domingo, 25 de mayo de 2014

COMBUSTION ESPONTANEA (1990)



“Spontaneus combustión”


Dir.: Tobe Hooper


Ciencia ficción / Terror


USA. 96 / 89 minutos


Color. 35 Mm. Panavisión.


Dolby estéreo. Música: Graeme Revell


FX.: Rick Baker, Tony Hooper, Stephen Brooks y equipo.


Intérpretes: Brad Dourif (Sam), Cynthia Bain (Lisa Wilcox), Jon Cypher (Dr. Marsh), William Prince (Lew Orlander), Melinda Dillon (Nina), Dey Young (Rachel), Tegan West (Springer), John Landis (Técnico de radio), Mark Roberts (Dr. Simpson), Dale Dye (General), Brian Bremmer (Brian Bell), Peggy Bell (Stacey Edwards)…



La combustión humana espontanea es un fenómeno por el cual un cuerpo humano queda reducido a cenizas sin que se produzca un incendio que afecte a objetos o estructuras de su entorno más próximo.
Si desechamos la explicación paranormal nos quedan dos argumentos más racionales para explicar el suceso:

-Un proceso psicosomático que eleve la temperatura corporal y produzca un proceso químico que incendie partes del organismos susceptibles de arder.

-Un efecto mecha: una pipa, un cigarro, una vela, una chispa, una elevada carga de electricidad estática, que prenda en la ropa de la víctima dormida o inconsciente y el fuego se alimenta de la grasa humana como si fuera una antorcha de sebo.


"Combustión espontanea" es un film menor dentro de la obra del maestro Tobe Hooper. Realizado después de su última gran película “Masacre en Texas 2” (1986), todavía tiene reminiscencias de la grandeza que tuvo este director. Pasarían 15 años hasta que en 2004 nos ofreciera otro trabajo de notable entidad, “La masacre de Toolbox”, del que ya hablaré en otra ocasión. Aprovecho para apuntar que a quienes habría de verdad que masacrar son a los responsables del título con el que las distribuidoras presentan algunas películas en España.
 
Este largometraje mantiene el sello personal de su director, una realización sencilla y directa con abundancia de primeros planos e imágenes de gran fuerza expresiva aprovechando colores, sonidos, música y ambientación sacando el máximo partido a un nivel de producción bastante ajustado, casi de telefilm.

La historia empieza con un flashback que nos transporta a 1955. Peggy y Brian aceptan colaborar en un experimento del gobierno que busca la forma de atenuar los efectos de la radiación generada por la explosión de una bomba de hidrógeno en el organismo humano.
Aparentemente todo sale bien pero los doctores descubren que durante el tiempo que los voluntarios pasaron encerrados en el bunker ella quedó embarazada.


Al cabo de 9 meses nació Sam. El día de su primer cumpleaños su madre tiene un tonto accidente y su piel entra en contacto con el mercurio de un termómetro produciéndose una reacción térmica que nadie había podido prever.
 
Esta primera parte del film es magistral presentando como un falso documental con imágenes de archivo la propaganda del “proyecto Sanson” supuestamente adjudicado a Israel en la vida real y que inspiró la creación del personaje secundario de las historias de Hulk el Dr. Leonard Sanson”. Contemplamos un brillantísimo retrato de la inocencia de la sociedad de aquellos años frente al fenómeno nuclear y el militarismo.

Siguiendo con el argumento volvemos al presente. Sam es profesor de universidad, huérfano y divorciado cree que sus padres murieron en un accidente. Unos accidentes relacionados con personas con las que él ha tenido contacto reciente y que han muerto quemadas le ponen sobre la pista de su pasado y empieza a darse cuenta de que su vida ha estado controlada desde hace mucho tiempo.


Hooper aborda de forma altamente corrosiva el tema de las conspiraciones que estuvo tan en boga durante la guerra fría en los 60 y 70`s. Permanece la cínica visión que refleja en todas sus películas de la sociedad americana y que debe resultar bastante irritante para cualquier patriota cerril de los USA.

Tampoco nos quedamos muy tranquilos ante la idea de confiar demasiado nuestra salud en las autoridades sanitarias clínicas, sobre todo si de alguna manera están asociadas al ejército o a algún departamento secreto del Gobierno.




Después de la inspiradísima primera media hora de película el film continua un poco a trompicones pero sin perder fuerza. El suspense tiene garra y los golpes de efecto son bastante impactantes. Buenos efectos especiales.

Brad Dourif está excelente. Hooper no tiene piedad con su protagonista al que vemos cada vez más “quemado” con los acontecimientos hasta llegar a un abrupto final triste pero emotivo.

Interesante banda sonora con una pieza coral muy potente que acompaña los créditos finales.

