miércoles, 13 de julio de 2016

EL INFIERNO VERDE (2013)




“The Green Inferno”

Dir.: Eli Roth

USA / Chile / Canada

Aventuras / Terror / Gore / Caníbales

100 min.- Color

Imagen: 2.35 : 1.- Cámara Canon C300

Sonido: Dolby Digital

Música: Manuel Riveiro




F.X.: Greg Nicotero, Howard Berger, Ozzy Alvarez, Cristián Barraza y equipo.

Fotografia: Antonio Quercia

Guión: Guillermo Amoedo, Eli Roth

Presupuesto: 6,000,000 $

Recaudación cines: 7,192,291 $ (USA Noviembre 2015)

Producción: Miguel Asensio Llamas, Molly Conners, Nicolás López, Eli Roth, Michael Romero, Gustavo Sánchez, Christopher Woodrow

Prod. Co.: Worldview Entertainment, Dragonfly Entertainment, Sobras International Pictures

Frase promocional: “No Good Deed Goes Unpunished”, “Fear Will Eat You Alive”

En España: “El Miedo Te Comerá Vivo”

Intérpretes: Lorenza Izzo (Justine); Ariel Levy (Alejandro); Daryl Sabara (Lars); Kirby Bliss Blanton (Amy); Magda Apanowicz (Samantha); Sky Ferreira (Kaycee); Nicolás Martínez (Daniel); Aaron Burns (Jonah); Ignacia Allamand (Kara); Ramón Llao (Cazador de cabezas calvo); Richard Burgi (Charles); Matías López (Carlos); Antonieta Pari (Anciana de la aldea); Tatiana Panaifo (Village Girl); Percy Chumbe (Jefe de los guardias); Clara Vázquez (Ayudante de la anciana); Eusebio Arenas (Scott); Sally Rose (Teacher); Paul Norris (Detective); John Mark Allan (Dean); Mary Dunworth (Activista 1); Cody Pittman (Activista 2); Carolina Chacón (Activista 3); Eric Kleinsteuber (Activista 4); Marco Frías (Pilot); Bruno Pakomio (Copiloto); Eufemia Teao (Pintor Ceremonial); Maria Tepihe (Afilador de Cuchillo); Karen Ofanama (Chica Alta); Nelson Castillo (Rescatador)


(…)Durante el rodaje en Chile de Aftershock, Eli Roth había comenzado la escritura de un guion sobre un grupo de estudiantes universitarios que buscan resolver los problemas del mundo mediante la difusión de vídeos que avergonzasen públicamente a todo aquel a quien descubriesen haciendo el mal. Antes de darlo por concluido, la organización Invisible Children lanzó el documental Kony 2012, que instaba a los espectadores a involucrarse para acabar con el señor de la guerra ugandés Joseph Kony y con las acciones criminales de la Lord’s Resistance Army. Impulsado por las redes sociales, el vídeo se hizo viral en internet, siendo visto más de 100 millones de veces. Pronto, sin embargo, fue objeto de intensas críticas por simplificar en exceso y por tergiversar, en algunos casos, una situación demasiado difícil y compleja; como consecuencia, el fundador de Invisible Children e impulsor de Kony 2012, el activista Jason Russell, sufrió un ataque psicótico debido al agotamiento y al estrés.
Roth se sorprendió de que estos acontecimientos de la realidad se asemejasen tanto a la premisa principal de El infierno verde. “Todo el mundo estaba twiteando algo sobre algo que habían visto en un vídeo de YouTube, y casi obligaban a otras personas a retuitear para dejar constancia de que no les era indiferente el tema de los niños soldado de Uganda“, recuerda. “Menos de un mes más tarde, el líder de su causa estaba corriendo desnudo por las calles de San Diego. Finalmente, la campaña de Kony 2012 no hizo apenas nada para solucionar los problemas que subrayaba. Sí que originó un instinto de conciencia, pero sólo a través de esos retuits de YouTube que, evidentemente, no iban a detener a los señores de la guerra“.

Para Roth, la controversia alrededor de Kony 2012 validó el concepto principal de El infierno verde: la idea de que el ‘slacktivism‘ (el activismo de sillón) es un medio para que los usuarios de las redes sociales piensen que están haciendo algo respecto a terribles acontecimientos que están lejos de su control. “Venía de un buen lugar, queriendo ayudar a otros en un lejano rincón del mundo“, dice Roth. “Pero básicamente, se trataba de que las personas se sintiesen mejor consigo mismas“.(…)

Copiar textos de otros blogs y no citar la fuente, no mencionar al autor o no poner un enlace al original es de hijos de puta así que en "Con Z de Zine" nos gustaría dejar claro que estos párrafos con los que hemos empezado la reseña de “El Infierno Verde” pertenecen al blog “Proyecto Naschy”, 29 marzo 2016, y están firmados por “Serendipia” https://proyectonaschy.com/2016/03/29/el-infierno-verde-una-revision-al-cine-de-canibales-de-los-ochenta/

A partir de este punto lo que viene ya es la porquería habitual de cosecha propia.

