Dir.: James McTeigue
EE. UU. / Alemania.
Artes marciales / Thriller / Gore.
99 Min.- Color.
35 Mm. Digital
Dolby DTS
Música: IlanEshkeri
Fotografía: Karl Walter Lindenlaub
Guión: Matthew Sand, J. Michael Straczynski, Matthew Sand.
Prod.: Andy Wachowski, Larry Wachowski, Grant Hill, Joel
Silver
Prod. Co.: LegendaryPictures, DarkCastleEntertainment,
SilverPictures, AnarchosProductions.
Intérpretes: Rain (Raizo), Joon Lee (Joven Raizo), Jonathan
Chan-Pensley (YakuzaHenchman), Ill-Young Kim (Yakuza Mohawk), Yuki Iwamoto
(Yakuza Couch), Ben Miles (Maslow), Naomie Harris (Mika), SungKang (Hollywood),
Linh Dan Pham (Asesina Ninja), FangYu (Jefe Lavandería), Adriana Altaras
(Casera), Shô Kosugi (Ozunu), Kylie Goldstein (Joven Kiriko), Sungwoong Yoon
(Niño Raizo), Eleonore Weisgerber (Sra. Sabatin), Wladimir Tarasjanz (Aleksei Sabatin),
Randall Duk Kim (Maestro tatuador), Anna Sawai (Joven Kiriko), Rick Yune
(Takeshi)…
Me cuesta entender que el director de la excelente
adaptación de la genial obra de Alan Moore “V de Vendetta” (2005) sea el mismo
realizador de “Ninja Assassin”. La única explicación que se me ocurre es que
los productores se involucraron a fondo en el guión y en la puesta en escena de
la primera mientras que para la segunda confiaron estos menesteres a Matthew
sand, un ayudante de dirección aficionado a las artes marciales y el resultado
les gustó tan poco que seis semanas antes de empezar el rodaje tuvieron que
pedir ayuda a J. Michael Straczynski, otro guionista para tratar de enderezar
el proyecto en tan solo 53 horas.
Con el tiempo disponible y el material que tenía entre manos
James McTeigue hizo lo que pudo. No creo que esté orgulloso del resultado.
Ozunu es una secta que desde tiempo inmemorial recluta o
secuestra niños para entrenarlos en la disciplina ninja. Raizo, disconforme con
la tiranía del líder abandona el clan.
En Berlin, la agente Mika está inmersa en la investigación de
unos brutales asesinatos. Siguiendo las pistas llega a la conclusión de que
detrás hay una poderosa organización en la sombra. Sus compañeros no la creen
pero consigue descubrir el rastro de unos pagos producidos en el entorno de
quienes se podían haber beneficiado de las muertes.
Consigue entrevistarse con la familia de una de las víctimas
que le da una grabación de video que confirma sus sospechas.
Ozunu está al tanto e intentará disuadir por las bravas a la
mujer para que cese la investigación pero Raizo que está enfrentado con su
antigua familia se pone de parte de la agente.
Ahora los dos están amenazados de muerte.
Este argumento tenía muy buenas posibilidades pero
incomprensiblemente los aspectos más interesantes se quedan en un endeble
esbozo. Las desapariciones de niños, los contactos de oriente con las mafias y
gobiernos de todo el mundo son aspectos que bien desarrollados contribuirían a
dar solidez a la película.
Las imágenes en flashback de Raizo en la fortaleza escuela
son deslumbrantes en cuestión de imagen pero están a años luz del encanto que
destilaban films como “Las 36 cámaras de Shaolin” (1978). Ni siquiera tienen la
fuerza dramática de las vivencias del “pequeño saltamontes” en la teleserie
“Kung Fu” (1972-75). Todo es frío y no empatizamos con los personajes o sus
vivencias.
