“King of New York”
Dir.: Abel Ferrara
USA / Italia / Reino Unido
Gangsters / Thriller / Drama
103 min.- Color
Sonido: Dolby SR
Musica: Joe Delia
Fotografía: Bojan Bazelli
Guión: Nicholas St. John
Producción: Augusto Caminito, Mary Kane, Jay Julien, Randy
Sabusawa, Vittorio Squillante
Prod. Co.: Reteitalia, Scena International, Caminito, The
Rank Organisation
Intérpretes:
Christopher Walken (Frank White), David Caruso (Dennis Gilley), Laurence Fishburne (Jimmy Jump), Victor Argo (Roy Bishop),
Wesley Snipes (Thomas Flannigan), Janet Julian (Jennifer Poe), Joey Chin (Larry
Wong) Giancarlo Esposito (Lance), Paul Calderon
(Joey Dalesio), Steve Buscemi (Test de pureza), Theresa Randle (Raye), Leonard
Thomas (Blood), Roger Guenveur Smith (Tanner),
Carrie Nygren (Melanie), Freddie Jackson
(El mismo), Sari Chang (Colaboración
Especial), Vanessa Angel (Mujer Británica), Phoebe Legere (Mujer de Bordello) ,
Pete Hamill (Colaboración especial), Gerard Murphy (Mulligan), Randall
Sabusawa, Ernest Abuba (King Tito), Frank Adonis (Paul Calgari), Erica Gimpel (Dr.
Shute), Frank Gio (Arty Clay), Jack Goode, Jr. (Patrón del Palladium), Michael
Guess (Carter), Robert La Sardo (Escolta italiano), James Lorinz (Tip Connoly), Gary Landon Mills (Chilly),
Harold Perrineau, Jr. (Thug Leader), Wendell Sweda (Hombre desayunando), Ariane
(Colaboración especial)
Aaaaaaaaaaaaargh!! ¡¡¿Cómo puede ser Christopher Walken tan
jodidamente cool?!!
El director Abel Ferrara venía apuntando maneras en sus
primeras películas, actualmente todas de culto, y con “El Cazador de gatos”
(1989), “El Rey de Nueva York” (1990) y “Teniente Corrupto” (1992) alcanzó la cúspide de su cine. A partir de entonces la cosa se empezó a
empastrar con extraños delirios de cine de autor pero todavía pudo dejarnos la estimable “Ladrones de Cuerpos”
(1993) y sobre todo “El Funeral” (1996), su última gran obra.
Frank White sale de la cárcel. Ha tenido tiempo para
reflexionar , aprender y marcarse objetivos en la vida. Era el líder de una
peligrosa banda de gangsters negros de Nueva York que con la noticia de su
regreso le han venido preparando el terreno para volver a dirigir el negocio a
lo grande.
Pero hay otras bandas que han conseguido hacerse con el control
de algunos distritos y no sienten respeto por Frank. La Policía tampoco está
contenta con su regreso porque saben que eso va a significar problemas. Pero
Frank lo tiene claro, es su ciudad y no se va a conformar con una parte, lo
quiere todo porque está decidido a conseguir que la gente le quiera. Su
objetivo no puede ser más ambicioso, quiere ser Alcalde de Nueva York.
Así se puede resumir en pocas líneas el argumento de la
película pero que nadie se lleve a engaño porque esta historia es muy grande y
tiene mucha tela que cortar.
Vemos salir a Frank de Sing Sing, es un ambiente turbio,
crepuscular pero él aparece impecablemente vestido con traje y abrigo negro
hasta donde le espera una limusina. Sentado detrás entre dos preciosas mujeres,
una blanca y una negra, el vehículo recorre la ciudad y acompañamos a este
hombre pensativo que parece estar recuperando sensaciones mientras contempla
las avenidas, puentes, callejones, suburbios…
El final del trayecto es un lujoso hotel donde Frank se
reencuentra con los chicos de la banda. En este momento la magia que desprende
este melancólico personaje explota cuando descubrimos que él es uno más en este
grupo de peligrosos gangstas de raza negra. Este es uno de los aspectos más
insólitos y visionarios por parte del director, un blanco liderando una banda
de enloquecidos criminales con actitud y estética de hip hop. Pero el que
actúen de forma escandalosa no quiere decir que sean estúpidos. Laurence Fishbourne crea un personaje increíblemente
carismático y astuto, el brazo ejecutor de su amigo y jefe.
Frank se apoya en
una bella abogada que le sirve de puente para acceder a periodistas y
políticos. Esta faceta del mundo del hampa al más alto nivel es heredera
directa de los clásicos de Coppola.