Pocas veces una película ha sido tan esperada y después ha llevado tantos palos. Los detractores de Eli Roth dicen que ya se veía venir el desastre. Sus defensores lo han tenido difícil para argumentar algo positivo de “The Green Inferno”. A mi la verdad se me escapan las razones por las que un director que solamente tiene cinco largometrajes en su haber es tan aborrecido por quienes en teoría deberían ser fans de la clase de propuesta cinematográfica del judío de Massachusetts . Yo sólo he visto “Hostel” (2005) y me gustó, así que he contemplado de forma objetiva y desprejuiciada su homenaje al cine de caníbales italiano de los ochenta.

Justine es una chica universitaria que comparte piso con su pragmática y bien follada amiga Kaycee. Hija de un abogado de la ONU se siente un poco perdida y contempla interesada la bulliciosa actividad reivindicativa que rodea el ambiente estudiantil. 










No tarda en sentir la necesidad de hacer algo para combatir las injusticias que ocurren en el mundo e intenta entrar en un grupo de trabajo. Conoce a Jonah que la lleva a una reunión de activistas donde al principio es rechazada por el líder Alejandro aunque después ante la sincera insistencia de la chica terminará aceptándola en el grupo. No tardan en preparar una misión de protesta, viajrán a perú para encadenarse a las máquinas de una empresa que está devastando parte de la selva virgen donde habitan unas tribus que van a perder sus casas. La empresa acaba medianamente bien pero la avioneta que les debe trasladar a sitio seguro sufre un percance y los ocupantes acaban perdidos en una zona frondosa cerca de una comunidad salvaje que mantiene sus costumbre desde hace miles de años.








Eli Roth no engaña a nadie. Siempre ha reconocido como una influencia básica para su cine la película “Holocausto Canibal”. En los títulos de crédito finales lo deja claro con un vistoso “Per Ruggero” que a buen seguro el italiano ha sabido aprovechar como publicidad para desempolvar su obra más conocida y emprender una gira de conferencias, entrevistas y presencia en festivales. Además el joven director hace mención explícita a otros films importantes: “El Pais del Sexo Salvaje” (1972) de Lenzi, “Mundo Canibal, Mundo Salvaje” (1977) de Deodato, “Emanuelle y los Ultimos Caníbales” (1977) de D´Amato, “La Montaña del Dios Canibal” (1978) de Martino, “Comidos Vivos” (1980) de Lenzi, “Virus” (1980) de Margheriti (pronunced Mar-ga-reeeeeeeee-ti),“Canibal Feroz” (1981) de Lenzi y “Holocausto Canibal 2” / “La Esclava Blanca” (1985) de Prosperi.

Roth también quiso pisar el terreno para dar autenticidad a su film y el y su equipo viajaron hasta la aldea Callanayacu, en plena amazonía peruana, más allá de donde Herzog rodó “Aguirre: La Colera de Dios” (1972). Los indígenas que apenas se relacionan con el exterior les recibieron encantados y para que entendieran que es lo que se iba hacer les proyectaron “Holocausto Canibal”. Inesperadamente los primerizos espectadores disfrutaron entre risas del espectáculo cinematográfico como si estuvieran viendo una comedia (¿?). Después de someterlo a votación los nativos aceptaron colaborar y el equipo de producción a cambio les arregló unos tejados y les proporcionaron una cocina (muy bien traído) para el colegio.






La experiencia valió la pena porque en lo tocante a escenarios estamos ante lo mejor del film en el aspecto visual. Las escenas del río y de la selva son espectaculares y le otorgan grandeza.  Pero la magnífica fotografía y el incandescente colorido no lo son todo porque el director está bastante verde (je,je) en casi todo lo demás y se encuentra muy lejos de los maestros italianos a los que pretende homenajear o del cine de su amigo Tarantino. La narrativa y la planificación de las secuencias no llega ni al nivel de los mejores episodios de series de televisión señeras como “Perdidos”, “Breaking Bad”, “The Walking Dead” o “Banshee”. 

