martes, 21 de julio de 2015

MAMA NEGRA MAMA BLANCA (1973)



“Black Mama White Mama”

Dir.: Eddie Romero

Acción / Thriller / WIP / Exploitation

EE. UU. / Filipinas

87 Min. / Color

35 Mm / 1.85 : 1

Sonido: Monoaural

Música: Harry Betts

Fotografía:  Justo Paulino




Guión: Joe Viola, Jonathan Demme, H. R. Christian.

FX : Teofilo Hilario

Producción: John Ashley, David J. Cohen, Eddie Romero.

Prod. Co.: American International Pictures (AIP), Four Associates Ltd.


Intérpretes: Pam Grier (Lee Daniels), Margaret Markov (Karen Brent), Sid Haigh (Ruben), Lynn Borden (Funcionaria Densmore), Laurie Burton (Warden Logan), Eddie Garcia (Capitán Cruz), Alona Alegre (Juana), Dindo Fernando (Rocco), Vic Diaz (Vic Cheng), Wendy Green (Ronda), Lotis Key (Jeanette), Alfonso Carvajal (Galindo), Bruno Punzalan (Camionero), Subas Herrero (Luis), Jess Ramos (Alfredo), Carpi Asturias (Lupe), Andres Centenera (Leonardo), Bomber Moran (Vic Cheng`s Goon)


El subgénero de mujeres en prisión o WIP (Women in Prison) casi siempre garantiza psicotronia y morbo para los bajos instintos del espectador.

En esta ocasión la presencia de la pantera Pam Grier y de la amazona caucásica Margaret Markov hacen que la cosa prometa bastante. Y las expectativas no se ven defraudadas.


Esta película es un genuino producto de los 70`s que va más allá de la exploitation y combina de forma explosiva el thriller, el western moderno, la aventura, la acción y el road movie entrando de lleno en los terrenos del Peckinpah de “Quiero la cabeza de Alfredo Garcia” (1974) o de “El ex - preso de Corea” (1977) . Un nuevo tipo de cine que empezaba a despuntar, descarnado y violento que junto a otros films de H.B. Halicki, Dennis Hooper o Monte Hellman servirían como influencia futura para gente como Tarantino, como se aprecia claramente en “Amor a Quemarropa” (1993) escrita por el realizador de “Kill Bill”.




A un “centro de rehabilitación de mujeres “ localizado en una isla de Filipinas llega un autobús con nuevas reclusas. Entre ellas Lee, prostituta que ha huido de un narcotraficante de peso en la zona y la bella Karen, integrante de una guerrilla revolucionaria.

En el correccional hay dos guardianas que mantienen una relación íntima aunque una de ellas no tiene reparos en utilizar a las más bellas reclusas para sus particulares y retorcidos juegos de sumisión.

Pronto se fija en Lee que la rechaza sin miramientos. 







La afroamericana y Karen son líderes naturales con fuerte carácter que las llevará a enfrentarse reiteradamente.

La tensa situación fuerza el traslado. Por el camino el transporte que las lleva se encuentra con una doble emboscada que las protagonistas aprovechan para escapar unidas por las muñecas con una cadena.  Aunque no les guste tendrán que colaborar para salir adelante.





Seguidas por la Policía, por los secuaces del narco que busca a Lee y por los amigos insurrectos de Karen, las evadidas atravesarán la provincia para llegar a un puerto  donde un amigo de Lee puede facilitarles la huida de la isla en un barco.






“Mamá Negra Mamá Blanca” no es la primera película en la que escapan dos presos de diferente raza. Podemos recordar la espléndida “Fugitivos” (1958) de Stanley Kramer con Sidney Poitier y Tony Curtis. En el film de Eddie Romero no se desarrolla todo el potencial de esta situación ni se aprovechan las subtramas de la droga, de la revolución, ni del presidio ni de los conflictos raciales aunque si que encontramos algunos apuntes interesantes. No podemos pasar inadvertido que en el guión está Johnatan Demme, un creador a mi entender sobrevalorado pero que aporta solidez y sustancia en cualquier proyecto.

