Dir.: Emilio Martinez Lazaro
España.- 98 Minutos
Comedia.- Color.
Estéreo.
Música: Fernando Velazquez.
Intérpretes: Karra Elejalde (Koldo), Carmen Machi (Merche),
Dani Rovira (Rafa), Clara Lago (Amaia), Santi Ugalde (Conductor de autobús),
Lander Otaola (Borroka)….
No me gusta la idea de ir a una sala de cine a ver una
película supertaquillera un día festivo y en su máximo momento de popularidad
pero bueno, aunque el lugar estaba abarrotado y había mogollón de niños, la
experiencia no estuvo mal.
Siempre tiene que haber un bocazas que se cree que hemos
pagado 8 euros para escuchar sus imbecilidades. Un tipo unas cuantas filas más
atrás tenía que estar explicando a los de su entorno cada escena graciosa que
sucedía en pantalla. Es típico de los gilipollas pensar que el resto del mundo
es tan estúpido como él mismo y estamos disfrutando con sus putos comentarios.
Afortunadamente al no tenerlo demasiado cerca las risas del
resto de la gente se sobreponían a los murmullos del apestoso y pude abstraerme
y concentrarme en la película.
El argumento es muy simple y tópico: Una chica vasca que
está bastante borracha de despedida de soltera en Sevilla se enrolla con un
chico. Al día siguiente se despierta en casa de él y sin decir ni pío se vuelve
a su tierra. El decide ir a buscarla. Ella le rechaza pero aparece su padre con
quien hace años que no tiene buena relación y como el hombre está ilusionado
con el supuesto noviazgo e inminente boda, el sevillano acepta hacerse pasar
por vasco un par de días para que Koldo, su supuesto futuro suegro, no se
vuelva a la mar decepcionado.
El director del film, Emilio Martinez Lázaro es un buen
realizador que tiene buena mano para la comedia. Tengo muy buen recuerdo de
“Carreteras secundarias” (1997) y “El otro lado de la cama” (2002) es una
demostración de que también tiene habilidad para conectar con el público y
obtener buenos resultados de taquilla.
“Ocho apellidos vascos” es pura comedia. Alta comedia en
algunos momentos. Con dos guionistas vascos especializados en humor (“Vaya
semanita”), el director apuesta por la sucesión de gags venidos por los
equívocos del sevillano haciéndose pasar por vasco e introduciendo cientos de
referencias y guiños a la idisosincrasia del pueblo andaluz y el del norte con sus
particulares desencuentros.
Y el resultado es excelente. Martínez Lázaro ha comprendido
a la perfección a sus guionistas y ha realizado un trabajo muy divertido y
visualmente atractivo. Limando asperezas entre culturas para llegar al final
feliz. Uno como espectador termina con ganas de irse de viaje a Sevilla o a
cualquier lugar del País Vasco.
Grandes actores. Los jóvenes Dani Rovira y Clara Lago y los
más veteranos Carmen Machi, cada vez más libre de “Aída” y el grandísimo
Karra Elejalde que empezó su carrera apuntando a lo más alto con Bajo Ulloa o
Julio Medem pero acabó un poco estancado en papeles secundarios. Me alegro que
esta película le devuelva a la primera fila. Es muy bueno.
La película tiene muy buen ritmo enganchando al espectador
desde que comienza y sin soltarlo hasta el final.
Notables momentos son:
-El conflictivo primer encuentro entre Rafa, showman de
pacotilla contando chistes de vascos y una encolerizada Amaia.
-Cuando Rafa en el autobús está próximo a entrar en la región
y se le aparenta el paisaje oscuro y tenebroso como algo salido de “El señor de
los anillos” (2001)
-Rafa en el restaurante haciéndose
pasar por vasco primero con Koldo (Clemente no es vasco) y después en el pub con los
colegas que conoció en la cárcel (“¿Te pongo una de Kortatu?”)
Todo el film es una concatenación de situaciones cómicas
casi todas bastante afortunadas. Eso si, el humor es bastante blanco. Es caústico en el retrato de fetiches e
iconos de ambas culturas pero sin cruzar determinadas líneas. Aquí no
encontraremos referencias a fondos de reptiles, mafias o a crímenes de ETA.
Y me alegra que una película pueda reconciliarnos con aspectos de la convivencia entre las personas que
podridos intereses políticos y un cortijo de corruptos han ensombrecido.
En tiempo de crisis lo
que mejor funciona es el terror y la comedia porque permite a la gente evadirse
de la agobiante realidad.
Notas:
Los guionistas Borja Cobeaga y Diego San Jose además de ser
responsables de la teleserie de sketchs “Vaya semanita” para Euskal Telebista
también colaboraron en “Que vida más triste”, serie que nació para Internet y
posteriormente triunfo merecidamente emitida por La Sexta en televisión.
En
“Ocho apellidos vascos” aparece como conductor del autobús un personaje cercano
a ellos y a sus series, el entrañable Santi Ugalde, padre de Borja en “Que vida más triste”.
Calidad cinematográfica:
7
Psicotronia: 5
Gore: 0
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