martes, 24 de mayo de 2016

BONE TOMAHAWK (2015)


Dir.: S. Craig Zahler

USA / Reino Unido

Western / Terror / Gore

132 minuto.- Color

35 mm.- 2.35 : 1

Sonido: Dolby Digital

Música: Jeff Herriott, S. Craig Zahler

F.X.: Hugo Villasenor; Steve Constanza, Jodi Byrne, Martha Sanchez, Natalie Thimm, Tanner White, Kelsey Berk, Rachel Kooyman

Fotografía: Benji Bakshi

Guión: S. Craig Zahler

Presupuesto: 1.800.000 $

Producción: Jack Heller, Dallas Sonnier; Amanda Mortimer, Gregory Zuk, Joseph Gabay, Jonathan Feuer, Lotte Abrahams

Prod. Co.: Caliber Media Company; The Fyzz; Flexibon Films; The Joker Films; Realmbuilder Productions; 


Intérpretes: Kurt Russell (Sheriff Hunt); Patrick Wilson (Arthur); Matthew Fox (Brooder); Richard Jenkins (Chicory); Lili Simmons (Samantha); Evan Jonigkeit (Alguacil Nick); David Arquette (Purvis); Fred Melamed (Clarence); Sid Haig (Buddy); Maestro Harrell (Gizzard); James Tolkan (Pianista); Kathryn Morris (Lorna Hunt); Zahn McClarnon (Profesor); Michael Emery (Compañero pelirrojo); Jeremy Tardy (Buford); Michael Paré (Mr. Wallington ); Sean Young (Mrs. Porter); Jamison Newlander (Mayor); Erick Chavarria (Ramiro); Omar Leyva (Guapo); David Midthunder (Troglodita deforme); Raw Leiba (Craneo de lobo); Geno Segers (Colmillos de jabalí); Alex Meraz (Craneo de águila); Robert Allen Mukes (Centinela); Brandon Molale (Troglodita chato); Eddie Spears (Hacha serrada); Jay Tavare (Dientes afilados); Gray Wolf Herrara (Merodeador silencioso); Benjamin Woodruff (Joven troglodita); Mario Perez (Mexicano); Susie Castaneda (Troglodita preñada A); Marem Hassler (Troglodita preñada B); Ardeshir Radpour (Horse Thief)

Me resultaba sorprendente que en las últimas semanas la gente aficionada al cine se mostrara entusiasmada con el reciente estreno de una película del oeste. Más me extrañaba que en su mayoría no se tratara de gente aficionada al western sino de aficionados al fantástico y al terror. Ahora que la he visto entiendo por qué.

A la ciudad de Bright Hope llega un forastero sin hacer mucho ruido. El segundo ayudante Chicory que siempre intenta hacer bien su trabajo le comunica al Sheriff Hunt que el recién llegado tiene una actitud sospechosa. Hay un interrogatorio en la cantina que acaba con el rufián herido en una pierna. Como el Doctor está borracho tendrá que ser atendido por la Doctora Samantha, esposa del capataz de ganado Arthur O'Dwyer que reposa en cama con una pierna temporalmente inútil como consecuencia de un accidente. A la mañana siguiente un ciudadano descubre un asesinato y el robo de unos caballos en el establo. Además han sido secuestrados el primer ayudante del Sheriff, el convaleciente Purvis y la Doctora. Al examinar las pistas dejadas por los secuestradores las noticias no son buenas, podría tratarse de una tribu indígena muy peligrosa. No obstante Hunt, Dwyer y Chicory junto a un pistolero llamado Brooder organizan una expedición de rescate.









“Bone Tomahawk” (“Hacha de hueso” podría ser la traducción literal) es el primer film como director del músico de metal siniestro, guionista y novelista  S. Craig Zahler, nombre rimbombante acorde con la estima que siente por la literatura clásica pulp y de ciencia ficción en la que reconocidos autores suelen tener patronímicos para el recuerdo como H.G. Wells, Arthur C. Clarke, Clifford D. Simak, Orson Scott Card, James M. Cain, W. R. Burnett, Robert E. Howard, H. P. Lovecraft, Egar Allan Poe, Edgar Rice Burroughs…
Reconozco sin rubor que hasta la llegada de este film yo desconocía la existencia de esta persona. Ni siquiera me consta de que a fecha de hoy, mayo de 2016, sus trabajos literarios estén traducidos al español. Ahora sin embargo la cosa ha cambiado y hasta Ridley Scott que tiene un buen olfato para todo  lo que huele a dinero está decidido a adaptar próximamente su novela “Wraiths of The Broken Land”.

“Bone Tomahawk” es una de las mejores revisiones del western realizadas en el siglo XXI. Está claro que se hacen notar los caminos recorridos por el género en los últimos años y desde los primeros minutos el film golpea duro con la violencia característica del cine moderno. Esto puede predisponer a la decepción pero poco a poco el director nos va seduciendo con naturalidad, invitándonos a entrar en las vidas de los pobladores de una pequeña ciudad donde nadie se puede tirar un pedo sin que a los pocos minutos sea cuestión de dominio público porque todo el vecindario se conoce, se respeta y comparten el día a día durante toda su vida a lo largo de generaciones. La presencia de un forastero no pasa desapercibida a pesar de que se comporte con el sigilo propio del truhan acostumbrado a ocultar su rastro.

Los personajes se nos presentan al estilo clásico del mejor cine norteamericano, con trazos simples y directos que hacen que tengamos la impresión de que los conocemos desde siempre. Y esto vale tanto para los protagonistas como para el más circunstancial de los secundarios. El empleado negro de la cantina, el indio con traje, la mujer del alcalde (Sean Young!!!), los mexicanos que aparecen en el campamento…







En este aspecto se nota la mano de un escritor aunque no siempre el buen oficio literario se traduce en un buen guión o una buena dirección cinematográfica. En este caso sí. La inteligencia y la agudeza en cada diálogo muchas veces provoca ganas de aplaudir. Este es un aspecto que le debemos a Tarantino, el haber recuperado la importancia del texto para el cine de género.

