentan a los protagonistas de esta historia.

Luis y el caballo Pinto son dos espíritus libres, no les gustan las ataduras pero en el fondo son unos románticos y ambos añoran la felicidad al lado de los amores que dejaron atrás en su pueblo de origen. El inconveniente es que tanto hombre como caballo son unos gañanes a cual más bocón, engatusador, mujeriego, chulesco, golfo e impresentable.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El film nos cuenta su andanza en tres actos. La huída y presentación, los intentos de buscarse la vida por los municipios de las proximidades y el camino de regreso a su comarca de procedencia.

El primer capítulo a modo de introducción ya lo hemos comentado. Se presentan los personajes y su curiosa relación a través de largas discusiones sobre la vida y las mujeres cual si fueran dos típicos amigotes de francachela.

El siguiente cuenta los intentos de la pareja para hacer fortuna utilizando para ello sus habilidades más destacables, es decir, la caradura y la desvergüenza. Aunque para los incautos lo que llama la atención de ellos es el cante. Así les llega una oferta en la que Luis fingirá que canta en la plaza del pueblo ante una fiesta nupcial. La voz que se escuche será la de Pinto. Pero la cosa se torcerá. Muy divertida la escena de la avispa. Bonito retrato de los festejos populares en las aldeas apartadas.

Después los protagonistas llegan a otro pueblo en fiestas. En la feria Luis muestra sus facultades cantoras a cambio de monedas pero los mordaces comentarios de Pinto provocan que el hombre se meta en una pelea. Destaca lo fácil que se enciende la mecha de la bronca en estas situaciones.

 
 

El tercer segmento narra la decisión de sentar la cabeza y regresar al pueblo. Antes vivirán el pasaje más charro de la película durante el encuentro con una banda de salteadores de caminos. La parodia se vuelve tragicomedia y está a punto de tomar tintes dramáticos.

Ya de regreso al pueblo Luis tiene que convencer a su pretendida de que su amor es ahora más fuerte que las ganas de aventura. El y Pinto tendrán que aceptar el reto de un galán rival de Luis y de su caballo Satanás que corteja a la querida yegua chorreada novia de Pinto.

En este tramo final destacan la belleza de la chica y los mordaces chascarrillos y antagonismos vecinales en una villa donde todo el mundo se conoce. La importancia de las suegras y la inquietante omnipresencia del alcohol como cosa cotidiana. Delirante la surrealista escena de la cogorza de Pinto

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 La banda sonora es muy interesante para quienes disfruten con este género musical. De entre todas las canciones me impactó especialmente la versión que hace Luis del mítico tema popular mexicano “La Llorona”

El protagonista humano

Giro: Se dice del gallo de pelea, de color oscuro y con las plumas del cuello y de las alas amarillas o, a veces, plateadas. Raza conseguida a base de cruces para obtener un competidor fiero.

Con este sobrenombre se conocía a Luis Aguilar después del éxito logrado con la película igualmente titulada “El galllo giro” (1948) en la que interpretaba a un tipo pendenciero que por amor lucha contra sus impulsos sociópatas.

Un apodo con el que a día de hoy todavía es añorado como orgullo del cine clásico mexicano, por su talento como actor, por su voz y por su porte y gallardía de auténtico charro.

No sé si las nuevas generaciones prestan atención a estos viejos géneros cinematográficos pero no es difícil encontrar en la web comentarios apasionados llenos de orgullo y devoción hacia Aguilar y sus antecesores y coetáneos  Dagoberto Rodríguez,  Jorge Negrete, Pedro Infante,  Pedro Armendáriz, Eulalio González “Piporro”, Miguel Aceves Mejía, Carlos López Moctezuma, Antonio Aguilar y otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luis Aguilar como buen acuariano pronto sintió confrontados su obsesión por el orden con la rebeldía y necesidad de aventura. Militar de carrera en su incipiente juventud se convirtió después en funcionario de hacienda agraria hasta que aburrido se fue a Sinaloa a pescar tiburones. En Mexico se casó dos veces y comenzó con 26 años su tardía relación con el cine.

Su carisma, donosura y talento natural para el canto sedujeron de inmediato a la cámara y al público. No necesitó mucha formación profesional pues los roles que interpretaba en la pantalla grande ya los había interpretado en su propia vida. Campechanía, orgullo regional y valores de raza.

Sufrió la pérdida de un hijo de su segunda mujer a causa de un disparo accidental cuando el joven estaba probándose un traje charro de Luis.

Aguilar falleció en la cama de un infarto a los 79 años.