Atención a los patéticos personajes del Dr. Simpson, del empleado de mantenimiento de la emisora, del maitre del restaurante y algún otro, víctimas propicias para la mala leche y el humor negro del director.


Alguna secuencia de pirokinesis a distancia nos puede recordar a “Scanners” (1981) de Cronenberg así como “Hulk” (2003) de Ang Lee nos recuerda al film de Hooper en los orígenes del Dr. Bruce Banner.
 

“Combustión espontanea” es como una película de serie B dentro de la filmografía de Tobe Hooper. Aunque en tono menor la “infernal máquina del terror” está bien engrasada y funcionando.





Notas:

-Brad Dourif prometía mucho desde que lo conocimos en “Alguien voló sobre el nido del cuco” (1975). Si bien no ha tenido papeles relevantes como protagonista se ha mantenido como secundario de lujo en films como “La puerta del cielo” (1980), “Sangre sabia” (1979), “Ragtime” (1981), “Terciopelo azul” (1986), “Arde Mississippi” (1988), “Agenda oculta” (1990), “La fosa común” (1990), “Cuerpo maldito” (1991), “Fiebre salvaje” (1991), “Grito de piedra” (1991) o “Alien: resurrección” (1997). Todas películas interesantes por una u otra razón y vemos que directores muy importantes han contado con el.


-A William Prince podemos verle en muchas series de TV y películas desde “Objetivo: Birmania” (1945) hasta “Bronco Billy” (1980) pasando por “La trama” (1976), “Ruta suicida” (1977), “El gato que vino del espacio” (1978) o “Las esposas de Stepford” (1975).


-La guapa Dey Young aparece en varios films de género: “Rock`n`roll high school” (1979), “Extraños invasores” (1983), “Young lust” (1984) (con Fran Drescher y Mary Voronov ni más ni menos), “La prisión de los chiflados” (1985), “La loca historia de las galaxias” (1987), “Perseguido” (1987) o “La serpiente y el arco iris” (1988).


-El malhumorado empleado de mantenimiento de la emisora de radio no es otro que el director de “Desmadre a la americana” (1978) y “Granujas a todo ritmo” (1980), John Landis.


-Vandenmeer es el director Andre De Toth responsable del clásico “Los crímenes del museo de cera” (1953). Bonito detalle de Tobe Hooper.


-Precioso el Studebaker Champion Starlight Coupe que conduce Sam heredado de sus padres.










Calidad cinematográfica:  7



Psicotronia:  7



Gore:  7





sábado, 10 de mayo de 2014

MIEDO EN LA CIUDAD DE LOS MUERTOS VIVIENTES (1980)



Dir.: Lucio Fulci

Título original: “Paura nella città dei morti viventi”

Aka: “Entrada al infierno”, “City of the living dead”, “The gates of hell”, “Frayeurs”…

Italia.- 93 minutos.

Color.- 35 Mm.- Monoaural

Música: Fabio Frizzi

FX: Gino de Rossi

Clasificada “S”



Intérpretes: Christopher George (Peter Bell), Catriona McColl (Mary Woodhouse), Carlo de Mejo (Gerry), Antonella Interlenghi (Emily Robbins), Michele Soavi (Tommy Fisher), Fabrizio Jovine (Padre Thomas), Giovanni Lombardo Radice (Bob), Lucio Fulci (Dr. Joe Thompson), Daniela Doria (Rosie Kelvin), Adelaide Aste (Theresa), Janet Agren (Sandra), Venantino Venantini (Mr. Ross)…

Esta película es conocida también con el nombre de “Entrada al infierno” y es que la acción se sitúa en la ciudad estadounidense de Dunwich donde la noche de todos los santos se puede abrir una puerta al reino oscuro del averno.

En los 80`s los máximos referentes italianos del cine de terror eran el estiloso artesano Darío Argento con su “trilogía de las madres” (inconclusa hasta que realizó la tercera entrega en 2007) y el esforzado e irreverente Lucio Fulci que abordó los misterios de las 7 puertas del infierno que se quedaron también en trilogía.

Fulci era muy creativo e imprimía su sello personal a todas las películas que realizaba pero en el género donde se desmelenaba era en el de terror hasta el punto de que un film como “Miedo…” se podría catalogar como surrealista.

Empezando con un grito de mujer sobre los títulos de crédito vemos después un texto sobre una lápida que nos anuncia que “Aquel que quiera alcanzar la inmortalidad tendrá que desafiar a la muerte”. Esto es una obviedad ¿no?. A continuación un cura se ahorca mientras a cientos de kilómetros surgen llamaradas misteriosas en un apartamento de Nueva York. Tenemos lluvias de gusanos, la pared de un bar que se resquebraja y al tonto del pueblo que encuentra en un garaje abandonado una careta que se convierte en una muñeca hinchable.
























