Shurayukihime. Japon.
97 Min. Color. Monoaural.
35 Mm. Tohoscope.
Intérpretes:
Meiko Kaji (Yuki Kashima), Toshio Kurosawa (Ryurei Ashio), Masaaki Daimon (Go
Kashima), Miyoko Akaza (Sayo Kashima), Shinichi Uchida (Shiro Kashima),
Takeo Chii (Tokuichi Shokei), Noburu
Nakaya (Banzo takemura), Yoshiko Nakada (Kobue Takemura), Akemi Negishi (Tajire
No Okiku), Kaoru Kusuda (Otora Mikazuki), Makoto Matsuzaki (Daikashi), Hiroshi Hasegawa (Daihachi Kachime), Takehiko Ono
(Susumu Kuroki), Ko Nishimura (Padre Dokai)…
“Los siete samuráis”
(1954), “Godzilla”(1954), “The ring” (1998)… son muchas las ideas que ha tomado
prestadas la industria cinematográfica USA de la de Japon.
Es
inevitable para cualquier aficionado al cine sentirse cautivado por obras
características de una cultura que se toma tan en serio el trabajo, que son
capaces de dejarse la vida en producir y realizar películas que pueden llegar a
tener argumentos tan lisérgicos como el intercambio de mamporros entre dos o
mas tipos disfrazados de monstruos radioactivos, la recreación de escenarios de
la edad media donde Shakespeare se da la mano con el sadomasoquismo y el
bondage o enfrentamientos entre clanes yakuza explícitos en tortura y
desmembramiento.
Quentin Tarantino
toma como patrón para su “Kill Bill” (2003) el film “Lady Snowblood”, una
típica historia de venganza situada en Japon de la era Meiji (1868 – 1912) que
se podría extrapolar al western de Ok Corral o a la actualidad centrada en un clan de
asesinos en Texas como sucede en la epopeya pulp protagonizada por Uma Thurman.
“Lady
Snowblood” cuenta la historia de Yuki, nacida en prisión y concebida para la
venganza. Su madre, Sayo, tuvo que presenciar como una banda de estafadores
mataron a su marido y a su hijo esclavizándola después a ella laboral y
sexualmente.
Sayo pierde la vida en la cárcel después del parto de Yuki habiendo confiado a Otora Mikazuki, compañera de prisión, la tutela de su hija para que se
asegure de que la niña “nacida del infierno” se entrene y no se desvíe del
propósito para el que su madre la trajo al mundo.
Se
instalarán en casa de un sacerdote que se encargará de instruir a la criatura
en las artes marciales endureciendo su cuerpo y su espíritu con prácticas tales
como haciéndola rodar dentro de un barril por una pendiente, atizándole
bastonazos o dándole algún chapuzón en plena noche.
Yuki, ya
experta en el manejo de la katana, pactará con el líder de una banda de
mendigos para obtener información sobre los que destrozaron la vida de su madre
y una vez le proporcionan los datos que necesita se va a buscarlos.
La premisa
de esta historia es pura psicotronia: tener un hijo con el único propósito de que
vengue a su madre es algo irracional. ¿No hubiera sido mas directo contratar a
un ninja o a un ronin? ¿Y si Yuki una vez teniendo uso de razón decide dar a su
vida otro sentido más familiar o profesional que el de consagrar su vida a la
venganza?
Entendamos
que en la literatura, el folclore y la idiosincrasia del pueblo
japonés el honor personal y familiar son sagrados. Dar la vida por una causa
noble motivo de orgullo. Solo asi podemos comprender a la dama de la sombrilla.
Ayuda también a conectar con la trama la
brillantísima realización del film que pese a haber sido rodada hace cuarenta
años asombra por su modernidad y la fuerza con que te atrapa desde el primer
minuto.
La narración en capítulos, los flashbacks, la foto fija en blanco y
negro, los textos y dibujos con voz en off y otras soluciones creativas que
parecen tan innovadoras en “Kill Bill” no se los ha inventado Tarantino, están
muy presentes en “Lady Snowblood” y en “Female Prisoner #701: Scorpion” (1972),
un film que cuenta con un presupuesto mucho más limitado que el de Fujita pero
que compensa la carencia de medios con alucinógenos recursos visuales y
narrativos que también se dejan ver en la gran producción yanqui del 2003.
Por si no
tenemos bastante con el hechizo visual de la película se nos introduce en el
contexto histórico con abundantes referencias políticas y sociales.
Tenemos también
la presencia de un periodista que tendrá una gran importancia en la trama y un
villano capo de la mafia que nos llevará a un increíble final en una mansión
donde se celebra un baile de caridad donde nos deslumbran momentos de acción clásicos
de las películas de aventuras, acción y espionaje de la época.
Las escenas
gore son pocas pero tenemos alguna que otra amputación y los habituales
surtidores de sangre del cine de espadas japonés.
Meiko Kaji
es una bellísima y fantástica actriz que además termina de enamorarnos cantando
el tema central del film “The flower of carnage”, un tema fabuloso que se
asienta sobre una increíble orquestación setentera.
Una película
maravillosa.
Notas:
- Meiko Kaji
es también protagonista de “Female Prisoner #701: Scorpion” de Shunya Ito,
importante película donde también canta otro temazo: “Urami Bushi”. Tanto esta
canción como “The flower of carnage” se las apropia Tarantino para “Kill Bill”
- “Lady
Snowblood” es la adaptación cinematográfica del comic manga de Kazuo Koike y
Kazuo Kamimura que después participarían también en el guión de la película.
Calidad
cinematográfica: 8
Psicotronia: 8
Gore: 6
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