Dir.: Lucio
Fulci
Terror /
Gore
Italia.- 89
min.- Eastmancolor / Telecolor
Imagen: 2.35
: 1.- 35 mm.- Techniscope
Sonido:
Monoaural
Música:
Fabio Frizzi
Maquillaje
(F.X.): Maurizio Trani ; Antonio
Maltempo
Guión: Elisa
Briganti; Dardano Sacchetti
Fotografía: Guglielmo
Mancori
Presupuesto:
300.000 $
Producción: Fabrizio
De Angelis
Prod. Co.: Fulvia
Film
Intérpretes:
Christopher Connelly (Professor George Hacker); Laura Lenzi / Martha Taylor (Emily
Hacker); Brigitta Boccoli (Susie Hacker); Giovanni Frezza (Tommy Hacker); Cinzia
de Ponti (Jamie Lee); Cosimo Cinieri / Laurence Welles (Cosimo Cinieri (Adrian
Mercato); Andrea Bosic (Optician); Carlo De Mejo (Luke); Enzo Marino Bellanich
/ Vincenzo Bellanich (Wiler) ; Mario Moretti (Tennant); Lucio Fulci (Dr.
Forrester); Tonino Pulci (Orderly)
Después de
estrenar sucesivamente tres películas del calibre de “El Mas Alla” (1981), “Aquella Casa al
Lado del Cementerio” (1981) y “El Destripador de Nueva York” (1982), el
director Lucio Fulci se había convertido en el ídolo de quienes amábamos el
cine de terror, género que en los ochenta estaba atravesando una época dorada
con vía libre para el uso y abuso de novedosos e increíbles efectos especiales.
Lamentablemente “Manhattan Baby”, el esperado nuevo film del italiano, me
resultó muy decepcionante hasta el punto de que le cogí tal manía que no me he
decidido a darle otra oportunidad hasta treinta y cuatro años después.
El profesor
George Hacker viaja a Egipto para dirigir unas excavaciones. Con él están su
mujer Emily y su hija Susie. Allí la niña recibe de una enigmática mujer un
amuleto muy similar a la deidad que investiga su padre. Un extraño accidente en
el interior de una tumba deja ciego al profesor y se ven obligados a volver a Manhattan
con Tommy, el hijo pequeño de los Hacker.
Pero parece
que los extraños fenómenos les han acompañado y es que la joya que se trajo
Susie parece haberse apoderado de ella y la utiliza para abrir una puerta
mística a través de la que canalizar energía maligna.
Fulci
realizó esta película por obligación contractual y no se volcó en ella como en
films anteriores. No se encargó del guión pero supo hacerlo suyo incorporando algunas
de sus ideas más recurrentes. Por ejemplo objetos y personajes que son
utilizados por fuerzas diabólicas para penetrar en este lado de la realidad. En
este caso sería el amuleto “Ojo de Abdumenor”, una divinidad del mal y la
muerte. El piso es el lugar donde ejercerá su actividad maligna por mediación de
la niña.
Revisando
este film encuentro muy interesante la forma en que el director intentaba
evolucionar para adaptarse a las nuevas corrientes estilísticas de moda en los
ochenta. El vestuario, la música, la iluminación y sobre todo la puesta en escena
se ven más modernos. Por supuesto el Fulci rancio y colorista se deja ver en
las secuencias más oscuras.
Es curioso
como aprovecha un incómodo y estrecho apartamento para crear un vasto universo claustrofóbico y
laberíntico. Pasillos estrechos, escaleras con dobles y triples alturas,
puertas, habitaciones, parecen metamorfosearse todo el tiempo creando una
extraña sensación de confusión a lo que contribuyen los abundantes efectos de
sonido, los contrastes entre claridad, oscuridad y las luces ambientales.
En esta
película utiliza el Techniscope habitual en sus mejores films consiguiendo
impresionarnos con todas las vistas de El Cairo, de sus monumentales ciudadelas,
de las tumbas, de las interminables explanadas del desierto… Después con las
vistas de Manhattan a plena luz del día, del parque y el paisaje urbano. Hay
una escena magnífica en la que se juega con el reflejo de los rascacielos sobre
el parabrisas del vehículo en marcha de los Hacker mientras ellos conversan en
su interior.
Hay una
secuencia que tiene un movimiento de cámara sorprendente, en una de las
veces que George y Emily entran al edificio donde viven y se encuentran con todos los juguetes de Tommy colocados sobre los peldaños de la suntuosa escalera.
También es
llamativa la particular forma en que la mujer que colabora con el anticuario le
entrega el sobre a Emily.