Para humor negro la angustiosa secuencia de Mary enterrada viva que casi muere cuando Peter intenta sacarla del ataúd rompiendo la tapa a golpes de pico.

Momentos delirantes que encajarían en cualquier película de Buñuel, Polanski, Jodorowski o Arrabal.

El argumento:

Investigando el misterioso fallecimiento de Mary durante una sesión de espiritismo, el periodista Peter se ve involucrado en la trama.

Dunwich se construyó sobre las ruínas de Salem, la legendaria ciudad de los juicios a las brujas. Aquí Fulci se está inspirando a su manera en Lovecraft que narraba en “El horror de Dunwich” que a la ciudad habían llegado tiempo atrás familias pudientes originarias de Salem.

Según las profecías del libro de Enoc y de acuerdo con los extraños acontecimientos que están sucediendo en Nueva Inglaterra ha llegado el momento: la noche de Todos los Santos se va a abrir una puerta al infierno. Los protagonistas harán lo posible para evitarlo.






En este film tenemos zombies, pero no como en “Nueva York bajo el terror de los zombies” (1979), anterior película del director y que es una "exploitation" campestre de “Zombie” (1978) de Romero. 

“Miedo en…”  va de lo sobrenatural y atmosférico así que estos muertos vivientes son como espectros que aparecen y desaparecen si bien cuando se manifiestan de forma corpórea lo hacen con bastante agresividad.























La realización tiene momentos inspirados y muy lúgubres con colores, luces y ambientes de pesadilla pero el guión es muy simple y no transmite demasiado.

Esto no había de ser inconveniente para Fulci en su buena época. Si la insinuación y el suspense no funcionan la solución pasaba por ser lo más desagradable posible impactando al espectador con la imagen. Para ello nada más efectivo que escenas gore con fundamento servidas al punto por su colaborador Gino de Rossi, el Tom Savini italiano.

Lágrimas y vómitos sanguinolentos, arrancamiento de cuero cabelludo, ratas comiendo cerebro calentito, cadáveres agusanados y la escena más celebrada de la película, la del torno y la cabeza que se va acercando lentamente a la punta de la broca que gira y gira….

























No hace falta apuntar que es imprescindible la versión uncut de 92 ó 93 minutos.

Magnífica banda sonora. Cómo me gusta esa monótona entrada de percusión electrónica con siniestras melodías de sintetizadores y coros de ultratumba que acompañan a la definitiva aparición de los zombies.

“Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” a pesar de su absurdo final es uno de los mejores films de Fulci.

Imprescindible para los admiradores de este director tan añorado.




Notas:
-Es curioso ver en un film como este a Christopher George, una estrella menor del cine USA y protagonista en televisión de la serie: “El inmortal”. Su carrera se acercaba al final (falleció en 1983) y todavía lo pudimos ver en otra salvajada de culto: “El exterminador” (1980) y en una exitosa coproducción España/USA/Puerto Rico/Italia dirigida por Juan Piquer Simon “Mil gritos tiene la noche” (1982)

-Catriona (Katherine) Mac Coll es una actriz inglesa que pretendía hacer papeles en películas serias. La rentabilidad de su trabajo en films de género le enseñó el camino correcto. Repitió con Fulci en “El más allá” (1981) y “Aquella casa al lado del cementerio” (1981). Sigue en activo y aparece en “El internado” (2004) del prometedor director francés Pascal Laugier.

-Michele Soavi antes de ser director y realizar joyas como “Dellamorte Dellamore” (1994) se curtió como actor en este film y en otros de género como “El destripador de Nueva York” 1982 de Fulci, “Tenebre” (1982) y “Phenomena” (1985) de Argento, “Demons” (1985) de Lamberto Bava ó “Caligula 3 la historia jamás contada” (1982) de D´amato. Quien a buen árbol se arrima…


-Carlo de Mejo de amplia trayectoria en psicotronia italiana repitió con Fulci en “Aquella casa al lado del cementerio” (1981) y en la penosa y decepcionante “Manhattan baby” (1982)





Calidad cinematográfica:  7

Psicotronia:  7

Gore:  7





martes, 6 de mayo de 2014

OCHO APELLIDOS VASCOS (2014)




Dir.: Emilio Martinez Lazaro


España.- 98 Minutos


Comedia.- Color.


Estéreo.


Música: Fernando Velazquez.






Intérpretes: Karra Elejalde (Koldo), Carmen Machi (Merche), Dani Rovira (Rafa), Clara Lago (Amaia), Santi Ugalde (Conductor de autobús), Lander Otaola (Borroka)….

