martes, 15 de septiembre de 2015

EL ENIGMA… DE OTRO MUNDO (1951)



"The Thing from Another World"

Christian Niby (& Howard Hawks)

EE. UU.- Blanco y Negro.- 87 Min.

Terror / Ciencia Ficcion

Imagen: 1.37 : 1.- 35 mm.

Sonido: Monoaural

Música: Dimitri Tiomkin

FX.: Donald Steward; Ardell Lytle; Linwood G. Dunn; Harold E. Stine




Maquillaje: Lee Greenway

Fotografía: Russell Harlan

Guión: Novela de John W. Campbell; Charles Lederer; Howard Hawks; Ben Hecht

Producción: Howard Hawks; Edward Lasker

Prod. Co.: RKO Radio Pictures; Winchester Pictures Corporation.


Intérpretes:  Margaret Sheridan (Nikki); Kenneth Tobey (Captain Patrick Hendry); Robert Cornthwaite (Dr. Arthur Carrington), Douglas Spencer (Scotty); James Young (Lt. Eddie Dykes); Dewey Martin (Crew Chief Bob); Robert Nichols (Lt. Ken 'Mac' MacPherson) William Self (Corporal Barnes); Eduard Franz (Dr. Stern); Sally Creighton (Mrs. Chapman); James Arness (La Cosa)…


Mucha gente se sorprende cuando se acerca a esta película y descubre que no está dirigida por Howard Hawks. La sorpresa es mayor cuando la ven porque descubren durante todo el metraje la impronta y el estilo del director nacido en Indiana y apellidado Winchester Hawks . Siendo productor y coautor del guión ¿Por qué se adjudicó su autoría al operario Christian Niby?







Una respuesta podría ser que Hawks tenía una personalidad inquieta que le llevaba a involucrarse en infinidad de proyectos relacionados con el cine. No ha trascendido si esas participaciones le reportaban beneficio económico, suponemos que si en aquellos casos en los que su nombre apareciera en los créditos.

Pero en “El Enigma de Otro Mundo” la mano del maestro va mucho más allá de lo circunstancial. La película es suya claramente.

Tal vez prefirió quedar al margen por el claro tono de serie B de la película apartado del nivel que habitualmente acostumbraba a manejar en sus filmes o para evitar volver a ser acusado de propagandista como lo había sido por “Sargento York” (1941)  y “Air Force” (1943). En este caso encontraríamos un tono abiertamente militarista en  frases como “Gracias a la ciencia hemos desintegrado el átomo y hemos hecho un mundo mejor” estando recientes las masacres de Hiroshima y Nagasaki o por la forma en que el periodista cuenta finalmente la noticia de los hechos vividos como un triunfalista parte de guerra.







Y es que “El Enigma de Otro Mundo” podría considerarse por muchas razones un film bélico. Si trasladamos el campamento polar y la acción a una selva vietnamita y sustituimos la amenaza extraterrestre por “Charlies”, voila…

El periodista Ned Scott siempre a la busca de noticias se reencuentra en una cantina de Anchorage (Alaska) con su amigo el Capitán Pat Hendry. Casualmente el aviador recibe una orden del Alto Mando: a poca distancia de una base científica situada en el Polo Norte se ha estrellado un avión. Deberá transportar y dirigir un comando de investigación y apoyo.

A la expedición se apunta el reportero que cree haber encontrado la noticia de su vida cuando descubren que lo que hay bajo el hielo en el lugar del accidente no es un avión, o por lo menos no es un aparato volador fabricado en el planeta Tierra.

Cerca de la nave encuentran congelado a un humanoide. Recortan el bloque de hielo en el que se encuentra atrapado y lo llevan al campamento. Uno de quienes lo vigilan a solas decide durante su turno cubrirlo con una manta para no tener que verlo todo el tiempo. Mala idea.






“El Enigma de otro mundo” es un film entrañable y apasionante por muchas razones. Encontramos durante todo el metraje el clima de camaradería masculina de los tipos que están acostumbrados a enfrentar situaciones complicadas, militares en este caso, a los que se une un carismático periodista de los que están siempre en el lugar del suceso para sacar la primera foto. Las conversaciones y los diálogos son acordes a estos personajes, sarcásticos y burlones. Quien los escribió era buen conocedor de estos ambientes.