A destacar:
- La banda
sonora. Con sonidos exóticos acompañando las secuencias de Egipto, coros
siniestros recuperados de “El Mas Allá”, música de saxo muy cool y un tema
principal con una pegadiza melodía de sintetizadores.
- Los
simbolismos y macabras advertencias de Fulci. El escorpión que coge el profesor
es ni más ni menos que el símbolo de la muerte según le informa su ayudante Ahmed. Y la
tumba que pretende visitar le recomiendan que no ponga allí el pié o atraerá
sobre sí una maldición.
- La cita de
Lovecaft: “El misterio no está alrededor de las cosas sino en las cosas mismas”
- Amigos de
los animales: no miréis cuando al arqueólogo y a su ayudante les ataca una
serpiente.
- La habilidad
gimnástica de George para esquivar la cama de púas.
- Cuando Emily
cree haber pedido a Susie en la ciudadela egipcia. Qué enervante sensación de
soledad entre gigantescas estructuras pétreas.
- La cantidad
de primeros planos en interiores con especial atención a los ojos y a las
miradas. Los ojos son una importante herramienta de expresión en los trabajos del director italiano.
- La aparatosa
grabadora marca TEAC. Vaya susto cuando empieza a reproducir alaridos.
- El
periodista graciosillo Luke. Desde que aparece estamos deseando que muera.
- Cómo
consigue Fulci que el ambiente moderno del apartamento se convierta en algo
terrorífico e incómodo como si estuviéramos en una pesadilla.
- Muy típica de nuestro querido maestro italiano es una situación tan retorcida como cuando George tenga que ir ciego y
desesperado a buscar a su hijo
- La belleza
de la niñera. No la vemos
desaparecer.
- El hombre de
raza negra en la angustiosa secuencia del ascensor. En las películas de Fulci
hay que evitar los sitios angostos y cerrados.
- Adrian
Marcato es un personaje mencionado en “La Semilla del Diablo” (1968) cuya
acción también transcurre en Manhattan. ¿Con qué nos habría sorprendido Fulci
si hubiera podido hacer esta película en el “Dakota Building”?
- Un detalle
de la policía llamar al profesor para darle la noticia de que su colega ha
muerto. (¿?)
- La vista de
la casa del egiptólogo desde la mirada arrastrada de la serpiente.
- Marcato
revolcándose incapaz de completar el exorcismo.
- El cameo de
Fulci como doctor.
- La brillante
interpretación de Cosimo Cinieri como Marcato apesadumbrado aceptando su
destino con resignación.
- El ataque de
los pájaros. Por fin vemos a Fulci desatado. Tres minutos de horror implacable. A una de las aves se le ve el cable pero no importa.
- El final con
la enigmática egipcia entregando el amuleto a otra joven inocente. Amuletos y
maldiciones en lugares exóticos son un recurso típico de la literatura pulp. A
mi me recuerda al final de “Hellraiser” (1987) ¿Es algo casual o se inspiró
Clive Barker en “Manhattan Baby”?
La versión
uncut de esta película es de 90 min. (Que pueden ser 85 min. según el formato digital). No hay tanto
gore como cabía esperar pero hay por lo menos tres escenas destacables y al
final una muy destacable.
¿Argumento?
¿Guión? Ejem, pues algo hay. Pero ¿quién necesita un guión cuando juega a la
ouija?
El ritmo
hacia la mitad de la película puede ser un poco lento. Si amenaza la presencia
del tedio es recomendable hacer una pausa y tomar un café o algo.
“Manhattan
Baby” es un film menor en la filmografía de Fulci pero hay que verlo de forma
comprensiva y paciente para apreciar su valía. Para mi gusto, la tiene.
Notas:
- La niñera Cinzia
de Ponti fue Miss Italia en 1979 y quedó tercera en el certamen de Miss
Universo
- Carlo de
Mejo (el periodista gilipollas) era conocido de Fulci desde “Miedo en la Ciudad
de los Muertos Vivientes” (1980) y “Aquella Casa al Lado del Cementerio”.
Tambien le vimos en “Teorema” (1968) de Pasolini, “Contaminación: Alien Invade
la Tierra” (1980) o “Emanuelle en Prisión” (1983)
- Cosimo
Cinieri (Marcato) colaboró con Don Lucio en “El Destripador de Nueva York” y “Roma
Año 2072 D.C. Los gladiadores” (1984). Otro fil destacable es “El Arbol de
Guernica” (1975) de Arrabal,
Calidad
Cinematográfica: 6
Psicotronia: 8
Gore: 6
No hay comentarios:
Publicar un comentario