Srpski film. Serbia. Thriller / Horror
110 / 104 /
100 / 95 / minutos.
Color. 35
Mm. digital
Dolby
digital. Música:
Sky Wikluh
FX:
Miroslav Lakobrija
Intérpretes:
Srdjan Todorovic (Milos), Sergej Trifunovic (Vukmir), Jelena Gabrilovic (Marija),
Slobodan Bestic (Marko), Katarina Zutic (Lejla), Ana Sakic (Jecina Majka), Lena
Bogdanovic (Doktorka), Miodrag Krcmaric (Rasa), Luka Mijatovic (Stefan)…
“A serbian
film” es una de las películas más polémicas de los últimos años.
Angel sala, director
del Festival de Sitges se vio imputado por un juzgado de Vilanova y La Geltru, que no tendría en nada mejor que desperdiciar el dinero público, por un delito
de exhibición de pornografía infantil admitiendo así la denuncia de una Asociación de Defensa del Menor (una de tantas asociaciones que hay que dicen proteger los derechos de los menores aunque no hay tantas asociaciones como
niños desaparecidos sin rastro en España).
Sala presentó en su defensa imágenes del rodaje donde se demuestra que
todo es ficción y se utilizaron maniquíes para las escenas más comprometidas. Una
deducción a la que podría haber llegado cualquier persona con un coeficiente
intelectual superior al de un hurón. Ah, por cierto señores de la Asociación,
creo que en el programa Supernanny los niños que salen desnudos en escenas de
baño no son maniquíes.
Asi que no
es para tanto el asunto.
Indudablemente
no se trata de una película apta para menores ni para personas impresionables.
El escándalo
se produce cuando historias que están relegadas al mundo del cine (actualmente
video) pornográfico, al gore o a cinematografías lejanas como India o Japon se
cuelan en el mainstream occidental y se presentan en festivales.
Hay mucha
hipocresía en esta controversia. Hay muchas cosas ahí fuera que no nos gustan
pero mientras no se hable de ellas ni nos recuerden que existen vivimos con la
conciencia tranquila.
Milos va
camino de los 40. Tiene una bella esposa de profesión traductora y un niño de
unos seis años. Un Saab 96 V4 de 1976 y viven en una casita poco ostentosa con
jardín. No pasan hambre pero andan muy justos de dinero.
No trabaja,
es una ex estrella del porno, un semental que disfruta junto a su familia de un
plácido retiro no exento de melancolía por el pasado.
También
tiene un hermano, Marko, un policía grande y fuerte como el futbolista
Zlatan Ibrahimovic. Marko no es feliz, en secreto desearía vivir la vida de su
hermano. Es una obsesión enfermiza.
Milos sabe
que debe aportar algo más que su presencia a la economía familiar y un día se
reúne con Lejla, una amiga y colega de profesión que sigue vinculada al negocio
del porno. Entre copa y copa Milos acepta la sugerencia de acudir a una cita
con Vukmir, personaje que podría estar interesado en contratarle para
protagonizar un film artístico para adultos.
En la cita posterior Vukmir le
pone delante un contrato mareante para animarle a volver a rodar. Milos siente
que hay algo oscuro y no acepta pero su mujer Marija ve en ese dinero la
solución a todos los problemas de casa y termina por convencerlo para que
acepte firmar.
Milos
empieza a cuidarse y a ponerse en forma pero en la primera jornada de trabajo
que tiene lugar en un orfanato se da cuenta de que con prepararse físicamente
no va a ser suficiente para afrontar la pesadilla en la que está a punto de
meterse donde nada es lo que parece. Vukmir ha trabajado para el gobierno y sus
películas no son para el público habitual consumidor de pornografía.
Cuando Milos
quiere romper el contrato ya es demasiado tarde, ya no controla sus actos ni
sus pensamientos. Violaciones, sadomasoquismo, violencia con niños y asesinatos
es lo que le espera en adelante.
Y no es nada
que no se haya tratado en otras películas, el problema es que “A serbian film”
es jodidamente buena y por eso produce más impacto. No es un film perfecto pero
está poderosamente realizada, con magníficos actores físicamente muy guapos de
apariencia inequívocamente europea.
Estamos ante
un thriller que se va acelerando poco a poco y que deja imágenes y escenas
memorables. Es patente la influencia de clásicos modernos de la psicotronia
como “Lost higway” (1997), “Videodrome” (1983) y del gore como “Nekromantik”
(1987) que se puede apreciar sobre todo en la paranoia que vive el protagonista
entre alucinación y realidad que le lleva a una ruína física y mental. Tambien apreciamos esa influencia en
la trama que relaciona el snuff con una filosofía o ideología política. “A
serbian movie” tal vez no está a la altura de los referentes mencionados pero
es superior a tonterías como “Memento” (2000) o “El maquinista” (2004).
Buttgereit,
cuando las autoridades prohibieron y confiscaron las copias de “Nekromantik 2”
(1991) acusando a su director de apología de la violencia, se defendió alegando
que su film era una metáfora sobre las consecuencias de la II Guerra Mundial para Alemania. Finalmente en 1993 un juzgado le eximió de los cargos
calificando la película como arte o expresión artística.
Seguro que
en este aspecto el director de “A serbian film” tendría mucho que decir acerca
de las secuelas de la guerra y la alienación nacionalista sobre el pueblo
serbio presentes en la historia de esta película.