Por el contrario Roth si que tiene habilidad para dotar de buen ritmo a sus películas y dosificar el tiempo para enganchar al espectador. Una cosa compensa la otra y le sirve para sacar adelante proyectos interesantes mientras va creciendo como cineasta. Otro punto a su favor es que no se conforma con filmar historias de sangre y sustos pero vacías de contenido. Sus personajes tampoco son planos esbozos sin personalidad o caricaturas. Estos matices le conviene cuidarlos bien. Así que al poco de empezar la película estamos acompañando a una niña bien que ve como hay lagunas en su vida que pretende cubrir sintiéndose útil hacia los demás mientras subliminalmente  se evidencia que las carencias responden más al terreno sentimental y sexual. Alejandro, el lider activista llama su atención con su calculado carisma. Es bueno utilizando a la gente y consigue atrapar a la chica a través del bonachón pagafantas Jonah.






La primera asamblea en la que participa Justine ya evidencia que se está metiendo en un grupo sectario. Quien haya asistido a una presentación de las famosas infusiones que patrocinan a equipos deportivos ya sabrá a lo que me refiero.







No tarda en aparecer la sombra de la fatalidad con la forma en que los seguidores de Alex se apuntan sin estar del todo convencidos a la aventura de frenar la destrucción de un clan que tiene su hogar en plena selva virgen. El ambiguo personaje de Carlos tensa más la situación, un tipo encantador que parece entenderse muy bien con Alex pero que no transmite muy buenas vibraciones a pesar de su simpatía y su actitud servicial con el grupo. Los planes salen según lo previsto por el líder pero Justine se lleva un baño de realidad que la deja muy tocada.

Aunque para hablar de “El Infierno Verde” parece que sea necesario acudir a la referencia de “Holocausto Canibal” lo cierto es que el argumento, el desarrollo, el final y el tono pulp la sitúan más cerca de “Canibal Feroz”.

Con el film de Deodato podemos encontrar analogía con la ambigüedad en las intenciones de Alejandro y como el fin justifica los medios para la gente sin escrúpulos convirtiendo el ejercicio del periodismo, en este caso del activismo, en una ácida crítica hacia lo más vil de la condición humana. Aquí las cámaras se ven sustituidas por teléfonos móviles.

Justine, como la protagonista del film de Lenzi prefiere aceptar que es mejor no intervenir en los espacios salvajes y dejar que la naturaleza siga su curso. Sin renunciar a la actividad reivindicativa respecto a la destrucción sistemática de los vergeles y el exterminio de sus habitantes.  En su declaración final intuimos el resentimiento hacia Alex. La línea que separa el amor del odio puede ser muy fina y con su admirado líder ha tenido un curso intensivo de comportamiento psicopático.
Porque el personaje de Alex tiene tela y se nota que Roth lo ha preparado a conciencia. A veces su comportamiento sorprende pero responde en cada momento a una personalidad muy definida. Una de las críticas más feroces que ha cosechado la película es para la escena de la masturbación que parece gratuíta. No lo es, Alex miente cuando dice que es un desahogo, la realidad es que la muerte de su compañera y la manipulación que tienen que hacer de su cuerpo le ha puesto cachondo. Es un depredador surgido de la civilización.

El comportamiento de los supervivientes de la expedición a partir del accidente puede parecer absurdo pero es que en la vida real las personas sometidas a fuerte presión emocional hacemos cosas absurdas.








El poblado nativo, los Yajes en la película, es real aunque entre los indígenas podemos distinguir a algún y alguna occidental debajo del maquillaje. Están perfectamente organizados como no puede ser de otra forma después de miles de años sin televisión. Llama la atención que sean pudorosos y se tapen las zonas íntimas aunque creo que responde más al temor del director por que la película llegase a tener problemas de distribución. Viendo algunos abalorios y ropas que visten las ancianas de la tribu parece como si algún día a la semana visitasen un mercadillo. Tal vez en la preciosa ciudad de Yurimaguas que contemplamos al son del tema “Corre Corazón” en una de las secuencias más inspiradas.








Antonieta Pari interpreta a la líder de los indios, veterana actriz de formación teatral está espléndida en su icónico papel. Repulsiva y atrayente a la vez como debe ser un buen personaje maligno en un film de terror.








Supongo que para los aficionados al gore los nombres de Nicotero y Berger no pasan desapercibidos. No hay demasiadas escenas sangrientas en “El Infierno Verde” pero los momentos puntuales están resueltos con notable contundencia. 






No podemos decir lo mismo de los FX digitales. Si el presupuesto no daba para más casi mejor no haberlas incluido. Los films clásicos italianos de casquería selvática no los necesitaron para crear infinitamente mayor sensación de mal rollo y desolación que el que transmite esta película.

Y es que “El Infierno Verde” por momentos parece haber tomado la línea argumental de “Hostel” y haber cambiado el escenario, chicos que viajan a un lugar extraño para ellos y se encuentran de improviso en el escenario de sus peores pesadillas. No place like home, friends. Dudosa moraleja.

