domingo, 29 de diciembre de 2013

LOS COCHES QUE DEVORARON PARIS .- PETER WEIR.- 1974










Australia.  Color. Mono. 91 minutos.


Thriller. Comedia negra


Intérpretes :  Terry Camilleri, John Meillon, 


Kevin Miles,  Rick Scully, Melissa Jaffer, etc...







Primera película del australiano Peter Weir. Una producción justita de medios que parece una especie de parábola sobre la evolución de las comunidades y la confrontación entre el conservadurismo y la rebeldía juvenil. Viendo películas como esta y como Mad Max de 1979 parece que Australia debía de ser aquellos años un lugar bastante rudo para vivir. 



Este film, considerado de culto, está más cerca de “Picnic at hanging rock” (1975) y “La última ola” (1977) que de la posterior deriva mainstream del director orientación comercial que no resta mérito a películas aceptables como “Gallipoli” (1981), “El año que vivimos peligrosamente” (1982), “El club de los poetas muertos” (1989), “El show de Truman” (1998)  etc.




Cuando veía la carátula de esta película en las estanterías del videoclub me rondaba la idea de que el argumento sería alguna fantástica metáfora sobre el cosmopolitismo en las grandes urbes que devoran al individuo o algo asi pero la acción no transcurre en Paris de Francia, este Paris es una ciudad imaginaria situada en el ámbito rural de Nueva Gales. Un lugar perdido a donde puedes llegar pero del que no puedes salir. Una comunidad cerrada y hostil a cualquier apertura al exterior que a pesar de aparentar familiaridad y buenas costumbres esconde tanto peligro como  el Pleasant Valley de “2000 maniacos”(1964).  Hasta el nombre, Paris, es una impostura.




















 

Pues aquí viene a parar Arthur, un humilde buscavidas que iba con su hermano, su coche y su caravana buscando un trabajo. Víctimas de un extraño accidente, Arthur sobrevive y es acogido en casa del Alcalde aunque no llega en ningún momento adaptarse a las costumbres de esta ciudad sin ley cuya paz parece a punto de saltar por los aires en cada momento.























A llevar la tensión al límite contribuye la banda formada por los jóvenes gamberros del pueblo. No hay otros jóvenes ni otros gamberros y su actividad camorrista desencadenará el enfrentamiento final entre el frágil y supuesto orden establecido y la rebeldía vengativa de la pandilla.

 La violencia explota durante un memorable y bizarro baile de disfraces anual con el asalto de los pandilleros en sus coches tuneados al estilo “La carrera de la muerte del año 2000” pero en versión chatarra.


No me parece un film de terror, mas bien una comedia negra con unos personajes delirantes, empezando por el patético protagonista Arthur, o el mad doctor que experimenta con los supervivientes de los siniestros en la carretera de acceso. Hasta la familia (¿?) del alcalde y el propio regidor son personajes caricaturescos.






















He visto un ripeo de vhs bastante lamentable y estoy seguro de que esta película en una buena edición de dvd y con el metraje original de 91 minutos tiene que ganar muchos enteros.  A ver si la consigo y la vuelvo a ver en condiciones.
Aunque el tiempo le ha hecho un poco de daño es una curiosidad que vale la pena conocer.














Calidad cinematográfica:   7


Psicotronia:   7                  

     
Gore:   5

 

viernes, 27 de diciembre de 2013

FUNNY GAMES.- MICHAEL HANEKE.- (1997)










Austria. Color. Dolby Digital. 

108 minutos.Thriller. Drama. Ensayo.

Intérpretes:  Susanne Lothar, 

UlrichMühe, Arno Frisch, Frank Giering, 

Stefan Clapczynski...










“Funny Games” es una película que desde su estreno y presentación en festivales internacionales viene acompañada de un aura de tremendismo.