No me gusta la idea de ir a una sala de cine a ver una película supertaquillera un día festivo y en su máximo momento de popularidad pero bueno, aunque el lugar estaba abarrotado y había mogollón de niños, la experiencia no estuvo mal.

Siempre tiene que haber un bocazas que se cree que hemos pagado 8 euros para escuchar sus imbecilidades. Un tipo unas cuantas filas más atrás tenía que estar explicando a los de su entorno cada escena graciosa que sucedía en pantalla. Es típico de los gilipollas pensar que el resto del mundo es tan estúpido como él mismo y estamos disfrutando con sus putos comentarios.

Afortunadamente al no tenerlo demasiado cerca las risas del resto de la gente se sobreponían a los murmullos del apestoso y pude abstraerme y concentrarme en la película.

El argumento es muy simple y tópico: Una chica vasca que está bastante borracha de despedida de soltera en Sevilla se enrolla con un chico. Al día siguiente se despierta en casa de él y sin decir ni pío se vuelve a su tierra. El decide ir a buscarla. Ella le rechaza pero aparece su padre con quien hace años que no tiene buena relación y como el hombre está ilusionado con el supuesto noviazgo e inminente boda, el sevillano acepta hacerse pasar por vasco un par de días para que Koldo, su supuesto futuro suegro, no se vuelva a la mar decepcionado.

El director del film, Emilio Martinez Lázaro es un buen realizador que tiene buena mano para la comedia. Tengo muy buen recuerdo de “Carreteras secundarias” (1997) y “El otro lado de la cama” (2002) es una demostración de que también tiene habilidad para conectar con el público y obtener buenos resultados de taquilla.

“Ocho apellidos vascos” es pura comedia. Alta comedia en algunos momentos. Con dos guionistas vascos especializados en humor (“Vaya semanita”), el director apuesta por la sucesión de gags venidos por los equívocos del sevillano haciéndose pasar por vasco e introduciendo cientos de referencias y guiños a la idisosincrasia del pueblo andaluz y el del norte con sus particulares desencuentros.

Y el resultado es excelente. Martínez Lázaro ha comprendido a la perfección a sus guionistas y ha realizado un trabajo muy divertido y visualmente atractivo. Limando asperezas entre culturas para llegar al final feliz. Uno como espectador termina con ganas de irse de viaje a Sevilla o a cualquier lugar del País Vasco.

Grandes actores. Los jóvenes Dani Rovira y Clara Lago y los más veteranos Carmen Machi, cada vez más libre de “Aída” y el grandísimo Karra Elejalde que empezó su carrera apuntando a lo más alto con Bajo Ulloa o Julio Medem pero acabó un poco estancado en papeles secundarios. Me alegro que esta película le devuelva a la primera fila. Es muy bueno.

La película tiene muy buen ritmo enganchando al espectador desde que comienza y sin soltarlo hasta el final.

Notables momentos son:

-El conflictivo primer encuentro entre Rafa, showman de pacotilla contando chistes de vascos y una encolerizada Amaia.

-Cuando Rafa en el autobús está próximo a entrar en la región y se le aparenta el paisaje oscuro y tenebroso como algo salido de “El señor de los anillos” (2001)

-Rafa en el restaurante haciéndose pasar por vasco primero con Koldo (Clemente no es vasco) y después en el pub con los colegas que conoció en la cárcel (“¿Te pongo una de Kortatu?”)

Todo el film es una concatenación de situaciones cómicas casi todas bastante afortunadas. Eso si, el humor es bastante blanco.  Es caústico en el retrato de fetiches e iconos de ambas culturas pero sin cruzar determinadas líneas. Aquí no encontraremos referencias a fondos de reptiles, mafias o a crímenes de ETA.

Y me alegra que una película pueda reconciliarnos con aspectos de la convivencia entre las personas que podridos intereses políticos y un cortijo de corruptos han ensombrecido.

En tiempo de crisis lo que mejor funciona es el terror y la comedia porque permite a la gente evadirse de la agobiante realidad.

“Ocho apellidos vascos” son cien minutos amenos para olvidar los problemas y disfrutar sin buscar tres pies al gato. 


Notas:

Los guionistas Borja Cobeaga y Diego San Jose además de ser responsables de la teleserie de sketchs “Vaya semanita” para Euskal Telebista también colaboraron en “Que vida más triste”, serie que nació para Internet y posteriormente triunfo merecidamente emitida por La Sexta en televisión.
En “Ocho apellidos vascos” aparece como conductor del autobús un personaje cercano a ellos y a sus series, el entrañable Santi Ugalde,  padre de Borja en “Que vida más triste”. 












Calidad cinematográfica:  7


Psicotronia:  5


Gore:  0