domingo, 27 de diciembre de 2015

LA VENGANZA DE LOS MUÑECOS (1989)



“Puppet Master”

Dir.: David Schmoeller

USA.-90/85/75 min.-Color

Terror / Fantástico / Thriller

Video.- 1.85 : 1.- Ultra Estereo

Música: Richard Band

F.X.: Mark Rappaport, Patrick Simmons, Steve Neill y equipo.

Guión: David Schmoeller, Charles Band, Kenneth J. Hall, J.S. Cardone.



Fotografía: Sergio Salvati


Producción: Charles Band, Hope Perello.


Prod. Co.: Empire Pictures, Full Moon Entertainment


Intérpretes: Paul Le Mat (Alex Whitaker); William Hickey (Andre Toulon); Irene Miracle (Dana Hadley); Jimmie F. Skaggs (Neil Gallagher); Robin Frates (Megan Gallagher); Matt Roe (Frank Forrester); Kathryn O'Reilly (Carlissa Stamford); Mews Small (Theresa); Barbara Crampton (Mujer en la feria); David Boyd (Hombre en la feria); Peter Frankland (Asesino 1); Andrew Kimbrough (Asesino 2)

Full Moon Entertainment es la compañía que creó Charles band desde los restos de la quebrada Empire Pictures, productora que se especializó en cine fantástico de bajo presupuesto y se hizo popular con éxitos como “Re-Animator” (1985) o “Re-Sonator” (1986). Con “La Venganza de los Muñecos” la nueva aventura empresarial de Band no pudo empezar de mejor forma dando origen a una serie de películas de culto protagonizadas por unas marionetas muy especiales.

En 1939 el titiritero Andre Toulon trata de ocultar el secreto de una antigua magia egipcia mediante la cual puede dar vida a sus marionetas. Unos asesinos nazis están a punto de dar con el pero el marionetista logra esquivarlos quitándose de en medio por la vía rápida.







Años después un grupo de psíquicos son contactados telepáticamente por un amigo común que afirma haber descubierto el escondite donde Toulon guardó sus hallazgos antes de desaparecer. Los cita a todos en el hotel de la costa de California que fue última residencia del artista. Pero cuando los invitados llegan son recibidos por la esposa del anfitrión que les anuncia que su amigo ha muerto aunque pidió no ser enterrado hasta que ellos acudieran al hotel. 






Alex, que tiene sueños premonitorios; Frank, un investigador experto en ocultismo egipcio: Dana, vidente; Karlissa, con dotes de psicometría. Pero encontrar fallecido a su antiguo compañero no es la única sorpresa que les espera en el lugar. Podrían haberse metido en una trampa.





Charles Band se planteó producir películas de bajo presupuesto pero manteniendo un nivel de calidad digno que fuera seña de identidad de la compañía. Decidió retomar algunas ideas de la exitosa producción Empire “Dolls” (1987) de Stuart Gordon para dar forma a “Puppet Master”.

La dirección quedó en manos de David Schmoeller, realizador de eficaces flms de serie B como la extraordinaria “Trampa para Turistas” (1979), y a quien no le preocupó demasiado tener un presupuesto limitado y filmar en video. Los resultados fueron más que aceptables y se podría decir que este es uno de los primeros film rodados en video con calidad casi cinematográfica. Brillante, luminoso e imaginativo se ve con agrado y llega a sorprender gratamente en varias ocasiones, principalmente en todas las secuencias en las que intervienen las marionetas magistralmente animadas por el talento de los FX Mark Rappaport.







Me encantan las vistas del hotel, las imágenes en la feria con Barbara Crapton preguntando por su futuro a la bruja Dana, el flashback de Toulon…

Los actores están correctos, el malo es muy malo, Toulon es carismático y misterioso, Alex cumple como héroe venido a menos, Frank no aporta mucho más allá de su ridícula coletita de calvo.
Las actrices aportan un importante plus de sensualidad. Carlisse es muy bella y hace que Frank compense su poco carisma con una comicidad de comedieta sexy que rematan con un polvo que no deja dormir a Alex en la habitación de al lado. 







Dana me gusta mucho por su personalidad arrolladora.







El viejo ascensor es un lugar claustrofóbico que el director aprovecha para algunas notables escenas de tensión.

En el fondo “La Venganza de los Muñecos” argumentalmente no va más allá de una historia del tipo “Diez Negritos” pero son los muñecos y la historia de su creador los que la engrandecen. Estas son las marionetas, nombre y descripción para futuras referencias:

- Jester: Un bufón o arlequín. Podría ser el receptor de la conciencia de Toulon.
- Blade: Un calavérico personaje enfundado en gabardina que en vez de manos tiene garfio y cuchillo.
- Pinhead: Un hombretón engorilado de cabeza picuda con enormes y poderosas manazas.
- Tunneler: El muñeco uniformado que tiene en la cabeza una tuneladora con la que taladra a sus víctimas.
- Leech Woman: Una zíngara que vomita sanguijuelas.
- Six Shooter: Creo que no aparece en la primera película. Es un Cowboy con seis brazos… y seis revólveres.





La música circense creada por Richard Band, hermano del productor es perfecta para ambientar un film de estas características.

El gore es competente y necesario para redondear la intención de la película de encuadrarse en el género de terror.








“La Venganza de los Muñecos” es pura serie B para amantes del fantástico sin pretensiones. Cuanto menos esperes de ella más te sorprenderá.

Notas:

- Con el tiempo “Puppet Master” ha llegado a convertirse en una saga con innumerables seguidores hasta el punto de que cuenta con nueve secuelas, reediciones y remasterizaciones varias y varias líneas de juguetes algunos de los cuales están muy bien cotizados en el mercado del coleccionismo. También hay cromos, comics y disfraces para Halloween. Está en estudio un remake del film original en 3D.



- William Hickey es Andre Toulon el más veterano de los intérpretes. Secundario en series de TV en su curriculum cinematográfico contaba con: “El Estrangulador de Boston” (1968), “Prequeño Gran Hombre” (1970), “La Centinela” (1977),  “Sangre Sabia” (1979), “El Honor de los Prizzi” (1985), las dos últimas con John Huston

- Irene Miracle, la bruja Dana empezó fuerte y la podemos ver en “Violación en el Ultimo Tren de la Noche” (1975), “El Expreso de medianoche” (1978) o “Inferno” (1980). Poco más destacable hasta “Puppet Master”.

- Jimmie F. Skaggs, el malvado Gallagher llegó a esta película después de haber sido secundario en infinidad de populares series de TV y haber participado en films tan entrañables como: “El Cadillac Rosa” (1989), Homer & Eddie (1989) o “Cage: Jaula” (1989) con el increíble Lou Ferrigno.

- Mews Small, Theresa, trabajó con Woody Allen en “El Dormilon” (1973) , James Ivory en “Fiesta Salvaje” (1975) o Milos Forman en “Alguien Volo sobre el Nido del Cuco” (1975). Unos comienzos interesantes pero que después no tuvieron continuidad. Esta mujer piscis después de cumplidos los 70 sigue apareciendo guapa y juvenil en la foto de su perfil de Twitter. Enhorabuena.

- The House of Dolmann:
En España conocimos esta serie de cómics como historietas complementarias en la edición Vertice de los superhéroes Marvel. Las aventuras de Dolmann se pubicaron originalmente en la revista Valiant de IPC Magazines. Entre 1962 y 1976 alternaba sus aventuras con las de Zarpa de Acero, Mytek El Poderoso o Kelly Ojo Magico. Realizada por Eric Bradbury la serie contaba las aventuras de Eric Dollman, un fabricante de marionetas que alternaba su vida normal como propietario de un taller de restauración de muñecos y antigüedades con la de superhéroe que luchaba contra el mal en su barrio ayudado por sus fieles autómatas: Togo, Raider, Astro, Mole, Micro, Elasto, Giggler y Trailer. Alan Moore ha homenajeado en varias ocasiones la obra de Bradbury y parece que a todas luces Charles Band también tomo prestados elementos de esta serie para crear sus marionetas. Inolvidable ver a Dolmann con sus “niños” amontonados junto a él en el sidecar de la motocicleta con Togo gritando “Banzai” antes de atizar un sopapo.












Calidad Cinematográfica:  6´5

Gore:  6

Psicotronia:  7

miércoles, 23 de diciembre de 2015

IMPULSO SENSUAL (1988)



“The Boost”

Dir.: Harold Becker

USA.- 95 Min.- Color.

Drama.- Panavisión.

Imagen: 35 mm.- 1.85 : 1

Sonido: Dolby Estereo

Música: Stanley Myers

F.X.:  Larry Fioritto

Fotografía: Howard Atherton



Guión:  Ben Stein según su libro “Ludes, a Ballad of the Drug and the Dream”; Adaptación Cinematográfica: Darryl Ponicsan.

Producción: Daniel H. Blatt, Mel Howard (Co producción), Tom Mack (Productor Asociado)

Prod. Co.: Hemdale Film


Intérpretes:  James Woods (Lenny Brown); Sean Young (Linda Brown); Steven Hill (Max) John Kapelos (Joel); Kelle Kerr (Rochelle) John Rothman (Ned Lewis); Amanda Blake (Barbara); Grace Zabriskie (Sheryl); Marc Poppel (Mark); Fred McCarren (Tom); Suzanne Kent (Helen); Libby Boone (Delores); Greg Deason (Michael); David Preston (Surfista); June Chandler (Secretaria); Edith Fields (Directora de Oficina); Barry Jenner (Billy); David Tress (Dr Shapiro); David Bantly (Dr Bishop); Bill Gratton (1st Ejecutivo); Parker Whitman (2nd Ejecutivo) Michael Strasser (Hombre en Venice) Jim Staskel (Otro Hombre), Charles David Richards (Chófer Limusina); Austin Kelly (Jefe Apartamento); Stogie Harrison (Ordenanza), Daniel Moriarty (Empleado Licorería); Scott McGinnis (Inversor); David Haskell (Doctor), Lucy Butler (Azafata); Christopher Carroll (Capitán--L'Ermitage); Fernand Poitras (Maitre d'—Mortons), Clement Von Franckenstein (Maitre d'—Mortons); Kate Zentall (Enfermera); Ricardo Gutierrez (Conserje); Jody Lambert (Chico en bici); Jim Jansen (Veterinario); Dan Peters (Hughes Aeroplano); Virginia Morris (Mary); Jack Sargent (Jogger); Ron Poniewaz  (Motorista); Zina Bethune (Profesora de Danza); John Sarviss (Piloto de Helicóptero)…



“Impulso Sensual” es el título con el que las distribuídoras pretendieron vender esta película en España como si de un film de amor calenturiento se tratase. El original “The Boost” hace referencia a “el estímulo” con el que se denomina en argot al subidón que proporciona esnifar “Both Cocaine” que viene a ser una mezcla de cocaína y anfetamina. Como el speed pero algo de mejor calidad. Está basado en los hechos reales que se narran en la novela de Ben Stein “Ludes, a Ballad of the Drug and the Dream” en la que cuenta la experiencia de un amigo suyo que acabó siendo adicto al Quaaludes (Methaqualone), un potente barbitúrico. En esta adaptación cinematográfica el producto en cuestión se sustituye por la cocaína que era el producto que empezaba a despuntar entre los yuppies y otros ambientes “cool” en los 80`s.








Lenny Brown es un joven emprendedor que aspira a ganar dinero vendiendo productos financieros. Tiene ímpetu, seguridad en sí mismo, ambición, dotes de persuasión, pero le faltan los contactos necesarios para aprender a reconocer las oportunidades.

Vive en un pequeño apartamento neoyorquino con su esposa Linda, una bellísima mujer que le quiere tal y como es, se conforma con poco pero le apoya en su lucha por hacer realidad el sueño de compartir una vida mejor y más próspera.






Un día conoce a Max, un tiburón de los negocios que intuye un gran potencial en Lenny . Lo acoge bajo su tutela y se lo lleva a Los Angeles donde le facilita casa, coche y le pone un despacho en su empresa.

Llegan buenos tiempos para los Brown. Lenny no deja de trabajar y de ganar dinero pero el Estado promulga una ley que acaba con las ventajas fiscales que el negocio de Max ofrecía a sus clientes. Se presenta el fantasma de la quiebra.

Pronto acumula deudas porque los pocos contratos que logra cerrar no le permiten continuar con el tren de vida que había comenzado a llevar. Deprimido y confuso se refugia en la amistad de Joel, propietario de una cadena de trenes de lavado de coches, un cutre convertido en Yuppie venido a más que le ofrece cocaína como remedio para levantar el estado de ánimo.

Lenny eufórico no se da cuenta de que está empezando a perder el contacto con la realidad y puede quedarse sin todo lo que tanto le había costado conseguir.

Harold Becker no es un director que vaya a dejar huella en la historia del cine pero sus films están resueltos con personalidad y han influenciado el trabajo de otros realizadores. Probablemente, sin haber visto “El Campo de Cebollas” (1979),  sus trabajos más interesantes me parecen “Impulso Sensual” (1988)  “Melodía de Seducción” (1989) y “Malicia” (1993) de la que David Lynch toma algunas de sus atmósferas y al protagonista Bill Pullman para “Carretera Perdida” (1997).

Esta película se centra más en el drama personal de sus protagonistas que en la droga. No esperemos “Días de Vino y Rosas” (1962) o “Trainspotting” (1996). Ni al Henry Hill de “Uno de los Nuestros” (1990), al George Jung de “Blow” (2001) o sumergirnos en la locura de “Miedo y Asco en las Vegas” (1998).

“Impulso Sensual” está realizada de forma sencilla y directa, sin alharacas, estridencias ni discursos. Con un presupuesto de 8.000.000 de dólares el director confió en una pareja de actores explosiva para sostener el proyecto. James Woods con quien ya había trabajado y en Sean Young, la bella replicante Rachel de “Blade Runner” (1982), el valor femenino más prometedor e importante de Hollywood en los 80 de quien se decía que podría alcanzar el olimpo de las Liz Taylor, Ava Gardner, Joan Crawford, Jean Simmons, Audrey Hepburn etc. Un ascenso que se convirtió en catástrofe cuando el papel de Linda Brown llegó a su vida, como veremos más adelante.

Becker en esta película saca lo mejor de todos los intérpretes y hasta el más discreto de los secundarios tiene importancia aunque solo aparezca en escena pocos segundos: los empleados de Max, el chico del hotel, el surfista, el camello aspirante a guionista…

La simplicidad no significa descuido ni carencia de elementos de interés y todo está aprovechado de forma calculada desde la primera escena, la única rodada en Nueva York, en la que podemos ver en un largo plano fijo un día cualquiera el devenir de la gente bajo un cartel de Citibank. Entre los transeuntes aparece Lenny, uno más, un hombre anónimo cuya vivencia personal estamos a punto de conocer.

Se encuentra con Ned a quien ofrece un producto mercantil y será otro encuentro con Ned el que cierra la película. Lenny es débil y empatiza con él por su honestidad. Es una de las claves del protagonista. En la permanente lucha por superar su condición de persona frágil y humilde tiene la necesidad de apoyarse en la amistad de gente buena y en el amor incondicional y desinteresado de su esposa Linda.






Max se presenta como figura paternal y Lenny le corresponde pero su desmedido entusiasmo le lleva a traspasar las barreras y abusar de su confianza. Lenny tiene una personalidad propensa a los cambios de ánimo y no soporta los momentos bajos, por eso se le va la mano con el café, el alcohol y definitivamente con la cocaína.
Para llegar a este punto es necesaria la presencia de Joel y Rochelle, a quienes también se entrega Lenny sin darse cuenta en que carece del equilibrio interior que ellos tienen para vivir en situación de “Party all time”.

