Dir.: Carlos Enrique Taboada
Mexico.- Terror / Fantasmas
96 Min.- Color.
35 Mm.- Monoaural.
Música: Raul Lavista
Fotografía: Daniel
Lopez
Guión: Carlos Enrique
Taboada
Produce: Alberto A.
Ferrer
Prod. Co.: Corporación
Nacional Cinematográfica (CONACINE)
Intérpretes: Claudia
Islas (Ofelia), Susana Dosamantes (Aurora), Helena Rojo (Pilar), Lucia Mendez
(Marta), Julian Pastor (Pedro), Alicia Palacios (Sofia), Pedro Armendariz Jr.
(Roberto), Tamara Garina (Tía Susana), Enrique Ponton (Abogado)
De vez en cuando me gusta disfrutar de un film clásico de
fantasmas. Caserones en los que por la noche el espectador acompaña a los
inquilinos tratando de descubrir de donde viene ese susurro o en qué lugar se
ha escuchado aquel ruido.
Son películas que necesariamente hay que ver de noche y con
las luces apagadas para entrar en situación.
Después depende de la habilidad del director que tengamos
que poner más o menos esfuerzo de nuestra parte para dejarnos llevar.
En el caso de esta película estamos en un nivel medio. Nos gusta, nos inquieta y nos da algun sobresalto pero sin llegar a aterrorizarnos.
Carlos Enrique Taboada, escritor y director, no era un
currante del cine al uso de los que filman cualquier cosa por un cheque.
Intentaba ser original y preciso en sus argumentos y como realizador se
esforzaba en elaborar cintas muy cuidadas.
En “Mas Negro Que La Noche” nos muestra a cuatro chicas
jóvenes y guapas que comparten un apartamento en la ciudad. Ofelia recibe por
sorpresa la noticia de que es la única heredera de su tía Susana.
La herencia
consiste en una opulenta mansión y si la acepta se le suplica que se haga cargo
del gato Becker. Un felino que hizo compañía a la difunta en sus últimos años.
La sobrina acepta y se traslada con sus compañeras a la que
va a ser su nueva morada.
Pronto se acostumbran al lugar y a la sombría criada.
Un día deciden investigar el sótano y encuentran un arcón
cerrado que contiene el vestido de novia que nunca pudo llevar Doña Susana.
Ofelia lo toma para arreglarlo y utilizarlo ella en su próxima boda.
Este acto y la misteriosa desaparición del minino parecen
coincidir con el comienzo de unos extraños sucesos.
El film empieza presentándonos a la dueña de la casa sin
mostrarnos su rostro, conversando con su peludo amigo.
Este prólogo se gana de inmediato mi simpatía porque me
remite instantáneamente a la niñera creada por Stan Lee y Jack Kirby para el
niño de Reed Richards y Sue Storm: Miss Agatha Harkness, siempre acompañada por
su fiel Ebony. Legendaria su primera aparición en el V.I Nº 94 de la serie.
Supongo que nunca sabremos si Taboada había leído este cómic
pero su Doña Susana resulta un personaje igual de inquietante que el de la
bruja de Marvel.
Es primorosa la forma en que Taboada nos lleva desde un típico apartamento de los 70 a una atmósfera
gótica y barroca. Esta circunstancia se aprecia
varias veces durante la película. Dentro de la casa parece que nos traslademos
a otra época que no tiene nada que ver con la ciudad, la notaría, la biblioteca
o la fiesta de Roberto.
Sin embargo el influjo del lugar persigue a las
protagonistas a cualquier sitio que van.
La realización es exquisita y el ritmo bordea la perfección.
La fotografía es magnífica, de vivos colores y elegantes encuadres.
En el argumento es donde más se aprecia que la película
tiene 40 años. Es una historia muy clásica y con pocas sorpresas pero tan
brillantemente acabada que resulta irresistible. Se disfruta viéndola.
Lo que es miedo… pues hay algún momento que puede provocar
algún escalofrío. Y cuando termina el film no se siente uno muy cómodo andando
a oscuras por la casa.
La banda sonora es necesariamente perfecta, con pianos
siniestros sonando con acordes menores disminuídos (según creo) y
orquestaciones misteriosas. Y unos excelentes temas psicodélicos cuando las chicas sacan
los discos en el salón de su nueva casa o después en la reunión de Roberto.
Pero sin duda lo que redondea la película son los
excepcionales diálogos que otorgan vida y personalidad propia a cada personaje,
con un minucioso empleo del lenguaje, mordaz e irónico a la vez que educado y
moderno. En contrapunto con Sofia cuyos modales son mas clásicos.
Las cuatro actrices protagonistas actuando y de presencia están
estupendas. Hay algún amago picantón pero no vemos más que alguna pierna y algo
de lencería cuando se prueban la ropa antigua o al principio una fugaz escena
en la ducha.
La mucama es todo un personaje, magnético en su servil
adustez. Siniestra moviéndose entre las sombras como el puente entre el mundo
material y el más allà.
Y los dos hombrones de la película parecen cortados por el
mismo patrón, traje de sport, melenita, patillas y bigote, el look setentero
por excelencia del galán de clase media. Pedro es un buen chico, amable, correcto y
formal. Roberto (Armendariz JR. ) más briboncete y seductor envolviendo a Pilar
con zalamerías entre sus manazas.
Como suele ocurrir con las venganzas de ultratumba hay una
cierta moralina a la hora de cebarse con aquellas víctimas cuya conducta no ha
sido del todo correcta.
“Más Negro Que La Noche” es una suntuosa lección de cine
atmosférico. Un poco desfasado pero con mucha clase.
Notas:
En 2014 se produjo un remake de nacionalidad mexicana con
todas las virtudes y defectos del cine de terror actual, técnicamente brillante
pero incapaz de redondear la historia como en el film original.
Calidad cinematográfica:
7
Psicotronia: 5
Gore: 2
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