“The flying deuces”
Dir.: A. Edward Sutherland
EE. UU. Comedia.
69 / 65 min.- 35 Mm.
Blanco y negro.- Monoaural.
Musica: John Leipold, Leo Shuken
Intérpretes: Stan Laurel, Oliver Hardy, Jean Parker
(Georgette), Charles Middleton (Commandant), Jean Del Val (Sergeant), Crane
Whitley (Corporal), James Finlayson (carcelero)
Qué agradable sorpresa resulta que algún canal de
televisión, en concreto Tele 7 Valencia, en vez de programar después de la
sobremesa algún infecto culebrón, debates para gente con encefalograma plano o
series donde tienes que aguantar cortes publicitarios que te invitan a apagar
la televisión irritado a mitad de episodio, emitan clásicos del cine en blanco
y negro.
“Locos del aire” es uno de los últimos films que la pareja
cómica hizo con Hal Roach. Aunque cuentan con algún film destacable, el
largometraje no era el mejor medio para que Laurel y Hardy dieran rienda suelta
a su comicidad destructiva y surrealista. Los argumentos largos no les
beneficiaban.
En esta película la historia no está especialmente inspirada: Hardy sufre un desengaño amoroso y decide suicidarse conminando a Stan a matarse con él.
Un oficial de la legión extranjera les convence para que olviden sus problemas alistándose en el ejército. Una vez en Africa se dan cuenta de que ha sido un error y deciden marcharse siendo acusados de desertores.
Este es uno de los films donde menos subliminal se manifiesta
la homosexualidad (real o no) de los personajes, especialmente de Stan quien
tiene una absoluta dependencia de Ollie. El aflautado doblaje de su personaje lo
acentúa. Es curioso apreciar que en los años cuarenta estas situaciones
parecían más cotidianas y asumidas que en el siglo XXI.
Sin duda encarnan a un par de nerds inadaptados y su humor
de salvaje in crescendo funciona mejor en los magistrales cortos de cine mudo
que hicieron.
Pero hay momentos aprovechables y divertidos en “Locos del
aire”, su demencia les provoca constantes conflictos en el cuartel donde no
reconocen el orden ni la autoridad y después de provocar un incendio deciden
marcharse. Obviamente no se lo permiten y los encierran en una celda donde
Harpo Marx pone los dedos en una improvisada interpretación de arpa de Stan.
Se suceden los sketchs que culminan después de una tremenda
visita a la habitación de la mujer del oficial con el secuestro de una avioneta
y un inesperado desenlace para rematar con una escena final de delirio absoluto
cuando Stan se encuentra con un Ollie… diferente.
Calidad cinematográfica:
6
Gore: 0
Psicotronia: 8
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