Linda confía ciegamente en su marido a quien ama por encima de todas las cosas y se va dejando arrastrar hasta que él poco a poco va sustituyendo el sostén que significa ella por el refugio de la euforia y la relajación artificial de la droga.






Sumergirnos en esta historia es vivir un intenso recorrido en compañía de unos personajes demasiado cercanos a la realidad como para no conmovernos. El trabajo de los protagonistas es arrebatador porque transmiten a la perfección todo el desgarro de su experiencia vital con una presencia en pantalla muy poderosa. Aunque es James Woods el que carga con todo el peso Sean Young también tiene sus momentos como cuando recibe la visita de Joel y Rochelle en la casa de la playa o cuando por fin explota, le canta las cuarenta a Lenny y pisa el espejo donde él se está preparando unos tiritos. También es fabulosa la escena en que está agobiadísima en el sofá entre su marido y la traficante que ajenos a ella charlan animadamente sobre drogas mientras ven un mierdoso concurso de TV. Otro gran momento es en el que le acompaña a la cita con los inversores en el restaurante. Ella sigue confiando en él aunque sabemos que a cada momento la cosa se va torciendo y nos imaginamos como va a terminar. Menudo cabronazo el tal Roland. 






En realidad quienes más confían en él son los camellos porque saben que desdichados como Lenny son quienes les ayudan a mantener el negocio. Los conocen bien, son casos de difícil o imposible recuperación.

Todo es ochentero en “Impulso Sensual”, la música, el vestuario de hombreras y minifaldas con volantes, los jeans de tiro alto, los cardados… En líneas generales la banda sonora es muy buena con mención especial a la orquestación que acompaña los créditos finales, con una melodía de guitarra exquisita a cargo de un tal John Williams (nada que ver con el compositor de “Star Wars” (1977))

Otros grandes momentos:

- La tutela de Max y el intenso trabajo que realizan juntos
- Las fiestas de Joel
- La visita al inmundo local de los camellos, una escena digna de pertenecer a “Breaking Bad”
- Buscando piso de alquiler habiendo pasado del Mercedes a un Volkswagen de quinta mano.







-La fauna que se mueve por la costa de California, gente sencilla y optimista por el día y por las noches gente fracasada con glamour desfasado que se dedican al trapicheo en su casa o a domicilio.

-La triste escena final.

Hay actores predestinados para interpretar personajes conflictivos o atormentados. Clásicos ejemplos de esto son Ernest Borgnine, Jack Palance, Warren Oates, Bruce Dern o Willem Dafoe. James Woods podría encuadrarse sin problema entre estos. Aunque actualmente ya está mayor y se gana las habichuelas en series de TV, medio donde tuvo sus orígenes en pequeños papeles, ha hecho historia en films destacables como “Erase una Vez en America” (1984) de Sergio Leone, “Casino” (1995) de Scorsese y sobre todo en la extraordinaria obra maestra de David Cronenberg "Videodrome"(1983), film que a pesar de su tosquedad se convirtió en un referente absoluto en la evolución del cine de ciencia ficción y embrión de obras más modernas como “Nivel 13” (1999) o “Matrix” (1999). En esta visionaria película Woods dio lo mejor de si mismo.

Sean Young comenzó trabajando con James Ivory en “Jane Austen en Manhattan” (1980), después la podemos ver en “El Pelotón Chiflado” (1981) de Ivan Reitman con Bill Murray y por fin llega “Blade Runner”, la película con la que entra en la historia del cine por la puerta grande. Aunque la superproducción “Dune” (1984) de David Lynch resultó un fracaso comercial (excepto curiosamente en España) se convirtió en un film de culto que contribuyó a mantener el status de estrella de la actriz. Estrellato que al lado del galán de moda Kevin Costner por fin se ve respaldado con el éxito de taquilla en “No Hay Salida” (1987). “Wall Street” (1987) de Oliver Stone debía ser el espaldarazo definitivo para ella pero no pudo compartir la espectacular promoción del film porque los problemas con el director y con sus compañeros de reparto llevaron a que se quedara casi toda su participación en la sala de montaje en favor de Daryl Hannah, otra replicante. Trascendió la anécdota de que Charlie Sheen en un momento del rodaje le pegó un cartelito en la espalda que ponía “Soy la zorra más grande del mundo” y ella lo lució durante toda la jornada sin ser consciente de ello.

Las mujeres escorpio todas tienen en común un atractivo muy especial y cuentan con cualidades como la inteligencia, la fuerza, el don de gentes, un agudo sentido del humor, estricto sentido de la posesión y una gran franqueza para expresarse sin calibrar las consecuencias. Cuando en una misma persona se unen una belleza que podría haber inspirado a los artistas clásicos de Grecia y Roma junto a todas las demás características el resultado es una bomba andante arrolladora e inestable. Y así era Sean Young cuando llegó a “Impulso Sensual”. 

El problema es que la intensidad de la relación entre Lenny y Linda no se quedó solo en el set de rodaje. James Woods y Sean Young emprendieron una relación de la que no conocemos  detalles pero que debió ser bastante incendiaria porque cuando rompieron la actriz de ascendencia germano británica comenzó a acosarle hasta el punto de que Woods y su esposa presentaron ante el juez una demanda por acoso en la que se hacía referencia a llamadas amenazadoras, allanamiento, cartas anónimas y haber dejado una muñeca ensangrentada y desfigurada en la puerta de su casa. Ella lo negó todo y le acusó públicamente en un programa de máxima audiencia a él de no haber sabido aceptar el haber puesto fin al idilio. Finalmente llegaron a un acuerdo para que la demanda no siguiera adelante pero ya los productores le colgaron la etiqueta de “conflictiva” y dejaron de llegarle proyectos importantes.