Podemos contemplar está película en cuatro partes:

El prólogo puro pulp servido por David Arquette y el inconmensurable Sid Haig al que reconocemos detrás de una gran caracterización por sus ojos saltones y sus típicos gestos macarras de escupir o tocarse los huevos. Son tipos muy peligrosos pero lo que se esconde al otro lado de las rocas resulta mucho más amenazador.







La presentación de protagonistas y del conflicto. Maravilloso retrato de una humilde ciudad y de sus habitantes que se ve alterada por un asalto insospechado. El forastero Purvis no era consciente de que sus movimientos eran observados por Chicory, un abnegado segundo ayudante del Sheriff con un alto sentido de la responsabilidad y una devoción casi parental por su jefe y amigo. El problema es que no solamente el agente de la ley ha seguido sus pasos desde que llegó a Bright Hope. Aquellos de quienes creía haber escapado también siguieron obsesivamente sus huellas.

El viaje. Un sensacional Kurt Russell interpreta a la autoridad local y toma la decisión de compensar su error emprendiendo un viaje en busca de los secuestradores. El viaje realizado con un impecable pulso narrativo se convierte en un mágico relato de aventuras, una crónica del Far West crepuscular donde los personajes se muestran crudos, desnudos, en toda su grandeza y con toda su miseria. Hombres obcecados en llevar adelante una misión cada uno con su compromiso personal. Viven en un mundo salvaje y lo tienen asumido. Chicory es casi un anciano y poco más le queda al final de su existencia que sentirse útil y fiel a sus amigos hasta el final. Arthur es un rudo capataz que sabe que su mujer le da cien vueltas y no va a dudar un segundo en jugarse la vida para rescatarla porque aunque no sea capaz de mostrarse cariñoso con ella la quiere a muerte. Brooder es el personaje más ambiguo, un tipo chulesco, seguro de sí mismo, elegante, relamido y parco en palabras y gestos. Un individuo que es mejor tener como aliado aunque no está muy claro que se pueda confiar en él.







La confrontación final con el destino de unos y otros. “Nuestra única ventaja es que somos más listos” dijo el Sheriff Hunt antes de partir. Lamentablemente sus enemigos aunque primitivos no tienen nada de estúpidos. Es un desenlace abiertamente gore y realmente duro porque se enfrentan unas personas que aunque fuertes y curtidas son civilizadas con sentido de la moral contra salvajes que son como animales con inteligencia humana. Un rival mucho más temible que los indios o los salteadores de caminos y que además están en su terreno.

S. Craig Zahler se declara admirador de ”Grupo Salvaje” (1969) y ciertamente la sombra de Sam Peckimpah se cierne sobre unos personajes que asumen su condición hasta las últimas consecuencias aferrándose a la camaradería entre hombres hasta el final. En este mundo de hombres hay que destacar que el personaje de Samantha se gana su respeto y se convierte en un camarada más siendo el intelecto su arma más certera.







Los salvajes recuerdan al cazador alienígena del clásico moderno protagonizado por Scharzenneger “Depredador” (1987). Stan Winston, diseñador del “Yautja” tuvo que inspirarse en alguna tribu real como los Dogon, Asaro o los Yali para darle verosimilitud a su criatura como también habrá hecho Craig Zahler para crear a sus letales trogloditas. En Norteamérica se recogieron noticias de casos de canibalismo en algunas tribus indias allá por el siglo XVII y más hacia Alaska parece documentado que era algo más habitual en los paradójicamente más civilizados Iroqueses. Sobre estas historias de aislamiento en las montañas heladas podríamos mencionar la interesante “Ravenous” (1999).








“Bone Tomahawk” se aparta del mainstream y cambia el espectáculo por el humanismo de John Ford impregnando el conjunto de una feroz ironía desencantada al estilo de los mejores films de los Coen como pueda ser el caso de “No es País para viejos” (2007).

Pero hay un problema del que se resiente el conjunto: la realización. Aunque la puesta en escena es magnífica y los escenarios escogidos perfectos para cada momento el widescreen 2.35:1 está bastante desaprovechado. El paisaje no tiene amplitud ni relieve alguno y en algunas imágenes no se distinguen las caras de los personajes situados en segundo plano. Es una verdadera lástima porque está película tiene fotogramas que podrían ilustrar un libro de historia de los Estados Unidos como sucede por ejemplo con “Pat Garret and Billy The Kid” (1973) de Peckimpah, película que también parece haber dejado su impronta en Craig Zahler llegado el momento de ponerse detrás de una cámara. 







En descargo hay que tener en cuenta que para hacer esta película la producción ha manejado un presupuesto de 1.800.000 dólares, una cantidad discreta si lo comparamos con la española “Blackthorn” (2011) financiada con 4,500,000 o “El Renacido” (2015) con la disparatada cifra de 135.000.000.

“Bone Tomahawk” es lo más parecido a una obra maestra que nos ha deparado el western en los últimos años. Un film excepcional con el encanto de la serie B capaz de enfrentarse a cualquier superproducción y salir airosa. Su director debe mejorar pero está en el buen camino.


En esta imagen podría estar la solución para el dilema de Chicory sobre como bañarse y leer a la vez.











Calidad Cinematográfica:  8

Psicotronia:  7

Gore:  7













Notas:

- Los Asaro, conocidos como “hombres de barro” habitan en Goroka, Papúa, Nueva Guinea Aunque tienen más de mil años, fueron descubiertos hace solo 75 debido a su aislamiento dentro de un terreno montañoso. No se ha documentado que practicaran el canibalismo pero el aspecto de sus guerreros cuando salen de caza es similar al de los trogloditas del film.