Se da la curiosa circunstancia de que debido a la ambigüedad que desprendían sus actuaciones cuando compartía protagonismo con otros divos mexicanos en tramas donde se realzaba la amistad masculina, sus películas “A toda máquina” y “¿Qué te ha dado esa mujer?” son proyectadas hoy en día en festivales de cine gay. No ha trascendido similar consideración por su relación con el corcel Pinto en “Un par de sinvergüenzas”

“Un par de sinvergüenas / El caballo que canta” es diversión entrañable, antigua pero bien cabrona.














Notas:

Esta es una comedia blanca, traviesa, populachera y mordaz en su intención caricaturesca. Forman un subgénero propio estas historias en las que el protagonista tiene un subalterno, escudero, compañero, amigo fiel con el que comparte aventuras y que ejerce como contrapunto a los arreos del héroe aportando sensatez y notas de humor. Como Cisco Kid y Pancho, El Llanero Solitario y Toro, Batman y Robin o Don Quijote y Sancho Panza. Un tipo de relatos que actualmente se conocen como Buddy Movies pero que siempre han estado ahí. Podríamos incluir como precursores en la literatura y cinematografía modernas a Tom Sawyer y Huckelberry Finn.

Los casos en los que el colega del protagonista es un animal inteligente o humanizado nos podrían remitirá a las clásicas fábulas originarias de hace más de mil años de autores como Esopo adaptadas por La Fontaine, Iriarte u otros, relatos breves interpretados por animales que escenificaban conflictos morales de humanos con ánimo ejemplarizante. Más tarde el animal se emparejaría con los protagonistas de los cuentos. Lobos, halcones, lechuzas, gatos, perros… pudiendo ejercer varios roles: De conciencia como Pepito Grillo y Pinocho con su versión siglo XXI “A.I.” (2001). De tótem simbólico de la honorabilidad del héroe como el perro Rin Tin Tin, Ala Roja de Sam Wilson el Halcón, el delfín Flipper, el canguro Skippy, el Oso Ben, Zabú el tigre dientes de sable de Kazar, el Rey Ezequiel y la tigresa Shiva, el perro Diablo de The Phantom. De comparsa bufonesco como la mona Cheetah de Tarzan, el orangután Clyde, el extraterrestre Alf, el oso faltón Ted… un recurso también típico de los ventrílocuos. Y de los dibujos animados paródicos de las costumbres sociales desde Don Gato hasta tipos más sofisticados como Bojack Horseman.

Luis y Pinto llegaron trece años después de “Mi mula Francis” (1950) y cinco más tarde de la maravillosa serie de TV “Mr. Ed”. Obviamente el espíritu cínico y socarrón están ahí pero aderezados con la bravuconería charra y la idiosincrasia populachera mexicana.


 

Calidad cinematográfica:  6,75

Psicotronia:  8

Gore:  0

 

 

 

 

 

Filmografías:

(Filmografías de director e intérpretes principales en este enlace)

- El director Julian Soler nació un 17 de febrero de 1907 en Jiménez, Chihuahua, Mexico. Fue el hijo menor de la Dinastía Soler, familia de actores mexicanos compuesta por Julián, Domingo, Andrés, Fernando y Mercedes. Dirigió más de 80 filmes, actuó en más de 50 y escribió 16. Se le consideró como el primer galán del cine mexicano. Acuariano inquieto como el actor Luis Aguilar su filmografía como director abunda en comedia y en subgéneros psicotrónicos. Como intérprete su carrera se orientó más hacia el melodrama. Sus films como director:

Julian Soler como actor:

- Luis Aguilar, películas:

- El rival de Luis en “Un par de sinvergüenzas” es Joaquin Cordero, otro legendario gallo cantor. Nativo de Puebla de Zaragoza su familia se trasladó a Ciudad de Mexico donde el chico ingresó en el seminario para hacerse sacerdote, lo dejó para estudiar derecho durante tres años pero decidió que era demasiado guapo para ser abogado y se pasó a la interpretación. Brilló en cine de la década de los cincuenta y en los últimos años de su larga carrera participó en infinidad de seriales televisivos. Compartió cartel en la gran pantalla con las españolas Paquita la de Ronda y con la “Faraona” Lola Flores. Tras más de setenta años de carrera falleció a los 90 años de puro amor según cuentan sus allegados, siete meses después de perder a su esposa. Filmografía:

- La bella Olivia Michel esposa del guionista José María Fernández Unsáin, nació un 20 de marzo de 1941 en Colima (Mexico). Prolífica actriz coincidió en otros títulos con sus compañeros de “Un par de sinvergüenzas”. Considerada una estrella del cine clásico mexicano también escribió guiones para televisión y teatro en los años 80. Las últimas noticias sobre ella son que su hijo también guionista de televisión José María Fernández Michel "El Pirru" la internó en una residencia por problemas derivados de la avanzada edad de la actriz. Sus films: