sábado, 27 de febrero de 2016

EL REY DE NUEVA YORK (1990)


“King of New York”

Dir.: Abel Ferrara

USA / Italia / Reino Unido

Gangsters / Thriller / Drama

103 min.- Color

35 mm.-  1.85 : 1

Sonido: Dolby SR

Musica:  Joe Delia

Fotografía: Bojan Bazelli

Guión: Nicholas St. John

Producción: Augusto Caminito, Mary Kane, Jay Julien, Randy Sabusawa, Vittorio Squillante

Prod. Co.: Reteitalia, Scena International, Caminito, The Rank Organisation



Intérpretes:  Christopher Walken (Frank White), David Caruso  (Dennis Gilley), Laurence Fishburne  (Jimmy Jump), Victor Argo (Roy Bishop), Wesley Snipes (Thomas Flannigan), Janet Julian (Jennifer Poe), Joey Chin (Larry Wong) Giancarlo Esposito (Lance), Paul Calderon  (Joey Dalesio), Steve Buscemi (Test de pureza), Theresa Randle (Raye), Leonard Thomas  (Blood), Roger Guenveur Smith (Tanner), Carrie Nygren  (Melanie), Freddie Jackson (El mismo), Sari Chang  (Colaboración Especial), Vanessa Angel (Mujer Británica), Phoebe Legere (Mujer de Bordello) , Pete Hamill (Colaboración especial), Gerard Murphy (Mulligan), Randall Sabusawa, Ernest Abuba (King Tito), Frank Adonis (Paul Calgari), Erica Gimpel (Dr. Shute), Frank Gio (Arty Clay), Jack Goode, Jr. (Patrón del Palladium), Michael Guess (Carter), Robert La Sardo (Escolta italiano), James Lorinz  (Tip Connoly), Gary Landon Mills (Chilly), Harold Perrineau, Jr. (Thug Leader), Wendell Sweda (Hombre desayunando), Ariane  (Colaboración especial)


Aaaaaaaaaaaaargh!! ¡¡¿Cómo puede ser Christopher Walken tan jodidamente cool?!!

El director Abel Ferrara venía apuntando maneras en sus primeras películas, actualmente todas de culto, y  con “El Cazador de gatos” (1989), “El Rey de Nueva York” (1990) y “Teniente Corrupto” (1992) alcanzó la cúspide de su cine. A partir de entonces la cosa se empezó a empastrar con extraños delirios de cine de autor pero todavía pudo dejarnos la estimable “Ladrones de Cuerpos” (1993) y sobre todo “El Funeral” (1996), su última gran obra.

Frank White sale de la cárcel. Ha tenido tiempo para reflexionar , aprender y marcarse objetivos en la vida. Era el líder de una peligrosa banda de gangsters negros de Nueva York que con la noticia de su regreso le han venido preparando el terreno para volver a dirigir el negocio a lo grande.

Pero hay otras bandas que han conseguido hacerse con el control de algunos distritos y no sienten respeto por Frank. La Policía tampoco está contenta con su regreso porque saben que eso va a significar problemas. Pero Frank lo tiene claro, es su ciudad y no se va a conformar con una parte, lo quiere todo porque está decidido a conseguir que la gente le quiera. Su objetivo no puede ser más ambicioso, quiere ser Alcalde de Nueva York.

Así se puede resumir en pocas líneas el argumento de la película pero que nadie se lleve a engaño porque esta historia es muy grande y tiene mucha tela que cortar.

Vemos salir a Frank de Sing Sing, es un ambiente turbio, crepuscular pero él aparece impecablemente vestido con traje y abrigo negro hasta donde le espera una limusina. Sentado detrás entre dos preciosas mujeres, una blanca y una negra, el vehículo recorre la ciudad y acompañamos a este hombre pensativo que parece estar recuperando sensaciones mientras contempla las avenidas, puentes, callejones, suburbios…






El final del trayecto es un lujoso hotel donde Frank se reencuentra con los chicos de la banda. En este momento la magia que desprende este melancólico personaje explota cuando descubrimos que él es uno más en este grupo de peligrosos gangstas de raza negra. Este es uno de los aspectos más insólitos y visionarios por parte del director, un blanco liderando una banda de enloquecidos criminales con actitud y estética de hip hop. Pero el que actúen de forma escandalosa no quiere decir que sean estúpidos. Laurence  Fishbourne crea un personaje increíblemente carismático y astuto, el brazo ejecutor de su amigo y jefe.








Frank se apoya en una bella abogada que le sirve de puente para acceder a periodistas y políticos. Esta faceta del mundo del hampa al más alto nivel es heredera directa de los clásicos de Coppola.  Después cuando pisamos los callejones y los tugurios está más presente la influencia de Scorsese. Hay reverencia hacia los gangsters clásicos de la época de “Al Rojo Vivo” (1949) o “Scarface” (1932) en el Frank White más egocéntrico y dispuesto a crear su propia justicia por encima de la  ley en base a su particular código ético basado en la fidelidad y el respeto. Juez y jurado que no repara en utilizar la violencia mientras va perdiendo el contacto con la realidad como el Tony Montana de “El Precio del Poder” (1983). Pero “El Rey de Nueva York” se erige con personalidad propia desde las ideas de Ferrara y su atormentada forma de ver la ciudad y los personajes que pululan por ella. Frank gusta de visitar ambientes de lujo pero no puede despegarse de los callejones, del metro, de los taxis, de los clubes… ama Nueva York y quiere redimirlo para redimirse a si mismo. Necesita 16 millones de dólares para financiar un proyecto benéfico pero solamente conoce una manera de conseguir sus fines que no tiene nada que ver con el crowfunding y sí con hacer rico a los fabricantes de ataúdes.







La Policía tampoco escapa a la funesta mirada del director, son también un clan, una familia integrada en la multiculturalidad del barrio que ven en la organización de Frank una amenaza para el orden establecido. Desamparados por las Instituciones tampoco encuentran una solución al problema que no pase por la violencia.

Es imposible concebir esta película sin la presencia de Christopher Walken que hace creible un personaje ambiguo, frío y apasionado, elegante y barriobajero, generoso y despiadado. Uno de los mejores trabajos de su carrera y uno de los gangsters definitivos de la historia del cine.

Ferrara no está a la altura de Coppola, Scorsese, DePalma o Hawks pero su cine es elegante y sabe crear atmósferas. En sus mejores películas narraba con nervio siendo capaz de crear escenas brillantes y memorables como la impresionante secuencia del entierro en este film.



Otros grandes momentos:

-La negociación por la cocaína de Jimmy con King Tito en la habitación del hotel

-El encuentro en el metro con los atracadores resuelto por Frank con una clase infinita

-La propuesta de Joey Dalesio a Arty Clay y como le responde el italiano

-La conversación con Larry Wong en el hospital delante de la niña. Frank se traga el hiriente comentario final del chino pero no lo olvida.

-Jimmy Jump en el drugstore

-El tiroteo en el Barrio Chino

-La persecución de coches nocturna bajo la lluvia y los dramáticos e interminables momentos en el solar

-El ambientazo en el local negro antes de la confrontación con los infiltrados de la Policía

-El ya mencionado entierro

- El cara a cara entre Frank y Bishop en casa de éste y después en el metro. El Policía parece ridículo intentando replicar con sus primitivas convicciones de experimentado agente de la ley a los particulares razonamientos de White. En el fondo no son tan diferentes y se respetan pero cada uno actuará hasta el final de manera consecuente con sus convicciones.

Los diálogos durante todo el metraje son directos y contundentes abundando las frases lapidarias como esta charla entre Jimmy Jump y Joey Dalesio:

- Tu no vendes droga, tu sólo matas
- Pero ahora estoy en paro, ya no queda nadie a quien matar

Ferrara es un excelente director de actores y todos los secundarios están magníficos destacando David Caruso por su enérgico personaje de Policía irlandés y un sobrio Wesley Snipes a punto de dar el salto al estrellato de la mano de Spike Lee.







Las orquestaciones de sintetizador creadas por Joe Delia son solemnes y envolventes como la niebla que envuelve la ciudad. Se alternan con trallazos de rap old school que hicieron que esta película calase hondo en la comunidad negra y fuese citada a menudo en las letras de muchos grupos de hip hop. Por ejemplo, Notorius Big se hacía llamar Frank White en algunos temas propios.

Se dice que “El Rey de Nueva York” se realizó con un presupuesto muy ajustado pero es llamativo que parte de la financiación corriese a cargo de Berlusconi, que contase con la presencia de actores importantes y que fuese realizada de forma más brillante que muchos otros millonarios proyectos de Hollywood. La crítica fue muy agresiva con ella pero el tiempo y el público la han situado en el lugar de culto que le corresponde.


La influencia de este film se hace patente en obras posteriores como “New Jack City” (1991), “Pulp Fiction” (1994) con un breve papel para Walken,  y en series como “Breaking Bad” con la presencia de Giancarlo Esposito en el papel de Gus Fring, con un protagonista de apellido White y con un empleo similar de la violencia en las motivaciones de los personajes. También podemos reconocer la sombra de Frank White en el Wilson Fisk del “Daredevil” de Netflix. La secuencia en que el periodista Urich se encuentra con Fisk en la sombra al  volver a casa me recuerda a cuando Bishop se ve en una situación muy similar con otro gangster que también tenía aspiraciones políticas.

“El Rey de Nueva York” es cine negro entendido según la particular perspectiva de Abel Ferrara. Oscuro, violento y atormentado. Con un Christopher Walken demoledor.






Notas:

Esta película es posterior en la filmografía de Ferrara a la infravalorada “El Cazador de Gatos” (1989) un film que a mi modo de ver es muy interesante. Después de “El Rey de Nueva York” llegó su obra maestra: “Teniente Corrupto” (1992) en la que el director igual que supo sacar lo mejor de Christopher Walken en la película que hemos comentado hizo lo propio con Harvey Keitel que alcanzó cotas de interpretación sobrehumanas.









Calidad cinematográfica:  8

Psicotronia:  7

Gore:  5

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