En lo que si que cumple el director es construir un film de acción repleto de situaciones delirantes y personajes interesantes como el narco Vic, el tremendo Ruben brillantemente interpretado por Sid Haig, el sereno y apuesto Capitán Cruz, el carismático líder marxista Ernesto… Las interpretaciones están bastante cuidadas y se maneja bien la expresividad facial y gestual.






Momento cumbre de la película es cuando las protagonistas han escapado a través del tiroteo del vehículo que las transportaba y se encuentran solas y encadenadas en medio del campo. Karen echa en cara a Lee que solo le importa el dinero y la morena le responde echándole en cara que es una niña rica que se ha apuntado a la revolución por capricho. A continuación se reparten una espectacular ensalada de hostias que tiembla el misterio.





La corrupción y la sensación de que no existe la ley campan a sus anchas por los exóticos escenarios.
 
Los vehículos son horteras, recargadísimos de adornos al estilo asiático, destacando el super macarra coche hindi-redneck de Ruben.





El lenguaje es soez y el humor cafre.

Hay que ver a la funcionaria que se mete en un cuartucho oscuro desde donde espía a las reclusas mientras se duchan. Su compañera le suelta cínicamente “Sigue así y te quedarás ciega”

Antológico el “Que niño más cabrón” que Lee dedica a  una criaturita que le desprecia un ramo de hierbajos y al que después disimuladamente propina una patadita.

El “hijas de puta” que les brinda el camionero con sus últimas fuerzas mientras pierde la consciencia. No es para menos, le han echado de su camión llamándole “Chino de mierda”

La discusión que propone Ruben a punta de revolver sobre las pollas de Cruz y del Jefe.

Cuando las chicas sigilosamente entran a robar a casa de un tipo que está ocupado beneficiándose a la parienta. Lee entre risitas dice “espero que no se corra enseguida”

Hay tiroteos memorables pero son especialmente delirantes los del final cerca del puerto.

Por la expresión de la cara de la Markov  y la forma como saltan los casquillos se diría que el fusil que maneja en el tiroteo del embarcadero dispara de verdad.





Me fascina la acción en estas calles o caminos entre las casas y la vegetación de la selva cercana. Son barrios preciosos con casitas típicas de la costa, unas más humildes de madera y cañizo y otras más pudientes de hormigón con dos plantas y terrazas acristaladas. Paisajes que tristemente ya no son como aparecen en la película por culpa del azote de los tifones.

Pocas veces he visto un duelo a muerte como el que tiene lugar entre la colada tendida de un patio trasero.

Hay bastantes escenas de desnudos. Las protagonistas son muy hermosas y se exhiben sin pudor de cintura para arriba en la primera parte del film.

Las escenas de tortura en casa del capo Vic son de auténtico mal gusto.





También hay momentos gore dentro de lo tolerable.

La muerte a cámara lenta de uno de los personajes principales manifiesta una vez más la influencia del director de “Grupo Salvaje” (1969).

La música es muy buena con orquestaciones de afro jazz funky y música country. Un soudtrack apreciado por los coleccionistas.

“Mama Negra, Mama Blanca” es un film que pudo ser mucho mejor pero que visto ahora desde la distancia resulta inesperadamente bueno y adelantado a su tiempo.


Notas:

- El director Eddie Romero tiene una interesante filmografía repleta de títulos psicotrónicos y exploitation.  A seguirle la pista.

- Jonathan Demme le cogió el gusto al tema WIP debutando en la dirección con “La cárcel caliente” (1974). Seguro que por aquel entonces no era tan relamido como demostró tiempo después con la artificiosa y oscarizada “El Silencio de los Corderos” (1991)

- El guionista Joe Viola se puso detrás de las cámaras y junto con Demme en el guión alumbro otra monstruosidad de mujeres entre rejas con Margaret Markov entre las protagonistas: “La Cámara de Tortura” (1972). Como curiosidad el papel principal masculino está a cargo de un tipo llamado Carmen y una de las estrellas femeninas del film se llama de apellido Cagan.










Calidad Cinematográfica:   7´5

Psicotronia:  7

Gore:   5


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