- Los Yali pertenecían a la tribu de caníbales más feroces de Nueva Guinea. No tuvieron contacto con el mundo occidental hasta 1960-1970, cuando los misioneros empezaron a llegar a estas regiones remotas regiones. Los asentamientos Yali se localizan habitualmente en las crestas de las montañas, a unos 2.500-3.000 metros de altitud, para obtener ventaja en la defensa contra los enemigos. Construyen cabañas (honai) ovales de paja y madera. Los hombres, mujeres y niños duermen en cabañas diferentes. Practican la poligamia y llevan a cabo rituales para las ocasiones importantes de la vida, con el intercambio de regalos. Aunque actualmente los Yali se han modernizado, todavía sienten un fuerte apego a sus costumbres tradicionales, especialmente en cuanto a la escueta indumentaria masculina. A pesar del clima frío de montaña que soportan, solo se cubren con la calabaza.










- Tribu Dogon, Malí, oeste de África. Los hombres escalan los increíbles acantilados de Bandiagara con las cuerdas de corteza de baobab para así poder recolectar guano de murciélago o paloma, vendidos como fertilizante, así como artefactos de Telem, que después se venden a los coleccionistas de arte de occidente. Viven más de 400.000 en unos 700 pequeños poblados que se sitúan en una escarpa de 200 km. de largo.








Notas cinefílicas:

- El habitat salvaje y escarpado en el que se desenvuelven los feroces indígenas de “Bone Tomahawk” recuerda al de los caníbales de “Las Colinas Tienen Ojos” (1977)

- La cueva donde los protagonistas están presos es como la de “Eegah” (1962) aunque en un contexto notablemente más dramático.

- “Musical Canibal” (1993) es un film de Troma supuestamente basado en hechos reales ocurridos en Colorado en el siglo XIX muy interesante. Realizado por Trey Parker (South Park) eligió para su debut en la dirección de largometrajes una temática similar a la escogida por Craig Zahler pero en clave de comedia musical.

- Otros westerns atípicos que se aproximan al psicothriller o al terror y vale la pena conocer podrían ser “Cielo Amarillo” (1948) de William A. Wellman, “Chikara” (1977) de Earl E. Smith, “Clan Sangriento” (1990) de Charles Wilkinson o “El Guardian de los Muertos” (1993) de Michael Derek Bohusz.

domingo, 15 de mayo de 2016

LA RESIDENCIA (1969)


Dir.: Narciso Ibáñez Serrador

España.- Terror

99 minutos.- Eastmancolor

35 mm.(ampliado a 70 mm.)

2.35 : 1.- Franscope

Sonido: Monoaural

Música: Waldo de los Ríos

F.X.: Don Deacon; Wilfred Thompson; John Beaton

Fotografía: Manuel Berenguer; Godofredo Pacheco

Guión: Narciso Ibañez Serrador (Luis Peñafiel) sobre un relato de Juan Tebar

Producción: Arturo González;  José M. Maldonado

Prod. Co.: Anabel Films S.A.;  Regia Films



Intérpretes: Lilli Palmer (Sra. Fourneau); Cristina Galbó (Teresa); John Moulder-Brown (Luis); Maribel Martín (Isabelle); Mary Maude (Irene); Cándida Losada (Srta. Desprez); Pauline Challoner (Catalina); Tomás Blanco (Pedro Baldie); Víctor Israel (Brechard); Teresa Hurtado (Andrea); María José Valero (Elena); Conchita Paredes (Susana); Ana María Pol (Claudia); Mari Carmen Duque (Julia); Paloma Pagés (Cecilia); Sofía Casares (Margarita); Blanca Sendino (Cocinera); Clovis Dave (Enrique); Frank Braña; Gloria Blanco (Regina); Juana Azorín (Lucía); Elisa Méndez (María); María Elena Arpón (Alumna); Maria Gustafsson (Ingrid); Loreta Tovar (Alumna)


Siento un gran respeto por Narciso Ibañez Serrador, alguien que durante muchos años dignificó la televisión produciendo y dirigiendo espacios de entretenimiento de calidad, nada que ver con la inmundicia que inunda actualmente la oferta de la caja idiota. Es curioso que habiendo cada vez más canales disponibles en vez de competir por la excelencia consiguen que en determinadas franjas horarias no haya absolutamente nada de interés para ver.
También lo hizo todo en teatro y en radio. Lógicamente no iba a dejar de intentarlo en el terreno que más amaba, el cine.

A un suntuoso internado sito en los altos de La Provenza alpina llega un carruaje. En el  viajan el Señor Pedro Baldie y la joven Teresa. Vienen desde Aviñón para solicitar la admisión de la chica en la residencia. La Señora Fourneau, directora, acepta y Teresa enseguida se integra en el día a día del lugar.

La disciplina es severa pero hay buena camaradería entre las chicas. A pesar de todo en los últimos meses se han fugado tres internas. La recién llegada va descubriendo un tenso clima de represión que se hace difícilmente soportable. Algunas chicas buscan maneras de sobrellevarlo y una oscura presencia intenta aprovecharse de ello. Algo terrible está ocurriendo y Teresa tal vez no sea lo bastante fuerte como para afrontarlo.

“La Residencia” fue un proyecto bastante osado para su época. Rodado en inglés con vistas a la exportación y con un presupuesto importante de 22 millones de pesetas pudo contar con un cierto apoyo institucional que se tradujo en libertad de promoción y una leve relajación en las exigencias de la censura. El régimen apostó por el éxito internacional que a todas luces iba a conseguir la película y Chicho apenas tuvo que suprimir un par de escenas tontorronas. Se pretendía hacer ver en el extranjero que la España de Franco no era tan rancia como denunciaban los contubernios de izquierda y al fin y al cabo una película de miedo no tenía el veneno subversivo que podían impregnar las de Buñuel, por ejemplo. No les faltaba razón pues el éxito internacional fue apabullante llegando a recaudar solo en las taquillas españolas 105 millones de pesetas. El fantaterror español había comenzado una trayectoria respetada e influyente. Farisaicamente la crítica oficial vapuleo el film de forma inmisericorde.