A veces te encuentras con alguien que dice conocerla y le preguntas
-Y ¿qué te pareció?
- Uf, que película más fuerte, es superviolenta, yo casi no la pude aguantar entera
Y yo pienso
-Pero… ¿se puede ser más gilipollas?
Y es que probablemente ni siquiera la ha visto.


Porque en “Funny Games” apenas podemos ver alguna escena impactante. Toda la violencia ocurre fuera de plano. Quien espere encontrarse una película “fuerte” se llevará un buen chasco.

Esta película no es para nada un film convencional como su director tampoco lo es. El cine de Haneke es visualmente grandioso y argumentalmente complejo, atrevido e innovador. Haneke se mueve en terrenos próximos a Lars Von Trier pero dentro de unos cánones más clásicos. Es preciosista, sólido, denso como Bergman y también sarcástico y surrealista como Polanski o Buñuel.

En “Funny Games” se apropia de los esquemas del cine negro para construir sobre un tablero que es el propio film un juego que permite desmontar y reflexionar los mecanismos de la violencia en el cine o en TV. Los jugadores son el espectador, el director, los personajes… y gana quien hace trampa.

Con la primera escena viene el primer juego, un matrimonio de clase media alta viajan en su todoterreno camino de su casa de verano que se encuentra en una especie de zona residencial de segundas viviendas en el bosque pegado a un lago. Un sitio exquisito rodeado de naturaleza. Anna y Georg juegan a identificar la pieza musical que cada uno pone alternativamente en el CD. Desde este momento cada secuencia es una prueba, una toma de decisión, una pregunta o una adivinanza.















Ya desde la llegada a las proximidades de la casa la situación se vuelve confusa. En la distancia no consiguen identificar a las personas conocidas pero llegan a la casa y mientras Georg y Schorschi van al lago a intentar montar el barco Anna se queda para ordenar las cosas y preparar la comida. Entonces aparece Peter, un chico desconocido pero que inmediatamente con sus buenos modales se gana la confianza de Anna y entra con ella hasta la cocina con la excusa de pedir unos huevos prestados para una amiga comun. 















Poco después entra en escena Paul y la situación empieza a ponerse incómoda Anna se siente acorralada por el juego que se traen los chicos que no consigue entender. Llegan Georg y Schorschi. El cabeza de familia intenta reconducir la situación de buenas maneras hasta que se ve obligado dejar a un lado la educación lo que provocará que Paul le golpee la rodilla con un palo de golf. Ahora los intrusos están al mando de la situación y empieza el juego según sus reglas.

Parece que a Haneke le interesa incidir en esta cuestión ¿cómo se desenvuelve una persona bien educada y perfectamente integrada en su entorno social cuando se encuentra aislada, sin recurso al orden o la ley, sin armas,  teniendo que enfrentarse a un enemigo que no está retenido por ninguna regla y ninguna moral? El recinto que debía ser para el esparcimiento y el descanso se convierte en un encierro, el territorio de caza para el depredador.


En “El tiempo del lobo” (2003) el director retomó el tema abiertamente y sin ninguna cortapisa situando a una madre y a sus hijos en una situación de desastre que no se nos llega a explicar en ningún momento y teniendo que unirse a gente que lucha por la supervivencia teniendo que conformar una nueva sociedad desde cero. Otro peliculón.

















El resto de “Funny Games” transcurre prácticamente en el interior de la casa sobre el permanente tira y afloja entre la familia secuestrada y los captores, astutos, cerebrales y seguros de si mismos. Apenas hay emoción en ellos. Todo es un juego y el padecimiento de sus víctimas no les preocupa lo más mínimo.


Aunque la película es larga no se aprecia lo más mínimo porque el suspense está perfectamente llevado y los engranajes de desafíos, pruebas, preguntas, respuestas mantienen al espectador enganchado todo el tiempo.

Fabulosas las secuencias de la escapada del niño. Por destacar algo de una película tan especial y tan bien realizada de la que es difícil resaltar algo.

