“Life of Pi”
Dir.: Ang Lee
Dramático / Aventuras
USA / Taiwan / Reino Unido
127 Min.- Color.
Dolby Digital / Datasat / SDDS
35 mm.- 3D.- Digital.- 1.85 : 1 y otros formatos.
Música: Mychael Danna
FX.: Barrie Grober, Robin Pritchard, Chris Lyons, David
Bronson, Javier Contreras, Donald Elliot, Scott Erb y un amplio equipo técnico.
Guión: David Magee sobre la novela de Yann Martel
Fotografía: Claudio Miranda
Producción: Kevin Richard Buxbaum, Jean-Christophe Castelli,
William M. Connor, Ang Lee, David Lee, Michael J. Malone, Gil Netter, Pravesh
Sahni, David Womark.
Prod. Co.: Fox 2000 Pictures, Dune Entertainment, Ingenious
Media, Haishang Films, Big Screen Productions, Ingenious Film Partners, Netter
Productions, Province of British Columbia Production Services Tax Credit,
Québec Production Services Tax Credit
Interpretes: Suraj Sharma (Pi Patel); Irrfan Khan (Pi Patel
adulto); Ayush Tandon (Pi Patel 11-12 años); Gautam Belur (Pi Patel 5 años);
Adil Hussain (Santosh Patel); Tabu (Gita Patel); Ayaan Khan (Ravi Patel 7
años); Mohd. Abbas Khaleeli (Ravi Patel 13-14 años); Vibish Sivakumar (Ravi
Patel 18-19 años); Rafe Spall (Writer); Gérard Depardieu (Cocinero); James
Saito (Investigador de aseguradora); Jun Naito (Joven investigador de aseguradora);
Andrea Di Stefano (Sacerdote); Shravanthi Sainath (Anandi)
El director Ang Lee está tocando el cielo. No he visto una
película de él que no me haya gustado. Colecciona premios, entre ellos dos
Oscar al mejor director, y sus producciones ganan dinero.
“La Vida de Pi” no tuvo una correcta promoción en España, ya
que la oferta de ver la aventura de un naúfrago que pasa los días en una barca
de salvamento en compañía de un tigre puede parecer algo tedioso para soportar
durante dos horas. Pero esta película es mucho más que eso.
Pi Patel es un chico que vive en Pondicherry una antigua
colonia francesa en India. Su padre es propietario de un zoo y viven lo
suficientemente desahogados como para que no les falte de nada y el joven Pi
pueda acceder a una buena formación. Despierto, inteligente y estudioso pronto
descubre la forma en que no se burlen de él a causa de su nombre. Aunque su
progenitor es radicalmente de izquierdas Pi se interesa por la religión y su
influencia en las personas y el mundo que le rodea, naciendo en él un profundo
sentido de la espiritualidad.
Los vaivenes políticos motivan que la familia venda la
mayoría de sus posesiones y se embarquen rumbo a Canada con algunos de sus más
valiosos animales pero un fuerte temporal interrumpe el viaje.
Pi acaba como único superviviente en un bote de salvamento
en compañía de una hiena, un orangután, una cebra y un tigre de bengala. Tendrá
que ingeniárselas para sobrevivir junto a unos seres tan desesperados por
mantenerse con vida como él mismo.
“La Vida de Pi” es un film concebido para deslumbrar. Queda
claro desde los preciosistas títulos de crédito donde vemos unas bellas
estampas de animales asiáticos en un escenario que es parte fundamental de la
historia. Nos envuelve también una deliciosa melodía acorde con la cultura que
se refleja en la película. Magnífico el tema central interpretado por Bombay
Jayashri.
Enseguida nos encontramos con el protagonista en edad adulta que en
su casa recibe y charla con un escritor interesado en conocer su vivencia
personal. Le va contando episodios de su infancia, como el origen de su
singular nombre. Las secuencias que ilustran estas anécdotas nos recuerdan a
otros grandes clásicos como “Amarcord” (1973), “Días de Radio” (1987) o
“Amelie” (2001), obras en las que se retrata el pasado de forma sensible,
preciosista, amable y divertida sin dejar de lado una inteligente ironía. La
belleza de las imágenes se aproxima por momentos a referentes como “Muerte en
Venecia” (1972) o “Ojos Negros” (1987). ¿Son exageradas estas comparaciones? Yo
creo que no. Ang Lee es un tipo inteligente y sabe combinar la espectacularidad
y la narrativa del cine americano, la corrección y profundidad del europeo y la
sensibilidad artística del oriental.