Chicho tiró de sus referentes cinematográficos para dar forma a su película. Claramente el comienzo remite a “Suspense” de Jack Clayton aunque no es la Institutriz quien se entrevista con el padre de la criatura sino el tutor (¿?) de Teresa quien viaja hasta la residencia para dejar a la chica a cargo de Madame Fourneau. En ambos casos hay una ambigüedad subliminal en la relación entre los niños y quienes los dejan en manos de las educadoras. Significativos los billetes que entrega el Señor Baldie. Si pensáramos mal podríamos concluir que Teresa es su propia hija no deseada y el pago de cuotas le garantiza discreción.









El estilo unido a la influencia que el director pudiera haber reciclado del genero realizado en Italia con Mario Bava como estandarte o del gótico de Roger Corman en sus adaptaciones de Poe, es claramente Hammer. El clasicismo, el color, el erotismo y la sangre eran marca de estilo en la productora británica.

En “La Residencia” está presente el fantasma del edípico majara de “Psicosis” (1960) y la mano revolucionaria de Hitchcock en recursos como el cambio en el protagonismo del film o la dosificación de los asesinatos notablemente creativos.

No es casual la presencia de Lilli Palmer en el papel protagonista, esta actriz ya co-protagonizó una película alemana de características similares “Corrupción en el Internado” (1958) de Géza Von Radványi, remake de “Muchachas de Uniforme” (1931) de Leontine Sagan, aproximaciones al amor lésbico. Más cercana en el tiempo a “La Residencia” estaría “La Calumnia” (1961) dirigida por William Wyler. Tres películas de peso y calidad sobre relaciones complicadas en colegios de señoritas.

Pero la esponja que era Ibañez Serrador le permitía salpimentar el conjunto con matices heredados de la cultura latinoamericana que vivió en su infancia. Aplicar la psicotronia asimilada en esos años en sus propuestas para la Television Española había funcionado y ese toque de humor surrealista también se deja entrever en su obra cinematográfica. Tal vez podríamos apuntar como ejemplo el musical picantón “Dormitorio (“Internado” por cortesía de la censura) para señoritas” (1960) de Fernando Cortés, remake de “Internado para señoritas” (1943) de Gilberto Martínez Solares en la que Cortés era actor principal.  Muy de estos ambientes ñoños o de “Mujercitas” (1949) podría ser también la escena en que Teresa muestra su ropa a las compañeras.

Y que decir de un antecedente tan directo como “Hasta el viento tiene miedo” (1968) de Carlos Enrique Taboada aunque en nuestra residencia no hay fantasmas. Si los habrán en “El Espinazo del Diablo” (2001) o en “Los Otros” (2001).









Entrar en “La Residencia” es cambiar de siglo. La ambientación, el vestuario, la iluminación, todo nos transporta al gótico asfixiante de “Rebeca” (1940) (Hitch again) o “Jane Eyre” (1943). Cada detalle está minuciosamente estudiados. La habitación de Luis sería buen ejemplo de ello.

El hijo de Madame Fourneau es un personaje muy trabajado. Es el máximo exponente de las consecuencias a las que lleva la represión del deseo, uno de los temas subyacentes en todo el film. Le vemos leyendo un libro sobre la postura de los católicos franceses frente a las propuestas luteranas y entre sus páginas aplasta una hormiga que ha sacado de un hormiguero. Las hormigas para los surrealistas son muerte y deseo sexual. Chicho no podía dejar pasar una referencia a autores tan importantes como Buñuel o Dalí y la metáfora se entenderá al final.







Si “La Residencia” es el despegue internacional del terror made in Spain no es la primera obra destacable en el género, previamente tuvieron repercusión films como “Gritos en la Noche” (1961) de Jesus Franco, “El Sonido de la Muerte” (1965) de Jose Antonio Nieves Conde, “El Coleccionista de Cadaveres” (1967) de Santos Alcocer, “Malenka” (1968) de Amando de Ossorio y “La Marca del Hombre Lobo” (1968) de Enrique Eguiluz. Pero lo que hace diferente el film de Ibañez Serrador es su inquietud por hacer un buen trabajo que trascendiera más allá de una buena puesta en escena así podemos encontrar lecturas bastante atrevidas y al límite de lo permisible para la época y para los estamentos oficiales que tenían que dar el visto bueno.

Momentos destacables:

- Nuestra primera visita al interior de la mansión, a la clase donde Madame Fourneau está dando el dictado y el recorrido por el lugar junto a Don Pedro y Teresa. La imagen en 70 mm y los elegantes movimientos de cámara proporcionan un apabullante aire de grandeza a las estancias. Habría sido todo un lujo poder ver esta película en pantalla grande.

- Al igual que en “Suspense” tenemos un jardinero siniestro que gusta de acercar su rostro a las ventanas desde el exterior aunque hay sutiles diferencias entre Victor Israel y Peter Wyngarde.

- Son de una terrible crueldad las escenas en las que vemos como Catalina es azotada. Paralelamente vemos al resto de las chicas rezando solemnemente antes de ir a dormir. El amparo del Señor al que apelan parece que no se alcanza para su compañera fustigada con insano deleite por Irene. Son escenas propias de un film WIP. Jesus Franco no tenía la exclusiva de los latigazos.






- A continuación del despliegue de sadismo, Madame Fourneau se muestra como una madre sobreprotectora con su hijo Luis. Casi castradora.

- Menudo escotazo el de Susana, Conchita Paredes.






-Teresa Hurtado de las Hermanas Hurtado, deliciosamente repelente.

- Los asesinatos creativos, muy característicos del giallo.

- Las inclinaciones lésbicas de Irene que se aprovecha de su autoridad para insinuarse a las otras chicas.






- ¡Escena de ducha! No nos hagamos ilusiones, las internas se meten bajo el chorro… en camisón.