La escena del padre incapacitado intentando hacer funcionar el móvil aireándolo con el secador de pelo es una imagen abiertamente surrealista como lo será después la secuencia del mando a distancia.


El final abierto para que siga el juego sólo concluye cuando el director decide terminar la partida. ¿La ficción es realidad?





Nota: En 2007 Michael Haneke realizó la misma película en los EEUU hablada en inglés y con actores y equipo americanos. Siendo lo mismo, la primera impresión es la que vale. Yo me quedo con la austriaca.










Calidad cinematográfica:    9


Psicotronia:   8


Gore:   3


lunes, 23 de diciembre de 2013

MEGASHARK VS. CROCOSAURUS.- CHRISTOPHER RAY (2010)






USA. 2010. Video. 88 min. Dolby. Color

Intérpretes: Gary Stretch, Jaleel White, Sarah Lieving, Robert Picardo, Hanna Cowley...

Produce: The Asylum













The Asylum es una productora que se dedica a fusilar los estrenos más importantes que se producen en EEUU con imitaciones de bajo presupuesto para el mercado del video. Esto se ha hecho siempre, los italianos eran especialistas en copiar de forma chapucera films americanos de éxito. Tambien lo hacen indios, turcos, filipinos etc. La diferencia es que Asylum se lo toman un poco más en serio y llegan a irritar bastante a los productores de las Majors. El que los efectos digitales ya estén prácticamente al alcance de cualquier pequeña empresa les facilita las cosas.


“Megashark Vs. Crocosaurus” viene a ser pariente lejano del “Tiburón” de Spielberg y es continuación de un despropósito anterior original de la compañía: “Mega Shark Vs.  Giant Octopus” (2009) que no he tenido el gusto de ver.


Parece ser que Megashark, un megalodón con problemas de actitud, sobrevivió a una batalla contra un pulpo gigante en la película anterior y ahora anda detrás de los huevos (no piensen mal) de un cocodrilo (hembra, supongo) gigante. Esto enfurece sobremanera al cocodrilo que va recorriendo las  costas  desde El Congo hasta el cabo de Miami buscando lugar seguro para procrear.

















El caso es que el cocodrilo estaba tranquilito hasta que Nigel Putnam, un cazador especialista en plagas gigantes interpretado por Gary Stretch, actor de segunda y ex boxeador que nos recuerda a Pepe Navarro, consigue anestesiarlo y llevárselo en un barco. Si hubiera visto “King Kong” hubiera sabido que esto no era buena idea. El megalodón ataca el barco y se libera el cocodrilo.



















El teniente Terry McCormick, Jaleel White (Steve Urkel crecidito) es un ictiólogo obsesionado con destruir al pobre megalodón por que lo considera un peligro y porque en un ataque aun barco del ejército causó la muerte de su chica.


















La agente especial para el medioambiente Hutchinson (Sarah Lieving) se unirá a estos dos para perseguir a lo largo de toda la película a las prehistóricas criaturas.

















Y poco más, en una nueva dimensión de lo que es la pescadilla que se muerde la cola, la película transcurre entre compromisos de honor, diálogos interminables y sin sentido, efectos especiales de baratillo, escenas que se repiten y homenajes al cine de monstruos japonés.


















A ratos aburrida, a ratos entretenida, puede ser un simpático entretenimiento para niños que disfrutarán con las apariciones de los monstruos.


Como nota anecdótica, el director Christopher Ray , es hijo del especialista en serie B y caspa de bajo presupuesto Fred Olen Ray, autor de despropósitos tan adorables como “The brain leeches” (1978), “Experimento secreto” (1984), “Hollywood Chainsaw Hookers” (1988), “Warlords” (1988), “Del espacio profundo” (1988) etc. Se puede comprobar que podía realizar varias películas el mismo año, así salían de buenas.


Sigue en activo perpetrando disparates del calibre de “Bikini Frankenstein” (2010).











Calidad cinematográfica:    5

Gore:   2

Psicotronia:  6