La huída del protagonista con la chica perseguidos por los
malos es un argumento clásico del cine de acción. Lo hemos visto infinidad de
veces de forma más original, emocionante o divertida. En “Ninja Assassin” está
presente el espíritu de films de los 80 como “Commando” (1985) y es triste que
ni siquiera llegue a entusiasmarnos como en la película protagonizada por
Schwarzenegger sino que caiga en el tópico desangelado pareciéndose más a
cualquier zurullo hediondo de los que emiten “La Sexta” o “Quatro” los domingos
por la tarde.
Por cierto, el nombre del personaje que interpretaba Arnie
en la peli de Mark L. Lester es John Matrix.
Difícilmente hay drama cuando por mucha sangre que salpique
la pantalla los protagonistas salen adelante por muy feas que se pongan las
cosas. El espectador se pasa toda la película esperando que maten al odioso
“Maslow” que aguanta hasta el final llegando a tener un protagonismo
nauseabundo.
Hablando del final, es bastante penoso que la
peligrosísima sociedad secreta no se entere de que su guarida va a ser asaltada y que
después de haber demostrado durante el resto del metraje unas capacidades casi
sobrenaturales no puedan hacer frente al ataque con la eficacia que les suponíamos.
A grandes rasgos estos que acabo de describir serían los
aspectos fallidos del film.
Lo bueno es que los hermanos Wachowski pusieron toda la
carne en el asador respaldando al director y al equipo técnico para que no se
reprimieran en el uso de la violencia y el gore aunque la cinta fuese
clasificada “R”, restringida para adultos, por la Motion Picture Association
of America's Film-rating System.
Así pues en las
escenas más extremas, combates y asesinatos tenemos lo mejor de la película con
momentos absolutamente impresionantes tanto en el aspecto visual como en el del
sonido (el vuelo de los shurikens).
En el prólogo ya se
nos deja claro que el espectador timorato es mejor que salga corriendo del
cine, apague su reproductor o cambie de canal.
La secuencia del
tatuador y el grupo de mafiosos que reciben el sobre con la arena negra es muy
impactante.
La imagen que se
nos ofrece de los ninjas como criaturas casi mitológicas que se mueven entre
las sombras es muy interesante. Silenciosos y mortíferos, una amenaza invisible
imposible de enfrentar para sus víctimas.
Es sorprendente lo
bien que encaja el surcoreano cantante y bailarín Rain en el personaje de
Raizo. Su interpretación es magistral.
También lo es la
del Señor Ozunu, el actor Shô Kosugi. Verdaderamente temible y sádico.
La lucha final con Raizo es magnífica. Veterano actor de cine de género que se
las tiene que ver con Rutger Hauer en “Furia Ciega” (1989) y que debutó como
actor en “El Padrino II” (¡!) (1974).
Ibamos adentrándonos en aspectos interesantes con las
investigaciones de Mika y la conversación y los sucesos en casa de los Sabatin.
Una inquietante amenaza tomaba forma y nos sentíamos incómodos. Lástima que
todo quedó en momentos aíslados.
Brillante repertorio de técnicas de cuerpo a cuerpo y
variopintas muestras de los arsenales que suele utilizar un ninja para sus
actividades de matarife.
La escena de la pelea en los lavabos recuerda a la de
“Casino Royale” (2004) cuando Bond obtiene su licencia para matar. Salvaje.
La emboscada en la lavandería, en el apartamento de Mika o
el asalto al edificio donde está preso Raizo
y los combates a muerte durante la huída son algunos de los mejores
momentos del film.
En estos pasajes se aprecia el poderío financiero de los
hermanos Wachowsky y son por los que vale la pena ver esta película.
Coreografías llevadas al límite por las calles de Berlin de noche con decenas
de ninjas intentando matar al héroe mientras unos y otros esquivan Mercedes y
Wolkswagenes.
“Ninja Assassin” podría haber sido un referente para el cine
moderno de artes marciales pero se queda en un festival de violencia sostenido
apenas sobre un flojísimo guión. Eso si, un festival de cinco estrellas que
colmará las exigencias de cualquier aficionado al género.
Calidad cinematográfica:
7
Psicotronia: 8
Gore: 8
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