Aunque después nunca le faltó el trabajo, su meteórico ascenso había terminado. Cabría rescatar de su posterior filmografía “Un toque de infidelidad” (1989), una sólida y caústica cinta romántica de Joel Schumacher, “Crímenes de Amor” (1992) de Lizzie Borden y “MIrage” (1995) de Paul Williams, dos intensos thrillers eróticos en los que ella es protagonista absoluta. En ambos films interpreta a personajes con personalidad desordenada. Había que aprovechar el tirón de su supuesta locura… El resto de su carrera ha pasado por papeles secundarios en comedias, producciones de segunda fila, series de TV y mierdosos realitys.

Aunque ningún director ha tenido queja de su profesionalidad durante los rodajes quedará para la posteridad cuando Tim Burton tenía que esconderse de ella porque decidida a conseguir el papel de Catwoman en “Batman Vuelve” (1992) le persiguió enfundada en traje de gato y se dejó ver por la calle y en un “Late Show” disfrazada de tal guisa. Estoy seguro de que Sean Young hubiera hecho un trabajo maravilloso pero nada que objetar a la riquísima mujer gato que encarnó Michele Pfeiffer.



Superados unos problemas bastante serios con el alcohol parece decidida a embarcarse en aventuras más serias y se comenta que ha hecho un buen trabajo en “Fragments from Olympus: The Vision of Nikola Tesla” (2015) una biografía sobre el genial científico que está pendiente de estreno.

“Impulso Sensual” en su momento fue un fracaso comercial pero el tiempo le ha proporcionado con todo merecimiento el status de clásico y film de culto. Imprescindible para los seguidores de sus dos protagonistas. Una pareja irrepetible y unas interpretaciones que por momentos nos devolvieron al Hollywood clásico de los grandes dramas románticos.


NOTAS:

- Otras actrices de armas tomar pertenecientes al signo escorpio son:

Julia Roberts, Demi Moore, Jodie Foster, Jamie Lee Curtis, Miley Cirus, Carrie Fischer, Catherine Deneuve, Scarlett Johansson, Anabel Alonso, Ana Milan…

- La metacualona es un medicamento sedante-hipnótico similar en sus efectos a un barbitúrico, un depresivo general del sistema nervioso central. Su uso extensivo ocurrió durante la década de 1960 y 1970 como un hipnótico, para el tratamiento del insomnio, y como sedante y relajante muscular. También ha sido usada ilegalmente como droga recreativa, comúnmente conocida como Quaaludes (pronunciado /ˈkweɪluːdz/, Sopors, Ludes o Mandrax (principalmente en la década de los 1970 en Norteamérica/Canadá) dependiendo del fabricante. Desde su introducción alrededor de 2001, está siendo usado masivamente en Sudáfrica,1 donde comúnmente se le llama "smarties" o "geluk-tablette". La Metacualona producida clandestinamente sigue siendo incautada por agencias gubernamentales y de policía por todo el mundo. https://es.wikipedia.org/wiki/Metacualona









Calidad Cinematográfica:  8

Psicotronia:  6

Gore:  4









jueves, 10 de diciembre de 2015

PINOCHO RAIZ DE 964 (1991)



“√964 Pinocchio”

Dir.: Shozin Fukui

Japon.- 97 min.- Color

Horror / Ciencia Ficción / Ciberpunk / Splatter / Gore

Estereo.- Imagen: 1.33 : 1

FX:  Brian Moore

Música:  Hiroyuki Nagashima 
         
Fotografía:  Kazunori Hirasawa



Guión:  Shozin Fukui, Makoto Hamaguchi, Naoshi Gôda


Producción:  James Chory, Lori Motyer, Denise Di Novi


Intérpretes: Haji Suzuki (Pinocchio 964); Onn-chan (Himiko); Kôji Ôtsubo (Narishima); Kyoko Hara (Hisho); Rakumaro San'yûtei (Taichô); Kôta Mori (Shimada); Tomio Watanabe (Hosa); Anri Hayashi (Yôjo); Kyôko Irohani (Meido); Michiko Harada (Kangofu); Yûko Fujiwara (Kangofu); Yoshimitsu Takada (Kanja); Naoshi Gôda (Gaki); Takahiro Hosoya (Michi Yuku Otoko); Ranko (Raburî A-ko); Kôji Kita (Majikku Man); Aaron William (Narración); David Progosh (Narración); John McNair (Narración)


En Japon hay una empresa que fabrica androides facultados para complacer sexualmente a las mujeres. Pinocho es uno de ellos. Una clienta requiere sus servicios y al ser este incapaz de satisfacerla es abandonado en la calle.






Simultaneamente la joven Himiko es dada de alta de su internamiento en una clínica con los recuerdos borrados. Convertida en una sin techo malvive en un cuartucho perdido entre los laberínticos pasillos abandonados del metro de Tokio. Dedica su tiempo a dibujar unos mapas de la ciudad que ayuden a integrarse en la misma a la gente inadapatada como ella.