- Otro montaje paralelo, mientras las chicas están en clase de costura Susana se está beneficiando en el pajar al mozo Enrique. La inquietud de las que saben lo que está pasando es de febril excitación que culmina con una gota de sangre en el dedo de una chica que se pincha con la aguja. Desborde de bajas pasiones contenidas en una comunidad cerrada.

- El escondite de Irene y sus subalternas, decorado con láminas de mujeres desnudas, como un taller mecánico pero a lo fino. El significado es evidente.

- El impactante final.

“La Residencia” es una clara muestra de lo importante que llegó a ser el fantaterror español. Denostado dentro de nuestras fronteras por quienes no soportan que alguien se desmarque del chiringuito de la subvención y de los trillados territorios temáticos comunes ha dejado su impronta en Europa y en cinematografías tan lejanas como Hong Kong y Japon. Me pregunto ¿Es mejor “Los Otros” que “La Residencia”?

El único pero que yo le pongo a esta película es que se hace larga. Llega un momento en que tanto ir y venir por los pasillos oscuros a la luz de las velas o del quinqué resulta cansino y hace que los párpados del espectador empiecen a pesar. Esto es consecuencia de que esta película era en origen un relato corto estirado hasta darle duración de largometraje. Chicho fué muy bueno realizando historias de duración media como su obra maestra “El Televisor” (1974) pero no llegó a dominar el tiempo de los 99 minutos que dura “La Residencia”. Este defecto es apreciable también en su segundo y último film “Quien Puede Matar a un Niño” (1976).







“La Residencia” es un meritorio film de terror con bastantes aspectos de interés como para disfrutarlo con cada revisión.

Notas:

- La mansión escenario de la película es el Palacio de Sobrellano de Comillas, Cantabria.

- De entre todas las chicas destaca por su aspecto una secundaria rubia que les saca medio metro. Es Maria Gustafsson, supermujer sueca que después sería azafata en el “Un, dos, tres…” Se amancebó en 1971 con el director Miguel LLuch y a su lado desarrolló una notable carrera como escritora de novelas y programas de TV.

- Loreta Tovar tuvo una notable carrera de actriz participando en films de culto como “Leonor” (1975), “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973), “Las Violentas” (1974), “Ceremonia sangrienta” (1973) y producciones exitosas de los 80 como “Yo hice a Roque III” (1980)

- María Elena Arpón trabajó co Ossorio en “La Noche del Teror Ciego” (1972), en el clásico de Javier Aguirre “El Jorobado de La Morgue” (1973) y en comedias como “Uno, dos, tres... dispara otra vez” (1973) ¿Qué pensaría Chicho de esta última?

- Sofía Casares aparece en el popular monográfico televisivo de Ibañez Serrador “Historia de la Frivolidad” (1967) y después en “El Jorobado de La Morgue” o “Una Gota de Sangre para Morir Amando” (1973) de Eloy De La Iglesia.

- Conchita Paredes venía de trabajar con Pedro Lazaga en “Las Secretarias” (1969). “La Residencia” fue su última película y no hay más información disponible sobre esta hermosa mujer. Un misterio a resolver.

- La petulante Andrea era Teresa Hurtado. Pasaría a formar parte del grupo de “Tacañonas” que junto a sus dos hermanas puteaban a los concursantes en el “Un, dos, tres…” Formaron un trío televisivo bastante popular.  Ahora está un poco delicada de salud. Para la historia queda la sesión fotográfica que compartieron ella y su gemela Fernanda con los Beatles durante su estancia en España. De niño tuve un sueño erótico con ella o con Fernanda. No recuerdo que me dijera su nombre y como son tan parecidas…

- Pauline Challenor hizo de la vapuleada Catalina. Aparece en “El Último Viaje” (1974) de José Antonio de la Loma y “Tocata y Fuga de Lolita” (1974) de Antonio Drove. Otra actriz de la que no hay más noticias después de 1974.

- Candida Losada trabaja con Buñuel en “Tristana” (1970), “La Duda” (1972), “Los Pajaros de Badén Baden” (1975), “No Mataras” (1975), “Extramuros” (1985) o “Sin un Adios” (1970) con el cantante Raphael. Aparte de innumerables apariciones en series de TV como “El Quinto Jinete”

- Mary Maude interpreta a Irene, uno de los personajes mas interesantes y después no le faltó trabajo en films como “La Prueba del Terror” (1971), “Man at the Top” (1973), “La Muerte Incierta” (1973) o “Scorpio” (1973)

- Maribel Martin continúa su carrera en muchas películas notables como “La Cera Virgen” (1972), “La Novia Ensangrentada” (1972), “No Encontré Rosas Para mi Madre” (1973), “La Campana del Infierno” (1973), “Últimas Tardes con Teresa” (1984), Los Santos Inocentes” (1984) o en la magistral obra de Villaronga “El Niño de la Luna” (1989) en la que seguro que recordó sus días en “La Residencia”.

- Cristina Galbo apuesta por el terror en “No Profanar el Sueño de los Muertos” (1974), “¿Qué Habéis Hecho con Solange?” (1972), “L'assassino è Costretto ad Uccidere Ancora” (1975) y la psicotronia caliente con “Carcel de Mujeres” (1974), “Las Adolescentes” (1975), “Olvida los Tambores” (1975) con Maribel Martin, “La Corea” (1976) o “El Ultimo Guateque” (1978) como protagonista principal.


- Lilli Palmer es actriz de dilatada carrera internacional. Aparte de la ya mencionada “Corrupción en el Internado” habría que mencionar como de interés alternativo “Juegos Satánicos” (1967), “Sebastian” (1968), “Antes Amar... Después Matar” (1969), “De Sade” (1969), “Asesinatos en la Calle Morgue” (1971), “Diabólica malicia” (1972) o (Lotte in Weimar) (1975). Y “Al Otro Lado del Viento” (1972) el inacabado film de Orson Welles.









