“The Stepford wives”
Dir.: Bryan Forbes
Ciencia
ficción / Intriga psicológica
USA . – 115
min.
Color.- 35
Mm.
Audio:
Monoaural.
Música: Michael Small
Intérpretes: Katharine Ross (Joanna Eberhart), Paula
Prentiss (Bobbie Markowe), Peter Masterson (Walter Eberhart), Nannette Newman
(Carol Van Sant), Tina Louise (Charmaine Wimpiris), Carol Eve Rossen (Dr.
Fancher), William Prince (Ike Mazzard), Carole Mallory (Kit Sunderson), Toni
Reid (Marie Axhelm), Dee Wallace…
Esta
película está basada en un libro de Ira Levin, autor también de “La semilla del
diablo” (197 ) y se nota. “The Stepford wives” tiene mucho en común con
“Rosemary`s baby”: una comunidad que conspira en torno a una persona a través
de un marido dispuesto a todo para
alcanzar un status profesional y social privilegiado.
Convertir
una aceptable novela en una obra maestra del cine solo está a la altura de
genios como Polanski pero el correcto artesano y actor inglés Bryan Forbes hace
una labor muy digna con “Las esposas de Stepford”.
Visualmente
la película es magnífica. Hace unas semanas pude revisionar “Funny Games” (199
) y tengo la impresión de que Haneke debe conocer y apreciar este film. Hay por
lo menos tres momentos muy similares en ambos largometrajes: la llegada de las
familias al pueblecito, la casa por dentro con la cocina como punto neurálgico
y la visión nocturna de la zona residencial que debería ser confortable pero
resulta ominosa, desapacible y sombría cuando Joanna sale a pasear al perro o
cuando Anna intenta escapar de sus secuestradores.
“Las
esposas…” me ha parecido un muy apreciable film de los setenta, con una
fotografía, una música, unos escenarios impecables y muy cuidados que ayudan a
entrar en la historia con mucha naturalidad.
Un
matrimonio con dos niños, el abogado Walter (actor y realizador como el propio
Forbes) y su esposa la fotógrafa amateur Joanna, deciden trasladarse a Stepford
para alejarse de la vida estresante de NY City.
Stepford es
un pueblecito residencial de alto nivel económico en cuyas proximidades se
asientan potentes industrias químicas y electrónicas.
Joanna
pronto empieza a sentirse aburrida, sensación que se acrecenta cuando Walter es
aceptado en un club exclusivo para hombres influyentes con residencia en la
localidad.
Ella empieza
a sentirse desplazada hasta que conoce a Bobbie que se encuentra en la misma
situación y con quien enseguida entabla una buena amistad. No se identifican
con sus edulcoradas, perfectas y sumisas vecinas. Sospechan que algo les ocurre
a las mujeres cuando llevan un cierto periodo de tiempo viviendo en el pueblo.
Empiezan a
temer por ellas mismas y con razón como finalmente descubriremos.
La intriga
está muy bien manejada dejando pistas ya desde el principio de que las
apariencias engañan como con la imagen del maniquí, la vista del cementerio a
la entrada del pueblo, la rata ahogada junto a la consulta de la psiquiatra
etc. Así hasta llegar a un final abiertamente de cine de terror. Pero todo muy
correcto, sin estridencias innecesarias.
Hay tres
partes especialmente brillantes que vertebran la película:
-Toda la
odisea de Joanna desde que intenta integrarse en la comunidad hasta que se
siente presa de la paranoia
-Las
reuniones de hombres influyentes en casa de los protagonistas. Cínicas e
incómodas.
-La parte
final con Joanna decidida a romper con todo y su visita a la tétrica mansión.
Me gustó la
protagonista, me recordó aquella época cuando estaba de moda la mujer espigada
y con pocas curvas, algo típico en los sesenta y en los setenta con iconos como
Charlotte Rampling, Jane Birkin , Farrah Fawcett, Ali McGraw, Glenda Jackson,
Geraldine Chaplin, Twiggy, Nico, Diana Rigg….. en contraposición al modelo
actual en el que las niñas de 15 años ya le piden a sus padres dos implantes de
silicona por terminar el curso con buenas notas. Actualmente una modelo como
Kate Moos es objeto de polémica aunque mujeres como Uma Thurman o Sarah Wayne
Callies la protagonista de “The walking dead” son un ejemplo de que no son
imprescindibles unas curvas de medidas imposibles para enamorar.
Y si
Katharine Ross deslumbra con su belleza y su estatura, algunas compañeras de
reparto le sacan casi medio metro y no son menos guapas. Me pregunto si el
casting no se hizo buscando actrices que en la universidad hubieran destacado
en baloncesto o voleibol. Mujeres físicamente cerca de la perfección, como
robots replicantes.
Conste que
cuando me refiero al sensual atractivo de las delgadas protagonistas de este
film hago elogio de una delgadez propia de su constitución dentro de una saludable
proporción estatura – peso. Nada que ver con esa terrible enfermedad mental que
es la anorexia y que lleva a un repugnante y desagradable aspecto cadavérico a
quien tiene la desgracia de caer en ella. Lo peor es que si la persona que la
padece no reacciona a tiempo y toma conciencia de su situación, puede morir.
“Las esposas
de Stepford” es un film que invita a la reflexión. Ira Levin explicó que quiso
reflejar en su obra sus impresiones sobre el conservadurismo machista y
misógino que había observado en algunos sectores de la alta sociedad
estadounidense.
Y yo que
había pensado que el escritor con esta novela andaba loco por repetir el pelotazo de
“La semilla del diablo”.
Casualmente
en algún país la película se distribuyó con el título de “Las poseídas de
Stepford”.
Una película
interesante, bien realizada, bien interpretada y que viéndola con la
perspectiva del tiempo transcurrido desde que se realizó es perfectamente disfrutable.
Ciencia
ficción cerebral y con mensaje made in 70`s
Notas:
- Sale Dee Wallace en un pequeño papel, casi de figurante.
- "La venganza de las Esposas de Stepford"
(Revenge of the Stepford Wives) (1980) es una TV Movie que pretende ser
continuación del film original. Dirigida por Robert Fuest y con Don Johnson y
Julie Kavner entre sus intérpretes.
- En 2004
Fran Oz realizó un remake en clave de comedia (¡!) con Nicole Kidman titulado
en España “Las mujeres perfectas”.
Calidad
cinematográfica: 8
Psicotronia: 6
Gore: 4
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