Casualmente se encuentra con Pinocho y enseguida siente afinidad con él. Se lo lleva al refugio e intenta enseñarle a recuperar la capacidad de hablar. Un día descubre que hay gente buscándole y en un momento de descuido su nuevo amigo desaparece. Cree haberlo perdido pero lo encuentra en casa extrañamente lúcido. Se abrazan y se detiene el tiempo. Pero el acto de amor tendrá unas consecuencias inesperadas para ambos.



“Pinocho…” es una performance de 97 minutos que se inscribe claramente en la corriente cinematográfica del ciberpunk que en Japon tuvo su origen y principal referencia en “Tetsuo” (1989). Fukui había sido asistente de dirección en la película de Tsukamoto. Antes fue miembro de una banda de punk rock junto a quienes realizó e interpretó su ópera prima “Metal Days” (1986). En 1988 y en 1990 llevó a cabo los cortos “Caterpillar” y “Gerorisuto” donde se gestan las bases que darían lugar a la película que estamos comentando.

Se trata sobre todo de un espectáculo fascinante no apto para todos los públicos porque puede ser bastante indigesto. No es una película fácil, abiertamente surrealista, el espectador tiene que poner a prueba su paciencia y estar dispuesto a deducir el significado de una sucesión de metáforas a cual más desconcertante.

Nada está claro ¿es Himiko también un androide?¿lo es realmente Pinocho? ¿porqué les borran los recuerdos? ¿abusa Narishima de sus creaciones y de sus empleadas? ¿cómo se explica que después del encuentro sexual Himiko empiece a comportarse sádicamente? ¿tiene algo que ver con su presunta naturaleza robótica?¿es venganza por sentirse seducida y lastimada por las reacciones fisiológicas que se producen en su cuerpo?¿tiene algo que ver con los recuerdos que han despertado en su mente?¿tuvo una funesta relación con Pinocho en el pasado?






En otras películas japoneses ya nos hemos deleitado con abstracciones que han llevado al límite el concepto de la “nueva carne” de Cronenberg. Recordemos “Organ” (1996), “Tokyo Snuff” (1988), “La Venganza Sangrienta de Aki” (1992), “Guts of a Virgin (Shojo no harawata)” (1986), “Guts of a Beauty (Bijo no harawata)” (1986) o “Naked Blood” (1996). Aunque “Pinocho…” más que un largometraje al uso casi podríamos definirla como un episodio ampliado de la saga “Guinea Pig” (1985) porque comparte con las atrevidísimas entregas de esa colección la parquedad y la caricatura hiperbólica de un guión más propio de un comic “manga” que de un largometraje.

Este es el principal problema con esta película, un guión que apunta cosas interesantes pero que no se desarrolla en ningún aspecto.

Se nos muestra un Japon con sus calles llenas de gente que circulan como fantasmas o se quedan mirando con extrañeza a los protagonistas sin intervenir en ningún momento. Una ciudad moderna y avanzada (aunque los aparatos, iluminación y transportes que vemos ahora nos parezcan prehistóricos) que contrasta con callejones abandonados y sucios donde malviven personajes como Himiko. En estas imágenes están algunos de los mejores momentos de la película, como los edificios cubiertos por máquinas de aire acondicionado, o las azoteas iluminadas que coronan la ciudad bajo el cielo nocturno. El director crea poesía a partir de desechos.

También hay reminiscencias de “Blade Runner” (1982) cuando empezamos a sospechar que Pinocho no es el único androide entre el personal que rodea al fabricante de robots.

Estos films transmiten habitualmente una preocupación por la existencia de corporaciones secretas y mafias que experimentan de forma retorcida con ciudadanos indefensos. Drogas y mutaciones, fantasmas de la sociedad nipona heredados de las consecuencias atómicas de la Segunda Guerra Mundial.






El trabajo de los actores es brutal, se dejan la piel en unas interpretaciones esforzadas hasta niveles que pocas veces recuerdo haber visto.

Me quedo con el recital de Onn-chan en el papel de Himiko. Nunca hubiera imaginado que un ser humano pudiese parecer de forma tan genuina un tren. Aunque hay que decir que su particular exhibición en los túneles después de las experiencias posteriores al coito tienen un precedente en la inconmensurable Isabel Adjani de “La Posesión” (1981) una de las películas favoritas de Shozin Fukui.

Mención especial para la supermujer que arrastra medio desnuda a Pinocho hasta la calle como si sacara la basura. Solo aparece en escena pocos segundos pero el poderío de esa anatomía se me ha quedado en la memoria para siempre.







Sobre las transformaciones que tienen lugar en el escondite de Himiko me gustaría preguntar a David Lynch si pudieron ser en algún modo inspiración para la fuga psicogénica de “Carretera Perdida” (1997)







La banda sonora a base de hardcore industrial es otra cosa muy destacable de la película.
Espero que a ningún padre desorientado se le ocurriera regalar a sus niños esta película creyendo que tenía algo que ver con el clásico cuento de Carlo Lorenzini. Por los pelos podríamos encontrar similitudes con la obra original pero esta locura japonesa es a la adaptación de Walt Disney lo que un sonajero a una Magnum del 44.

“Pinocho Raíz de 964”  es un film que hay que ver con mucha receptividad. Hipnótico, deslumbrante, oscuro, provocador, desafiante, obsceno, morboso. Si su guión hubiese estado en consonancia con la fuerza de sus imágenes podríamos estar hablando de una obra maestra.