A destacar:

- El planteamiento de la historia con la corrosiva mirada hacia la juventud manipulable con ideologías tramposas y causas inútiles que les otorgan momentos de notoriedad en la abstracción que es el ciberespacio.







- El buen ritmo que nos mete de inmediato en la historia y nos va llevando de la mano hasta el desastre. Sabíamos que iba a ocurrir pero los acontecimientos tienen coherencia y lógica interna para una buena dosificación del suspense y las sorpresas.

- Los personajes bien definidos y lo suficientemente bien interpretados como para que tengamos una cierta afinidad con ellos o contra ellos como es el caso de Carlos, el calvo cabrón de la tribu o el comandante de la guerrilla mercenaria.

- El humor negro casi surrealista, cuando Lars pide un machete al conductor de la barcaza, el niño con la pierna, la bronca que echa la indiecita al joven amigo de Julieta, el momento diarrea, la efectividad de la marihuana peruana conseguida por Carlos (¿realmente será tan buena?), la fría lógica de Alex intentando ver el lado favorable de las desgracias…

- La sensacional música del gallego Manuel Riveiro que subraya con efectividad los momentos de aventura, de magnificencia amazónica y los instantes de máxima tensión.

- La bella Lorenza Izzo carismática y sexy. Buen ojo tuvo Eli Roth para elegir esposa.

- ¿Saben lo que es “La Pruebe del pañuelo”?









En el lado negativo:

- No haber sabido captar el espíritu de films mondo como los antes mencionados o el de otras propuestas más pulp como “Zombi Holocausto” (1980)

- El doble final, con la pesadilla o con la llamada que recibe Justine durante el paso de los créditos finales. Los penosos efectos digitales parecen más propios de un film de la compañía “The Asylum” y restan valor a estas escenas. Se podría decir que sobran.

- La repetición de esquemas que Eli Roth ya debería ir evolucionando.

- El director debe seguir revisando los films que le han influenciado porque continúa estando muy lejos de Martino, Lenzi o Deodato.

- ¿Qué diablos pasó con Samantha?

“El Infierno Verde” aunque no cumple con las expectativas que había generado me parece un film de terror atrevido en la época de lo políticamente correcto que vivimos. Vale la pena.







Notas:

- Esta película estaba terminada y lista para su estreno en el 2013 pero su estrenó se retrasó debido a que la distribuidora Open Road no contaba con el presupuesto suficiente para promocionar una empresa de estas características. Finalmente Blumhouse Productions, Universal Studios y High Top Releasing la presentaron ate el gran público a finales del 2015. En Europa la compañía francesa The Wild Bunch se encarga de su distribución On line y VOD.

- Nicolas Lopez, uno de los productores comentó en una entrevista lo que ya podíamos imaginar, la contención en imágenes sexuales y de desnudos estaba calculada para evitar la clasificación NC-17 en Estados Unidos que relegaría la exhibición a salas especiales. Se podían haber ahorrado tantos miramientos porque igualmente han tenido problemas y con una mayor contundencia a la larga hubieran salido ganando con la distribución en disco y online.

- Hay varios guiños tontorrones con el tema del cerdito, los gruñidos y las sobras al colega uruguayo de Roth afincado en Chile Guillermo Amoedo y la productora “Sobras”. Algunos interiores están filmados en Chile como las escenas en el bar The Clinic, bastante popular en Santiago, la capital.

- Roth pretendía aproximarse a autores como Herzog “Aguirre” y “Fitzcarraldo” (1982) o a Malick de “El Nuevo Mundo” (2005) pero alguien debería hacerle un favor y explicarle que para correr primero hay que aprender a caminar.

- “The Green Inferno” se iba a llamar el original film de Deodato. Es también conocida con ese nombre “Holocausto Canibal 2” (1988) de Antonio Climati, y “Green Hell” es una película de James Whale de 1940.

- En la habitación que comparten Justine y Kaizee vemos un poster de “Yo, Cristina F.” (1981) y uno de “Betty Blue” (1986). Dos peliculones con protagonismo femenino, una inocente y otra salvaje. Tal vez pretenden simbolizar la personalidad de cada una de las amigas.

- Sky Ferreira es una pintoresca estrella de la canción USA que empieza a hacer sus pinitos como actriz. Con su personaje Roth se permite hacer comentarios sobre judíos.Tiene una presencia interesante del estilo de (salvando las distancias) Cristina Ricci, Thora Birch o nuestra querida Macarena Gomez.







Calidad Cinematográfica:  6´75

Psicotronia:  7

Gore:  7



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