¿Qué falla
en este film?
- Llega
un momento en que se vuelve un poco previsible aunque el final guarda alguna
sorpresa importante.
- La
trama está un poco atrapada en si misma y se sugieren ideas interesantes que no
se acaban de desarrollar. Como por ejemplo ¿dónde va el dinero que produce la
industria del porno? O lo más inquietante:
¿Hay
conexiones entre las mafias de la prostitución y los rodajes ilegales de sexo forzado con
menores (o algo peor) con la financiación de grupos influyentes en la política?
“A serbian
film” es una buena película con un alto nivel de provocación que puede herir
gravemente la sensibilidad del espectador no preparado.
Ya lo sabes,
nadie te obliga a verla, si lo haces es porque quieres, no te quejes, seguro
que también ves otras cosas y si hay oferta es porque hay demanda y tu eres
parte de esa demanda.
Notas:
- Al parecer hay hasta cuatro ediciones de esta película
con diferente duración. Yo he visto la de 100 minutos y no me parece que le
falte o le sobre metraje.
- El actor que interpreta al pequeño Stefan se llama
Luka Mijatovic, igual que el hijo mayor del futbolista montenegrino Predrag MIjatovic conocido por haber jugado en Partizan, Valencia C.F., Real
Madrid, Fiorentina y Levante U.D. No se si es casualidad, homenaje o parentesco
con el jugador pero me sirve para introducir una curiosa historia dentro del
drama que fue la guerra de los Balcanes. De como Pedja tuvo que atravesar Europa
en coche con su niño y trataba de distraerle del terrible ambiente como hiciera
Roberto Begnini en su película “La vida es bella” (1997):
Fuente: El Tiempo.com
Pedja
Mijatovic intentó imitar como pudo durante varias horas el papel de Roberto
Benigni en La vida es bella, galardonada con tres Oscar en Hollywood el pasado
22 de marzo, y mientras atravesaba Serbia en un automóvil alquilado, con
destino a la frontera con Hungría, trató de desviar la atención de su hijo,
Luka, de seis años.
Mijatovic mantuvo distraído a Luka, que como
todos los niños apelan continuamente al porqué de las cosas.
Algo malo debió pensar el niño, cuando ya en
plena carretera, le preguntó a su padre. Papá, por qué viajamos en coche,
cuando a España siempre vamos en avión? . Pedja, nacido en Podgorica, en
Montenegro, cambió de discurso y emplazó a su hijo para que dentro de unos años
conozca la realidad.
En el cine, Benigni es Guido, un librero que
convierte la guerra en una fábula. Su hijo, Giosué, también de seis años, llega
a creer que la II Guerra Mundial es un concurso, con un gran premio para el
ganador: un carro de combate. Pero de no de juguete, sino de verdad.
Mijatovic dudaba aún ayer en Budapest si dejaba a
su hijo con su novia Anette y regresaba a Pogdorica a buscar a sus padres y a
sus hermanas que residen en Montenegro, al sur de Yugoslavia.
Finalmente y tras una noche agitada, Mijatovic
desayunó ayer en la capital húngara y luego tomó el vuelo 570 de la compañía
Malev con destino a Barcelona.
El hombre clave en esta operación retorno es
Miljan Miljanic, presidente de la Federación Yugoslava de Fútbol y ex
entrenador del Real Madrid. Miljanic cumplió con su objetivo: sacar a sus
jugadores del peligro lo antes posible.
Qué cómo se vive hoy en mi ciudad?. No se vive.
Pero no tenemos miedo. Yo al menos no lo conozco. No lo tuve con 10 u 11 años
cuando me pilló la II Guerra Mundial.
Sufrí mucho de niño. Pasé muchas necesidades.
Ahora pasamos otra vez una mala racha. Pero lo principal es que los jugadores,
que son mis hijos, están bien, jugando al fútbol en sus clubes. Fue una noche
terrible, porque organizar una salida del país en cinco minutos no es fácil ,
dijo Miljanic.
Los vuelos desde Belgrado están cerrados, el
aeropuerto no tiene movimiento y tuvimos que buscar salida por Hungría. La
gente está enfadada con Solana, porque le toca a él ser la imagen de la OTAN,
pero con el pueblo español y en especial con los deportistas españoles no hay
ningún problema. El deporte español se ha portado de maravilla con nosotros ,
agregó Con el aterrizaje en España de Mijatovic y Djorovic, del Celta de Vigo,
cuya familia es de Prístina, capital de Kosovo y referente principal de este
conflicto bélico, se completó la salida de los jugadores yugoslavos.
Djorovic es uno de los que pasó peor noche. Ni él
no otros muchos pudieron conectar por teléfono con sus familias, pues las
líneas telefónicas en Yugoslavia se encontraban cortadas desde el miércoles por
la noche. Los padres de Djorovic y su hermano Zoran salieron de Kosovo y se
encuentran en Belgrado.
Vladimir Jugovic, del Atlético de Madrid, fue el
único que no eligió Budapest como punto de salida. Jugovic, en otro automóvil,
entró en las calles de Viena en plena madrugada, donde también le esperaba su
novia.
Fecha de publicación 26 de marzo de 1999
Autor Efe
Calidad
cinematográfica: 7
Psicotronia: 7
Gore: 7
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