Calidad Cinematográfica:  7

Psicotronia:  9

Gore:  7

domingo, 6 de diciembre de 2015

EL MANANTIAL DE LA DONCELLA (1960)



“Jungfrukällan”

Dir.: Ingmar Begman

Suecia.- Blanco y Negro

Drama.- 89 Minutos

35 mm.- 1.37 : 1

Sonido: Monoaural

Música: Erik Nordgren

Fotografía: Sven Nykvist

Guión: Ulla Isaksson



Producción: Ingmar Bergman, Allan Ekelund

Prod. Co.: Svensk Filmindustri



Intérpretes: Max von Sydow (Töre), Birgitta Valberg (Märeta), Gunnel Lindblom (Ingeri), Birgitta Pettersson (Karin), Axel Düberg (Thin Herdsman), Tor Isedal (Mute Herdsman), Allan Edwall (Beggar), Ove Porath (Boy), Axel Slangus (Bridge Keeper), Gudrun Brost (Frida), Oscar Ljung (Simon), Tor Borong (Farm-hand),Leif Forstenberg (Farm-hand)



Töre es el señor propietario de una hacienda agrícola y ganadera. Allí vive junto a su mujer Märeta y su hija Karin. También residen sus sirvientes y empleados que allí se cobijan de las duras condiciones de la noche invernal. Entre ellos está la joven Ingeri, casquivana y malencarada que carga con un embarazo fruto de sus correrías nocturnas. En secreto odia a Karin. Envidia sus privilegios y siente rabia porque sabe que la conducta de la joven noble no es mejor que la suya propia y aun así debe estar a su servicio y soportar reproches por actitudes que a la hija de los amos le son toleradas.

Karin es una chica bellísima y zalamera que sabe manejar a sus padres que intentan darle una educación firme y católica pero se rinden a la dulzura de su niña.

Ha trasnochado y se levanta tarde para acudir a los maitines así que Töre para que compense su falta le pide que lleve como ofrenda para la Virgen unos cirios a la Iglesia que está lejos, al otro lado del bosque.

Ingeri acepta de mala gana y durante el trayecto la tensión entre las muchachas va en aumento. Llega un momento en que pide a Karin volver a la granja porque empieza a anochecer pero la doncella se niega pues confiada en la santidad de su cometido no teme que pueda sucederle nada malo.

Por el camino se encuentra con tres pastores con los que hace amistad y comparte la comida pero ellos traicionarán su confianza y se apropiarán de sus pertenencias huyendo del lugar.

Casualmente van a parar a casa de Töre que les da posada y cena. Uno de ellos no tendrá mejor ocurrencia que ofrecerle a Marëta en venta la túnica que ella de inmediato reconoce como aquella con la que por la mañana vistió su hija. De inmediato se lo hace saber a su esposo que informado a continuación de todos los detalles por Ingeri ,que fue testigo de los hechos acontecidos en la arboleda, tomará la decisión de enfrentarse a sus huéspedes con todas las consecuencias.

No conozco en profundidad la obra de Bergman para interpretar suficientemente el contenido de “El Manantial de la Doncella” pero evidentemente la película es más compleja de lo que puede parecer a primera vista. Esta adaptación de un poema medieval de su tierra sirve al director sueco como soporte para desplegar un discurso en el que no puedo distinguir la reflexión sobria de un corrosivo sarcasmo al estilo de “Viridiana” (1961) de Buñuel. Aunque los hechos que se cuentan en el film suceden en el siglo XIII las relaciones entre los señores y los criados/empleados y entre padres e hijos son atemporales como también lo son la actitud de los jóvenes y de los adultos que acordes a la posición social de unos y otros llegan a tener inquietantes puntos de encuentro. Estos dualismos quedan retratados cuando vemos juntas a Karin rubia, albina, resplandeciente en su blanco corcel y a Ingeri, morena, oscura y permanentemente encorajinada sobre su caballo pardo. 







La cosa se acentúa cuando nos enteramos de que Karin la noche anterior se acostó tarde porque estuvo tonteando con el padre del niño que lleva Ingeri en el vientre. Bergman nos lleva a un punto donde las diferencias entre nobles y plebeyos son difusas y los acontecimientos suceden como consecuencia de los actos de cada persona de acuerdo con su condición de ser humano, sus virtudes y debilidades.


La naturaleza animal de Ingeri, la hace actuar de forma impulsiva guiada por instintos primarios para crear conflictos pero que también le salvan la vida gracias al miedo que es la principal herramienta de supervivencia en los seres vivos. La hace huir en la cabaña del Caronte en el paso del río y la atenaza para no ayudar a Karin cuando más la necesita.

En el caso de Karin es su temeraria fe lo que la hace creerse invulnerable y la lleva a las puertas del desastre.

¿Cómo no vamos a suponer una maliciosa intención en el guionista y en el director cuando en uno de los momentos de máxima tensión del film los pastores y Karin escenifican la escena de Caperucita y el lobo pero a la inversa? A continuación detona el espanto en los rufianes ya predispuestos para la acción violenta cuando de la merienda que la virtuosa doncella le ofrece al niño sale un repulsivo sapo. Descubrir que la cabrita a la que la chica se aferra presa del miedo puede ser robada tampoco ayuda.

Después quien se supone que ha de ser el personaje ejemplar en esta historia se erige en juez y jurado llevándose por delante al único ser verdaderamente inocente y víctima de unos y de otros.