Calidad Cinematográfica:  7

Psicotronia:  7

Gore:  4

lunes, 9 de mayo de 2016

EL INTERNADO (2004)


“Saint Ange”

Dir.: Pascal Laugier

Francia.- 98 min.- Color.

Terror / Fantasmas

35 mm.- 2.35 : 1

Sonido: Dolby Digital

Música: Joseph LoDuca

F.X.: Daniel Parvulesku, Ionel Popa.

Fotografía: Pablo Rosso

Guión: Pascal Laugier


Producción: Christophe Gans, Richard Grandpierre, Vlad Paunescu, Stephane Sperry.

Prod. Co.: Castel Film Romania, Eskwad, France 3 Cinéma, H Factory


Intérpretes: Virginie Ledoyen (Anna Jurin); Lou Doillon (Judith); Catriona MacColl (Francard); Dorina Lazar (Ilinca); Virginie Darmon (Mathilde); Jérôme Soufflet (Daniel); Marie Herry (Marie); Eric Prat (Servicios Sociales); Marin Chouquet (Alex); Christophe Lemaire (Empleado Servicios sociales); Louis Thevenon (Empleado de mudanza); Franck Vestiel (Hombre de Negro)


Cuando nos disponemos a ver una película de fantasmas cuya acción discurre en una mansión o antiguo edificio que alberga pacientes, huerfanitos o turistas que tienen que convivir con presencias misteriosas nos vienen a la memoria enseguida Suspense (1961) o El Resplandor (1980). Podemos acordarnos de clásicos modernos como “El Espinazo del Diablo” (2001) “Los Otros” (2001) o de otros films menores como “La residencia” (1969) y “Frágiles” (2005).

En este género de terror es importante saber crear una buena atmósfera y manejar bien el suspense. El francés Pascal Laugier se ha embarcado en este terreno en su primera experiencia como director de largometrajes y el resultado es irregular.

Alpes franceses, 1958, a la residencia Saint Ange llega Anna, una chica que llega contratada para realizar tareas de limpieza y mantenimiento hasta que se produzca el desalojo definitivo de las instalaciones.

El lugar era una especie de internado católico que acogía niños huérfanos y a otros “especiales” desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Se cierra por que la situación de abandono y deterioro ha provocado la muerte accidental de uno de los internos.

Anna pronto empieza a sentir presencias entre las sombras de los largos y sombríos pasillos y descubre unos ficheros donde aparece el registro de muchos niños de los que no se sabe nada.
Helenka se desentiende del asunto y la última residente, Judith, una chica perturbada confiesa a Anna algunos secretos de Saint Ange. Las dos jóvenes entablan amistad y buscan respuestas.

“El Internado” es un film fallido en el aspecto de que parece abarcar muchas ideas que no acaban de desarrollarse provocando confusión en el espectador que ve como avanza el metraje y no obtiene respuestas a las incógnitas que se van planteando. Se nos deja entrever que se hacían prácticas extrañas con niños pero la ambigüedad de las explicaciones que se nos dan lo deja todo en un limbo entre lo real y lo imaginado.






Obviando el meollo de la cuestión lo cierto es que no hay mucho más que rascar. Nos gustaría saber más acerca de las autoridades públicas o privadas que dirigen el internado o de las vicisitudes que ha vivido Anna hasta llegar a su actual situación. Todo queda en desdibujados apuntes.

Estas cuestiones no tendrían especial relevancia si no fuera porque Pascal Laugier ha pretendido hacer un film de cierto empaque. Esta no es una producción de serie Z, es un film elegante y grandilocuente, con una bella fotografía y una banda sonora exquisita. La puesta en escena está muy cuidada y el escenario es el apropiado. Por tanto cabe exigir mejores resultados.

El peso del film recae principalmente sobre las cuatro personajes. Anna y Judith son las protagonistas. Cumplen bastante bien con sus personajes.

Virginie Ledoyen es mujer de belleza serena pero que se comporta con carácter. No es esta una película en la que pueda lucir sus dotes como actriz porque en cuestión de diálogos está muy justa. Espectacular su desnudo en la ducha. Parece que están de moda otra vez las mujeres con pecho pequeño. Lo importante es que muestren talento, carisma y buen hacer.






Lou Doillon es ni más ni menos que la hija de Jane Birkin y su presencia es casi más poderosa que la de Virginie Ledoyen. Artista polifacética de rasgos exóticos e irresistibles que resuelve con buena nota el complicado rol de Judith.

Laugier como todos los nuevos realizadores de cine de género ha mamado el terror ochentero y por eso supongo que la presencia de Catriona MacColl (Katherine MacColl), la musa de Lucio Fulci tiene mucho que ver con esta influencia. Nos hubiera gustado que tuviera un poco más de protagonismo porque su personaje de Francard aunque tiene mucho potencial está poco aprovechado.







Dorina Lazar es una veterana actriz secundaria que cumple bien como la ruda cocinera Helenka que se resiste a admitir que en el internado ocurran hechos inexplicables. Su presencia en el reparto probablemente fuese sugerida por la parte rumana de la co-producción.

La película se va dejando ver agradablemente dentro de los parámetros habituales del género y poco más. Tienen que pasar más de 50 minutos hasta que el director se quita el corsé y empieza a mostrar su personalidad.  A partir de las secuencias nocturnas en el bosque podemos reconocer las inquietudes que después desarrollaría en “Martyrs” (2008), la rebeldía y la lucha de víctimas inocentes contra un enemigo invisible en un entorno descarnado, claustrofóbico y aséptico, apelando a terrores del subconsciente y llevando la tensión hasta el límite con espeluznante eficacia. Se aproxima a los climas terroríficos propios del moderno cine de fantasmas japonés como por ejemplo “Dark Water” (2002).









Destacan:

- La belleza de las dos protagonistas.

- Los aspectos técnicos de la película, muy cuidados. La iluminación en las escenas del entierro de los gatitos es sobrecogedora.

