Dir.: Prachya
Pinkaew
Thailandia.- 110 / 92
Min.- Color.
Acción /
drama / artes marciales
35 Mm.-
Digital
Sonido:
Dolby digital
Música: Nimit
Jitranon, Rochan Madicar, Korrakot Sittivash
Prod.: Prachya Prinkaev, Tech Akarapol
Intérpretes: JeeJa Yanin (Zen), Hiroshi Abe (Masashi),
Pongpat Wachirabungjong (Nº 8), Taphon Phopwandee (Mangmoon), Ammara Siripong
(Zin), Dechawut Chunkataro (Priscilla), Hiro Sano (Ryo), Kittitat Kowahagul
(luchador epiléptico)…
Prachya
Pinkaew se dio a conocer para los aficionados al cine de artes marciales con la
película “Ong Bak” (2003) que sirvió también para encumbrar a su protagonista
Tony Jaa. Debo revisar este film porque aunque me dejó buen sabor no lo
recuerdo bien. A saber en qué circunstancias lo vi.
En 2005 repite
con Tony Jaa y realiza “Thai dragon” que obtiene muy buenas críticas y que no
he visto cosa que también tendré que remediar.
Su siguiente
film fue “Chocolate” y desde luego que responde a las expectativas creadas.
La historia
cuenta como Zin, una mujer que trabaja para la familia de gangsters de Nº 8, se
enamora de un pistolero de otra banda y queda embarazada. Masashi, su chico
tiene que marchar a Japon por orden de Nº 8 que desaprueba la relación.
Zin
deja el mundo del crimen y se dedica a tiempo completo a su hijita Zen. La niña
es autista pero desarrolla una habilidad especial para imitar lo que ve a su
alrededor y en la TV. Incluso en los video juegos.
La madre cae
enferma e ingresa en un hospital dejando a su hija con Mangmoon, un chico
buscavidas con quien mantienen una relación sobre la que no estoy seguro si es
solamente de amistad o les une algún parentesco familiar.
La cuestión
es que no tienen dinero para pagar el tratamiento de su madre y después de
intentar conseguirlo exhibiendo en la calle ante la gente las habilidades
de Zen encuentran un libro de notas de Zin donde hay apuntadas una relación de
hijoputas que le deben dinero.
Zen decide
ir a visitarlos uno por uno para cobrar las deudas que mantienen con su madre.
Pero son tipos que están bajo la protección de Nº 8 y éste no va a permitir que
su autoridad sobre los bajos fondos sea cuestionada.
Vale, aparentemente
no es el argumento más original del mundo pero la película está sembrada de
matices que la hacen muy atractiva. El director parece que gusta de mostrar
historias de personajes humildes que tratan de salir adelante en la
marginalidad. La relación entre Zen, su madre y Mangmoon es fantástica,
tratada con mucha ternura, drama, humor y patetismo en ocasiones. Especialmente en los duros momentos que atraviesa Zin durante la terapia.
Nº 8 es el
típico cabronazo líder de un clan Yakuza pero en “Chocolate” se introduce una
particularidad muy especial tailandesa: sus sicarios son “ladyboys”, que como
ya sabemos son lindas señoritas con sorpresa entre las piernas.
Sin duda la
parte más endeble del guión es el comienzo, la que nos cuenta las actividades
del grupo mafioso y la relación nunca suficientemente aclarada entre Nº 8 y
Zin. Bastante floja y a años luz de lo que podríamos encontrar en una película de
Hong Kong dirigida por Jon Woo o Ringo Lam.
La
realización del film es visualmente deslumbrante. Preciosista hasta cuando
desciende a los ambientes más sórdidos. Cuidando la iluminación y el color para
transmitir en cada momento la atmósfera más propicia.
Los 110
minutos que dura la película no aburren sino más bien lo contrario, te van
enredando en la historia hasta que cuando te das cuenta estás atrapado en una
montaña rusa de sensaciones que se va acelerando hasta llegar a un explosivo
final.
Claramente
Pinkaew nos ofrece su particular homenaje a obras fetiche de la cultura
cinematográfica del combate oriental. Zen aprende sus métodos de lucha de las
películas de Bruce Lee, Jackie Chan o Sonny Chiba. No es casualidad que su
primera batalla seria sea en una fábrica de hielo como en “Karate a muerte en
Bakngkok” (1971).
Tampoco
falta un hiperbólico homenaje a “Kill Bill Vol.I” (2003), una de las películas
de este género más importantes de los últimos años que a su vez homenajeaba al
clásico “Lady Snowblood” (1973).
Pero para mi
el gran hallazgo de “Chocolate” es la batalla final en las cornisas de la
finca. Dejamos los homenajes al cine para contemplar un video juego con imagen
y personajes reales. Asombroso. Hay que verlo para creerlo.
Una
excelente banda sonora tecno subraya impecablemente el clima de cada momento
del film. Desde los ritmos mas sosegados hasta los más próximos al hardcore.
En la imagen
final al director se le va un poco la pinza. Aceptamos el tema de la
superheroina autista pero después de ver los prodigios de los que ha sido capaz
no la puedes mostrar como una minusválida que apenas puede caminar derecha.
Tampoco pasa nada, es parte del festival psicotrónico al que hemos asistido,
puro cómic en algunos momentos.
¿Y que decir
de JeeJa Yanin? ¿Dónde estaba este prodigio de mujer hasta que se realizó esta
película? Al espectador que no se le caiga la baba con su exhibición es que no
tiene entrañas.
Atención a
las tomas falsas donde podemos apreciar que la realización de una película como
esta no es ninguna broma ni para los actores ni para los especialistas.
“Chocolate”
es un delirio de visión obligatoria para los aficionados a este género
cinematográfico.
Notas:
JeeJa Yanin
nació en Bangkok el 31 de marzo del 84. Cinturón negro 3º dan de taekwondo
aportó a las coreografías de su personaje en “Chocolate” elementos de Muay Thai
y Thai Boxing. En “Chocolate 2” compartirá protagonismo con Tony Jaa.
Calidad
cinematográfica: 8
Psicotronia: 8
Gore: 6
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