Recuerdo una conversación que presencié en cierta ocasión entre dos gitanos evangélicos. Uno reprendía al otro por actuar mal advirtiéndole de que el Señor le castigaría y el otro le contestaba que no porque a los cristianos cuando pecan el Señor les lava, les limpia a través de la penitencia que les impone el Pastor.

Pues me vino a la memoria esta imagen cuando en el film brota el manantial y vemos a los presentes lavándose con el agua milagrosa para purificarse. No puedo evitar pensar que Bergman está poniendo sobre el tapete la hipocresía de la religión como último eslabón al que agarrarse para poder seguir viviendo con la conciencia tranquila. Porque si bien se nos presenta como un evento milagroso veamos cómo podría Carmen Porter explicar este suceso:


“El brote espontaneo de una corriente de agua junto a un río puede tener una explicación que no necesariamente sea atribuible a un hecho sobrenatural.  Algunos ríos pierden por filtración parte de su caudal de agua, que sigue fluyendo bajo la tierra sin dispersarse, para salir de nuevo la superficie al cabo de cierto trecho: este fenómeno se llama resurgimiento.”



“El Manantial de la Doncella” también se puede disfrutar sin necesidad de explorar entre todas las metáforas y segundos discursos que contiene. En el aspecto visual es magnífica aunque es una lástima que tanto preciosismo se queda encajonado en un formato 1.37 : 1. En el cine no es un problema pero en casa tienes que tener un monitor que te permita ampliar la imagen al máximo para deleitarte con la belleza de su fotografía y la fuerza de sus imágenes.

La ambientación está cuidada al detalle, contemplamos escenas de una época en la que el despertador es el gallo, las casas de madera o piedra y barro, la leche se cuela a través de ramas, la luz es de velas y antorchas, el calentador son piedras incandescentes y el espejo la superficie del agua en la tina de barro.








La banda sonora es escueta pero muy interesante manteniendo la fidelidad a la época en la que se sitúa la narración. El birimbao es un peculiar instrumento con el que el malvado consigue llamar la atención de Karin.

Aunque la iluminación es escasa en algunos momentos la fotografía es tan exquisita que no perdemos ningún detalle y se consiguen atmósferas muy sugestivas.

Uno de mis momentos favoritos del film es cuando Tore recibe a los pastores que suplican cobijo. Una estampa que podría pertenecer a cualquier grabado de la Escandinavia medieval o a la imagen de una antigua carta del tarot.






















Y es que Max Von Sydow no solo es un actor portentoso sino que además en su juventud (¿realmente alguna vez ha sido joven?) presentaba un físico impresionante, con su rostro alargado y su cuerpo fibroso hay momentos en que parece una figura de piedra viviente. Otra imagen clásica de la película es cuando tumba el abedul para purificarse. El arbolito es otra víctima de este buen señor.

Los tres rufianes son verdugos despreciables pero el director nos remueve la conciencia cuando nos deja ver las condiciones en que subsisten en el bosque o los agujeros de sus zapatos. Son estúpidos, son como alimañas silvestres que se mueven por instinto, como Ingeri aunque la joven como diría Pablo Iglesias ya no está en una clase tan baja como la de ellos y no tiene problema en denunciarlos a su amo.

Märeta, Birgitta Valberg  también merece atención, a su creación de madre firme y piadosa, a su contención y a sus silencios.





Y la doncella Karin, Birgitta Pettersson que está que se rompe. Bellezón sueco juvenil que tal como se levanta se enfunda el vestido de los domingos sin preocuparse por los efluvios que puedan desprender sus rincones más y menos íntimos. Cosas de la Edad Media.

Un personaje interesante es también el empleado que ha corrido mucho mundo y se muestra sensato siendo el primero que se huele la tostada de que los huéspedes acogidos por el patrón ocultan algo.

“El Manantial de la doncella” es una lección magistral de cómo hacer buen cine sin estridencias siendo una película que va mucho más allá de la historia que cuenta en apariencia sencilla.


Notas:

Como todo el conjunto de la obra de Ingmar Begman “El manantial de la Doncella” dejó huella en muchos otros cineastas.

- “La Ultima Casa a la Izquierda” (1972) es un inconfeso pero descarado remake situado en los años 70 en Manhattan y los bosques de Connecticut. Ya he comentado que la situación de las jóvenes amigas que se meten en líos desobedeciendo a sus padres es una situación atemporal y Wes Craven retoma este aspecto y la colisión entre la clase acomodada y la carne de presidio. No admite comparación en el aspecto formal con el film de Bergman pero contiene los suficientes aspectos de interés como para haberse convertido en un clásico del cine de terror seminal. Otra paletada de tierra sobre el sueño hippie.

- En “Los Señores del Acero” (1985) la princesa Agnes, Jennifer Jason Leigh, se toma muchas libertades con su sirvienta Kathleen hasta que cae presa de una banda de mercenarios y buscavidas. Un film que retoma algunas de las claves de “El Manantial de la Doncella” siendo blasfema de forma menos solemne y más orientada al género de aventuras con la protagonista debatiéndose entre el amor al joven noble o la pasión en brazos del truhan líder de los bandidos.


"El Manantial de la Doncella" obtuvo el Oscar a la mejor pelicula de habla no inglesa en 1961.








Calidad Cinematográfica:  9

Psicotronia:  7

Gore:  2