- La desoladora sensación que transmiten las salas abandonadas del edificio, los baños, los dormitorios etc.

- Toda la parte final, lo mejor de la película, cuando Judith y Virginie deciden pasar a través del espejo.

- La calculada ambigüedad para que no estemos seguros de nada de lo que ocurre. El espíritu de la obra maestra de Jack Clayton está presente. Salvando las distancias claro está. El caso de la obra que nos ocupa se aproximaría más a los surrealismos somáticos nipones de la serie “Evil Dead Trap” (1988)








“El Internado” es un film correcto que va de menos a más. Para ser la primera película de su director no está nada mal.










Calidad Cinematografica:  6´5

Gore:  5

Psicotronia:  7

sábado, 7 de mayo de 2016

LA CASA DE LOS 1000 CADAVERES (2003)


“House of 1000 Corpses”

Dir.: Rob Zombie

USA.-Terror.- Color

85 / 105 Minutos

Imagen: 1.85 : 1.- 35 mm.

Sonido: Dolby Digital

Música: Scott Humphrey; Rob Zombie

F.X.: Wayne Toth; Michael Deak, John Fontana, Gil Romero, Shawn Ronzio y un amplio equipo técnico



Fotografía: Alex Poppas, Tom Richmond

Guión: Rob Zombie

Producción: Andy Gould, Joel Hatch, Robert K. Lambert, Danielle Shilling Lovett

Prod. Co.: Spectacle Entertainment Group, Universal Pictures


Interpretes:
Sid Haig (Capitán Spaulding); William Bassett (Sheriff Frank Huston); Karen Black (Mother Firefly); Erin Daniels (Denise Willis); Joe Dobbs III (Gerry Ober); Judith Drake (Skunk Ape Wife); Dennis Fimple (Grampa Hugo); Gregg Gibbs (Dr. Wolfenstein); Walton Goggins (Steve Naish); Chris Hardwick    (Jerry Goldsmith); Ken Johnson (Skunk Ape Husband); Jennifer Jostyn (Mary Knowles); Irwin Keyes (Ravelli); Matthew McGrory (Tiny); Jake McKinnon (The Professor); Sheri Moon Zombie (Baby); Bill Moseley (Otis); Irvin Mosley Jr. (Lewis Dover); Robert Allen Mukes (Rufus); Walter Phelan (Dr. Satan); Michael J. Pollard (Stucky); David Reynolds (Richard Wick); Tom Towles (George Wydell); Rainn Wilson (Bill Hudley); Harrison Young (Don Willis); Chad Bannon (Killer Karl); Samantha Larsen (Sex slave); Bob Pepper (Conductor de grua); Freddy Waff (Enfermo mental); Rob Zombie (Ayudante del Dr. Wolfenstein)

Rob Zombie fue el fundador y líder del grupo “White Zombie”. Tras dos discos y algunos EPs en los que fueron conformando su personalidad consiguen el reconocimiento en 1992 con “La Sexorcisto: Devil Music Vol. 1” y arrasan en 1995 con el brillantísimo “Astro-Creep 2000”. La música de la banda es una proyección de la personalidad del cantante: terror clásico y de serie B, Russ Meyer, exploitation, gótico americano etc. Una fusión de poderosas bases groove, hardcore industrial , stoner rock y atronador heavy metal, aderezado todo ello con infinidad de samplers extraídos de películas y programas de TV congruentes con el universo temático del grupo.

Tras editar en 1996 un disco de remezclas de "Astro Creep", Rob Zombie mandó a paseo a su fiel guitarrista“J” y a la que venía siendo su novia la bajista Sean Yseult para emprender su carrera en solitario. Publicó los álbumes “Hellbilly Deluxe” (1998) y “The Sinister Urge” (2001) y por fin en el 2003 cumplió su objetivo de dirigir una película. Rob Zombie podrá caerle a algunos un poquito gordo pero lo cierto es que siempre tuvo muy claros sus objetivos y trabajó duro para conseguirlos.

En la carretera que va hacia el condado de Ruggsville tiene su establecimiento el Capitán Spaulding, un lugar donde dispensa gasolina, pollo frito y ofrece a los visitantes un espectáculo de feria, el “Museo de Monstruos y Descerebrados”. A la tienda llegan Jerry y Bill, dos cretinos de ciudad que junto a sus novias que les esperan en el coche van de ruta por la américa profunda recabando anécdotas y curiosidades para escribir un libro.






Se sienten atraídos por la historia del Doctor Satan, un cirujano chiflado que quería crear superhombres manipulando quirúrgicamente el cerebro de los internos del frenopático hasta que los vecinos acabaron con sus experimentos criminales ahorcándolo.  Los chicos piden a Spaulding que les haga un plano del lugar para ir a sacar fotos al árbol donde se produjo el linchamiento  y por el camino hacia allí recogen a una autoestopista que dice poder guiarles porque vive cerca del sitio.
Se trata de Baby, la pequeña de los Firefly, una familia que vive en una vieja mansión rural y que tienen una particular forma de demostrar hospitalidad a las visitas. Como el vehículo de los forasteros ha sufrido un percance, estos tendrán que aceptar la invitación de los moradores de la casa para quedarse a cenar.
Mientras tanto el padre de una de las chicas se pone en contacto con la oficina del sheriff para intentar localizar a su hija. Tal vez sea demasiado tarde.