Después cuando pisamos los callejones y los tugurios está más presente
la influencia de Scorsese. Hay reverencia hacia los gangsters clásicos de la época de “Al
Rojo Vivo” (1949) o “Scarface” (1932) en el Frank White más egocéntrico y
dispuesto a crear su propia justicia por encima de la ley en base a su particular código ético
basado en la fidelidad y el respeto. Juez y jurado que no repara en utilizar la
violencia mientras va perdiendo el contacto con la realidad como el Tony
Montana de “El Precio del Poder” (1983). Pero “El Rey de Nueva York” se erige
con personalidad propia desde las ideas de Ferrara y su atormentada forma de
ver la ciudad y los personajes que pululan por ella. Frank gusta de visitar
ambientes de lujo pero no puede despegarse de los callejones, del metro, de los
taxis, de los clubes… ama Nueva York y quiere redimirlo para redimirse a si
mismo. Necesita 16 millones de dólares para financiar un proyecto benéfico pero
solamente conoce una manera de conseguir sus fines que no tiene nada que ver
con el crowfunding y sí con hacer rico a los fabricantes de ataúdes.
La Policía tampoco escapa a la funesta mirada del director,
son también un clan, una familia integrada en la multiculturalidad del barrio
que ven en la organización de Frank una amenaza para el orden establecido.
Desamparados por las Instituciones tampoco encuentran una solución al problema
que no pase por la violencia.
Es imposible concebir esta película sin la presencia de
Christopher Walken que hace creible un personaje ambiguo, frío y apasionado,
elegante y barriobajero, generoso y despiadado. Uno de los mejores trabajos de
su carrera y uno de los gangsters definitivos de la historia del cine.
Ferrara no está a la altura de Coppola, Scorsese, DePalma o
Hawks pero su cine es elegante y sabe crear atmósferas. En sus mejores
películas narraba con nervio siendo capaz de crear escenas brillantes y
memorables como la impresionante secuencia del entierro en este film.
Otros grandes momentos:
-La negociación por la cocaína de Jimmy con King Tito en la
habitación del hotel
-El encuentro en el metro con los atracadores resuelto por
Frank con una clase infinita
-La propuesta de Joey Dalesio a Arty Clay y como le
responde el italiano
-La conversación con Larry Wong en el hospital delante de la
niña. Frank se traga el hiriente comentario final del chino pero no lo olvida.
-Jimmy Jump en el drugstore
-El tiroteo en el Barrio Chino
-La persecución de coches nocturna bajo la lluvia y los
dramáticos e interminables momentos en el solar
-El ambientazo en el local negro antes de la confrontación
con los infiltrados de la Policía
-El ya mencionado entierro
- El cara a cara entre Frank y Bishop en casa de éste y
después en el metro. El Policía parece ridículo intentando replicar con sus primitivas convicciones de experimentado agente de la ley a los particulares razonamientos de White. En el fondo no son tan diferentes y se respetan pero cada uno actuará hasta el final de manera consecuente con sus convicciones.
Los diálogos durante todo el metraje son directos y
contundentes abundando las frases lapidarias como esta charla entre Jimmy Jump
y Joey Dalesio:
- Tu no vendes droga, tu sólo matas
- Pero ahora estoy en paro, ya no queda nadie a quien matar
Ferrara es un excelente director de actores y todos los
secundarios están magníficos destacando David Caruso por su enérgico personaje
de Policía irlandés y un sobrio Wesley Snipes a punto de dar el salto al
estrellato de la mano de Spike Lee.
Las orquestaciones de sintetizador creadas por Joe Delia son
solemnes y envolventes como la niebla que envuelve la ciudad. Se alternan con trallazos de
rap old school que hicieron que esta película calase hondo en la comunidad
negra y fuese citada a menudo en las letras de muchos grupos de hip hop. Por ejemplo, Notorius Big se hacía llamar Frank White en algunos temas propios.
Se dice que “El Rey de Nueva York” se realizó con un
presupuesto muy ajustado pero es llamativo que parte de la financiación
corriese a cargo de Berlusconi, que contase con la presencia de actores
importantes y que fuese realizada de forma más brillante que muchos otros
millonarios proyectos de Hollywood. La crítica fue muy agresiva con ella pero
el tiempo y el público la han situado en el lugar de culto que le corresponde.
La influencia de este film se hace patente en obras
posteriores como “New Jack City” (1991), “Pulp Fiction” (1994) con un breve
papel para Walken, y en series como
“Breaking Bad” con la presencia de Giancarlo Esposito en el papel de Gus Fring,
con un protagonista de apellido White y con un empleo similar de la violencia
en las motivaciones de los personajes. También podemos reconocer la sombra de
Frank White en el Wilson Fisk del “Daredevil” de Netflix. La secuencia en que
el periodista Urich se encuentra con Fisk en la sombra al volver a casa me recuerda a cuando Bishop se
ve en una situación muy similar con otro gangster que también tenía
aspiraciones políticas.
“El Rey de Nueva York” es cine negro entendido según la
particular perspectiva de Abel Ferrara. Oscuro, violento y atormentado. Con un
Christopher Walken demoledor.
Notas:
Esta película es posterior en la filmografía de Ferrara a la
infravalorada “El Cazador de Gatos” (1989) un film que a mi modo de ver es muy
interesante. Después de “El Rey de Nueva York” llegó su obra maestra: “Teniente
Corrupto” (1992) en la que el director igual que supo sacar lo mejor de
Christopher Walken en la película que hemos comentado hizo lo propio con Harvey
Keitel que alcanzó cotas de interpretación sobrehumanas.
Calidad cinematográfica:
8
Psicotronia: 7
Gore: 5
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