Cuando ya estamos enganchados con la historia de esta
particular familia, con su entorno mágico multicultural y con todos los
deliciosos personajes secundarios que les acompañan se produce una ruptura que
nos sitúa en la aventura principal del protagonista y que lleva todo el peso de
la película, la obligada convivencia en un bote de rescate teniendo que
disputarse el espacio y los recursos con un enorme tigre de Bengala.
Para llegar a este punto hemos asistido a unas increíbles secuencias
del barco que se convierte en un juguete sometido a las fuerzas de la
naturaleza desatada. Hay mucho de FX informáticos en estas escenas y en otras
posteriores pero la épica y la grandeza con la que el director consigue plasmar
estos momentos para la gran pantalla están mucho más próximos al cine clásico
de aventuras que lo que nos han podido ofrecer en toda su filmografía Spielberg o James Cameron por
citar referentes modernos del gran espectáculo.
Concluído el largo flashback que es la experiencia de Pi por
sobrevivir volvemos al presente donde se nos deja como epílogo una reflexión
sobre la realidad o la fantasía sobre las que se erigen la cultura de las
civilizaciones, mitos y religión.
Inevitable que nos venga a la memoria con esta estructura de
escritor que escucha una historia con epílogo de desencanto otra película de un
gran narrador de aventuras como fue John Huston: “El Hombre que Pudo Reinar”
(1975)
Memorable:
- La infancia de Pi, su tío coleccionista de piscinas, la
inteligencia del muchacho para conseguir que los compañeros no se burlasen de
su nombre.
- La curiosidad de Pi por la religión y la terrible
experiencia con el tigre Richard Parker en el zoo
- El tropiezo con el cocinero en el barco. No hay menú
vegetariano para los Patel lejos de casa.
- Toda la convivencia de Pi con los cuatro animales en el bote
salvavidas y su evolución personal.
- Los excépticos agentes de seguros japoneses llevan al
protagonista a inventarse una historia que ríete de la de “Gomia Terror en el
mar Egeo”. ¿O no es un invento?
Curiosidades:
Algunas agrupaciones de defensores de los animales han
protestado porque uno de los tigres que aparecen en la película estuvo a punto
de ahogarse. La cuestión es que en la mayoría de las secuencias en las que
aparece Richard Parker el felino es irreal. Por otra parte se me ocurren pocas
películas que inviten a respetar y amar a los animales más que esta.
“La Narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket” es una
novela de Edgar Alan Poe en la que cuatro naufragos quedan abandonados en un
bote uno de ellos se llama Richard Parker. Años más tarde en la vida vida real se
hundió el barco Mignorette y uno de los supervivientes llamado Richard Parker
sirvió de comida a los otros tres. En la historia que cuenta la película el
tigre se llama Richard Parker por un error en el registro que confundió el
nombre del animal con el del cazador que lo trajo al zoo.
¿Podemos considerar “La Vida de PI” una obra maestra? Desde
luego en el plano técnico no cabe duda de que rompe muchos moldes a partir del
respeto por los clásicos. Todas las imágenes del naufragio y posterior
transcurrir de los días en el bote son maravillosas, con los animales, con la
asombrosa fotografía de escenarios y fenómenos naturales, la premiada escena de
los peces voladores, la isla viviente…
Pero no podemos evitar pensar que “El
Cisne Negro” (1942), “Narciso Negro” (1947),“El Hidalgo de los Mares” (1951),
“La Mujer Pirata” (1951), “Moby Dick” (1956), “Centauros del Desierto” (1956), “Los
Vikingos” (1958), “Grupo Salvaje” (1969), “Apocalypse Now” (1979), Fitzcarraldo (1982) y otras tantas no
necesitaron de tanto desparrame de FX digitales para dejarnos encandilados.
Y es que el único pero que se le puede poner a “La Vida de
PI” es que al final el espectador queda un poco saturado de tanta
espectacularidad y el conjunto se resiente un poco porque los aspectos más
profundos de la obra se ven un poco desplazados.. Me pareció un film más
equilibrado en este aspecto “Tigre y Dragon” (2000).
“La Vida de Pi” aunque resulta un tanto excesiva es un film
con regusto de clásico en plena era digital, épico, sensible, inteligente e
imaginativo. 127 minutos apasionantes que para nada se hacen pesados.
Calidad Cinematográfica:
8´5
Psicotronia: 7
Gore: 3
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