“La Casa de los 1000 Cadaveres” no es una película que entusiasme a los puristas del género. A mi no me gustó mucho la primera vez que la vi. Ser un experto en terror no garantiza ser un buen director de cine de terror pero Rob Zombie jugó bien sus cartas. Aplicó a su ópera prima las fórmulas que le funcionaron con su música y metió en la coctelera un buen montón de clichés y tópicos del género para crear una historia que de original tiene poco. Una pesadilla gótica en la américa profunda que por momentos parece un remake pop de “La Matanza de Texas” (1974) con elementos de otros clásicos modernos como “Escóndete y Tiembla” (1988), “El Sotano del Miedo” (1991) o “Abierto Hasta el Amanecer” (1995)

La película funciona bien en el  terreno visual. Es imaginativa. Al igual que en sus discos los espacios entre canciones están ocupados por samplers e insertos de fragmentos de películas. En el film el enlace entre cada escena incluye imágenes de presentación de la secuencia o figuraciones relativas a lo que está ocurriendo. Esto al principio es irritante pero cuando el espectador entra en el juego resulta muy sugestivo. No hay suspense y la narrativa es muy lineal. Parece que el director en vez de concebir la puesta en escena de una película hubiera planificado un cómic bizarro y colorista. Pero a pesar de todo el conjunto convence. Tampoco es que Zombie haya inventado nada porque ya otros han roto antes las normas como Russ Meyer en “Megavixens Up” (1976), Oliver Stone en “Asesinos Natos” (1994) o Tarantino “Kill Bill” (2003) a partir de las peculiaridades de la cinematografía japonesa más pulp donde es frecuente recurrir a la inventiva con delirantes flashbacks, surrealismo desenfrenado o a la introducción de elementos ajenos al cine como dibujos en imagen fija con voz en off explicativa. Por no mencionar por estar en otra onda más elevada, las peculiaridades del  movimiento “Dogma”.

Tambien se echa de menos en el guión un mayor desarrollo de ideas que se apuntan como la existencia de extraños grupos fundamentalistas, pseudoreligiosos, sectas o extrañas congregaciones en territorio redneck que desarrollan sus actividades con sus propias reglas al margen de la civilización.







No obstante yo cada vez que veo este film le descubro cosas nuevas y me va gustando más. En la primera aproximación ya intuímos que hay personajes que van a ser futuros iconos del género como el Capitán Spaulding magistralmente interpretado por el veterano psicotrónico Sid Haig o como Baby, la diabólica criatura encarnada por Sheri Moon Zombie. 

Los escenarios tampoco se olvidan fácilmente: la casa, el museo del terror, la tienda, el siniestro cementerio o el claústrofóbico y putrefacto mundo subterraneo que aparece al final.

Karen Black está magnífica como la matriarca del clan, casi traspasa la pantalla el olor a maquillaje barato y a naftalina para la ropa ultra kitsch que viste. La bizca más bella del cine se muestra repulsivamente seductora y fatal.







El bueno de Dennis Fimple (Abuelo Hugo) no llegó a disfrutar del éxito del film pues falleció en el 2002. Un secundario presente en la televisión de los 70 prácticamente en todas las series que se emitieron.

Supongo que no es casual que la siniestra familia se llamen Firefly ni que uno de sus miembros se llame Rufus R.J. como el Rufus T. Firefly que interpretaba Groucho en “Sopa de Ganso” (1933). Hay mucho humor en “La Casa de los 1000 Cadaveres” aunque tiene poco de gracioso, es humor cafre.

El gore está presente en este film pero no es el ingrediente principal. Quien espere un festival de hemoglobina se llevará una decepción.

Momentos destacables:

- Todas las secuencias nocturnas son muy atmosféricas pero también resultan tétricas y desoladoras las secuencias que ocurren a plena luz del día.

- La tienda museo y el pasaje del terror. Todas las intervenciones de Spaulding. El momento “Abierto Hasta el Amanecer” del principio en tres minutos nos describe el contexto de la más abyecta América profunda.

- Los delirios de Otis y sus sanguinarias aficiones privadas.

- Los zorreos de Baby con los chicos que sacan de quicio a sus novias.





- El Sheriff no es otro que el entrañable Otis de “Henry Retrato de un Asesino” (1986). La Policía no sale muy bien parada en la película de Rob Zombie. Maravilloso el tema "I Remember You" de Slim Whitman que acompaña tan dramáticos momentos.

-  Hay que ver como se parece el ayudante del Sheriff a Seth Gold del programa televisivo “Hardcore Pawn” (Empeños a lo Bestia)






- “Cuanto más grande es la almohada más caliente es la chingada” Una frase para la historia.

- El estimulante modelito que viste Baby en su visita a la licorería.

- A menudo en los films de supervivencia al límite uno de los malos, normalmente una mujer, decide ayudar a los buenos porque en el fondo de su corazón hay nobleza, como en “Las colinas Tienen Ojos” (1977). Bien, pues en uno de los momentos cumbres de la película, la caza del conejito en el cementerio, podemos abandonar toda esperanza de que eso ocurra.

- En el subsuelo de las proximidades de la granja hay algo más que topos y lombrices.







- Bonitos coches en esta película: El Cadillac del 1959 Serie 62 Convertible de Spaulding, el Chevy Impala de la Policía o el Rambler 6 cilindros del 63 que conduce Bill. Típicamente americanos.

"La Casa de los 1000 Cadáveres" tuvo que ser distribuida por Lions Gate porque ni la productora Universal ni la Metro que compró los derechos se atrevieron a estrenarla. No se que esperaban de Rob Zombie pero parece que no debió parecerles un simpático pasatiempo apto para niños consumidores de palomitas en multisalas de zonas comerciales.

Excelente banda sonora con temas del director, de Ramones y de artistas clásicos del Country.

La acogida de la película por parte del público fue bastante buena aunque no tanto por parte de la crítica. Ante la inquietud de los fans por saber más cosas de los Firefly y del Capitán Spaulding Rob Zombie decidió rodar una segunda parte en el 2005: “Los Renegados del Diablo”. Para muchos mejor que la primera.

“La Casa de los 1000 Cadaveres” es un clásico moderno. Mas por su sobresaliente singularidad que por sus logros cinematográficos.



Notas:

- Hay un film de 1974 llamado “The House of Seven Corpses” (Paul Harrison) tal vez fue una inspiración para Rob Zombie a la hora de buscar argumento y título para su debut como director.









Calidad Cinematográfica:  7

Psicotronia:  8

Gore:  6