La Srta. Nicholson (Nikki), ayudante del Dr.Harrington da la réplica al protagonista de la película, Pat Hendry, con descaro y agudeza cuando le recuerda un etílico encuentro que tuvieron tiempo atrás y mas tarde en una genuina escena de comedia cuando bromean los dos sobre el peinado del reportero Scotty.



La expedición a la búsqueda del artefacto ofrece algunas de las mejores escenas del film, con los hombres sobre la gran extensión de nieve y hielo azotados por la ventisca. La forma en que solucionan el problema de sacarlo a la superficie es sencillamente genial. Castrense total.






Después casi toda la acción sucede en el interior de los barracones donde nos contagiamos de la sensación de frío y aislamiento.

El visitante del espacio aparece pocas veces pero el ritmo del film no se resiente porque disfrutamos con las andanzas del grupo humano, de sus discusiones sobre cómo afrontar la situación, sus escaramuzas con la criatura y sus intentos por descifrar la naturaleza del enemigo.





Si bien Hawks podía estar orgulloso de la película como film de aventuras podemos entender que la psicotronia de las secuencias más orientadas a la ciencia ficción le resultase chirriante. Hasta para 1951 debian de resultar cómicas. Consciente de ello utiliza a Scotty para hacer un chiste autoparódico cuando se refiere al ser extraterrestre como “super remolacha” . Las teorías sobre la “viña telepática” o el “acanto secularis” lo compensan un poco.







Hawks se permite otra gracieta cuando el periodista pregunta al soldado que debe disparar la pistola de señales si tendrá buena puntería y este le responde: He visto a Gary Cooper en "El Sargento York”

Son alucinógenas las imágenes de los doctores auscultando los brotes germinados a partir de esporas y alimentados con sangre. “Casi el llanto de un recién nacido hambriento”

Hoy en día también sorprende con que ligereza se tomaban el tema de la radioactividad, sin ningún tipo de precaución, con el contador Geiger arriba y abajo.

El contador lo utilizan para seguir la pista del monstruo. Las escenas en las que tratan de localizarlo por los pasillos de los barracones nos recuerdan a las que vimos años después en la nave Nostromo con el sensor de movimiento. Los empeños de Harrington en preservar la vida alienígena son persistentes aunque no tanto como los del androide Ash.








Las breves apariciones de la Cosa son feroces e impactantes. Las escenas finales son ya parte de la historia del cine fantástico.

En líneas generales la película transmite bien la esencia de la novela original de John W. Campbell aunque se tiene que permitir licencias con el alienígena mucho mejor definido en el texto como un multiforme que se divide y reproduce con exactitud microscópica la morfología de sus víctimas. Las discusiones del científico Harrington con el militar Pat Hendry están muy lejos de las profundas reflexiones filosóficas de Campbell. Algunas ideas de la historia original se mencionan de pasada en la película sin llegar a desarrollarlas como la de que el monstruo pueda leer el pensamiento.







¿La película de John Carpenter? El vitalista Hawks nunca hubiera realizado un film tan oscuro y sombrío así que no voy a entrar en comparaciones. “La Cosa” (1982) es fiel a la novela hasta donde la capacidad de su director pudo alcanzar. Y fue mucho, pero también es radicalmente diferente al film que estamos comentando.

“El Enigma de Otro Mundo” es un loco pero apasionante film de aventuras bélicas y ciencia ficción. Serie B infinitamente superior al noventa por cien de la producción cinematográfica del Hollywood actual.



Notas:

- La naturaleza vampírica de los brotes parece que inspiró después a los guionistas de “Planeta Sangriento” (1966), otra maravilla de la serie B también fusilada por Ridley Scott para su “Alien” (1979).

- James Arness, “La Cosa”, disfrutó de una gran popularidad en los años 70 con la serie de televisión “La Conquista del Oeste”. Todavía se escucha a veces a personas ya talluditas hacer alguna broma con el nombre de Zebulon Macahan (pronúnciese Makeijan).

- Estando a los ocho años yo en la cama con sarampión, mi abuelo que conocía mis gustos me trajo  esta edición española de “El Enigma de Otro Mundo” para hacerme más llevadero el malestar. Incluye también el relato breve de Patricia Highsmith “Los Caracoles”











































Calidad Cinematográfica:   7

Psicotronia:   7

Gore:  2




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