- Dir: Jesús
Franco
- Belgica/Francia/España
- 94
minutos.- Color
- Terror /
Trhiller / Softcore
- Imagen:
1.66 : 1 .- 35 mm. Panorámico.
- Música:
Daniel White
- Fotografía:
Raymond Heil
- Guión:
Jesus Franco
- Producción:
Joaquín Domínguez Riesgo ; Marius Lesoeur
- Prod. Co.:
Gold International; EUROCINÉ (Francia) CETELCI (Bélgica)
- Distribución
cine en España: Gold International Films S.A.
Video VHS
España: Galaxia Video; Euro films
- DVD
España: Manga films
- Frase promocional:
“Las más viciosas bacanales parisinas eran seguidas por el ojo asesino del loco
homicida”; “Sediento de sexo y sangre, el perturbado asesino esperaba en las
más oscuras callejas de Montmartre”; “La obsesión de un sádico violador de
mujeres en una sucesión diabólica de sexo y sangre”; “Terror sexo y angustia
creciente en una película no recomendada a los que tienen miedo”
- Estreno en
España: 1981 -Septiembre - 01
- Recaudación
en España: 66.351,17 €
- Calificación
moral: Mayores de 18 años
- Clasificada
“S”
Intérpretes:
Jesus Franco (Mathis La Forge / Vogel); Lina Romay (Ana); Lynn Monteil (Rosa);
Olivier Mathot (Comisario Rovier); France Nicolas (Condesa de Segur); Claude
Gendron (Conde de Segur); Pascal Nadine (Prostituta del coche); Roger Germanes
(Malou); Monica Swinn (Brenda); Caroline Riviere (Nina); Antonio De Cabo
(Raymond); Claude Boisson (Bartolo); Catherine Lafferiere (Marina); Pierre
Taylou (Pierre de Franval); Richard Bigotini (Mayordomo del Conde); Ramon Ardid
(Recepcionista)
Argumento:
Mathis es un
tipo maniático y acomplejado que pasa sus días tristemente en un psiquiátrico.
Una tarde aprovecha un descuido de los empleados del servicio de recogida de
basuras y se cuela en la trasera del camión entre los desechos. Fascinado
recorre las calles de Paris donde se tropieza con una mujer que se ofrece a
llevarle en coche. No tardan en volver los delirios a su desequilibrada mente y
el encuentro acaba mal. En una visita a
la catedral es reconocido por un antiguo compañero del seminario que le ofrece
ayuda pero él la rechaza y se marcha. Aprovechando sus buenas cualidades como
escritor consigue trabajo en una revista sensacionalista que ve la oportunidad
de aprovechar la ola de crímenes que padece la ciudad para publicar relatos de
terror sádico. Mathis por su parte ve en su nuevo trabajo una forma de infiltrarse en los
círculos de moralidad relajada de la ciudad donde la burguesía practica
encuentros e intercambios sexuales.
La película:
En un lugar
indefinido de los alrededores de Paris comienza la película. A la sombría luz
del atardecer y con el acompañamiento de la tétrica música de un órgano de
iglesia comienza la película. Son imágenes de gran tristeza que muestran a una
colección de pobres señores supuestamente locos matando el tiempo en las
inmediaciones. La escena de la fuga creemos que podría estar mejor resuelta
porque hay que echarle un poco de imaginación para darnos cuenta de lo que pasa ya que no vemos a Mathis entrar en el camión.
Sobre
panorámicas de la ciudad y de sus lugares más emblemáticos aparecen los títulos
de crédito. Algunos no se pueden leer cuando tienen detrás el cielo azul claro
casi blanco de Paris. La fotografía es majestuosa y hay una imagen realmente
inspirada buena muestra de lo que es capaz el director cuando se lo toma en
serio cuando desde una de las torres de Notre Dame la cámara baja hasta la
calle por donde vemos aproximarse a un solitario y observador Mathis. La música
eclesiástica se convierte en una lánguida melodía interpretada a piano
eléctrico y guitarra española o acústica.
Una
espléndida señora rubia se ofrece a llevarle en lo que parece un Fiat 124 y
vamos sabiendo cosas sobre nuestro peculiar protagonista. No tiene casa y se
refugia en Notre Dame porque es un católico obsesionado con el pecado y el
mismo se erige en inquisidor para limpiar a las almas descarriadas.
En la noche
de Paris se inicia la transición al polar, al thriller, con el Comisario Rover
intentando cargarle el marrón de un asesinato a un delincuente habitual. Franco
crea con facilidad ambientes pulp arrancándonos alguna sonrisa con los mordaces
diálogos.
Franco
siempre fue muy cinéfilo y muestra sin recato influencias del cine francés y
norteamericano, de Fleisher, Melville, Franju ….
Otra de sus
pasiones era el cómic y también se nota en la ágil narrativa y en la sencillez
de trazo con la que van apareciendo personajes en primer plano o por los
rincones, dispuestos a aportar su frase o subrayado puntilloso.
Sugestivas
escenas nocturnas con Mathis acechando a la juventud por los lugares de
moda. Muy competente en todo momento la
música de Daniel White fusionando psicodelia discotequera con acid jazz. El
acecho a una joven entre la neblina, las sombras y el humo del cigarro tiene un
suspense bien desarrollado y una atmósfera visualmente muy conseguida.
Franco se
las arregla para que Paris por la mañana parezca una ciudad grisácea y plomiza.
En la
oficina de “Ediciones Venus” Mathis es recibido por el director y su secretaria
Ana (Lina Romay). Hay un interesante cruce de palabras entre los tres tratando
de indagar cada uno en la personalidad del otro.
El personaje
creado por Franco está muy logrado, si no estuviera interpretado con tan
enfermiza seriedad se diría que es una caricatura de la más rancia españolidad
de la época, con su vocecilla monótona, su vocabulario barroco y pedante y sus
modales refinadamente educados bordeando la cursilería.
Astutamente
se entera de las reuniones sociales de la clase alta, fiestas para las que
buscan chicas jóvenes especialmente una virgen para ir un paso más allá en la
perversión.
El director
fetichista impenitente nos regala una breve y retozona escena lésbica entre una
guapísima Lina Romay y una no menos esplendorosa Lynn Monteil.
El pequeño
inquisidor se maneja muy bien entre las calles de la ciudad para seguir y
acechar a quien le interesa y tiene facilidad psicopática para relacionarse a
pesar de su siniestro aspecto de ojos saltones, melena grasienta y vestido de
negro.
Apreciable
la barroca puesta en escena en el garito de copas que ante fue un templo y en
la casona que él dice haber heredado de sus padres. Allí se lleva a (Nina)
Maria Massip donde tienen un curioso diálogo entre cliente y prostituta con
alusiones a la diferencia de clases. Estos edificios y viviendas con solera
están en perfecta consonancia con la temática del film. Con mobiliario y
decoración de rancio abolengo, nos transportan con facilidad a otra época y
forma de entender la cultura. Franco se muestra particularmente inspirado con
la cámara eligiendo los encuadres y haciendo con ella al espectador partícipe
de la acción criminal.
Si pensábamos
que en esta película había solamente un criminal vamos de visita a la medieval
finca del Conde y nos adentramos en el mundo oscuro. El director se desmelena
dando rienda suelta a su fértil y turbulenta imaginación a la hora de concebir
situaciones de erotismo perverso. La orgía demoniaca con estética
sadomasoquista es un momento cumbre del film.
Franco nos
muestra con agudeza el cínico contrasentido de unos personajes que por placer
sacrifican vírgenes en misas negras pero al mismo tiempo están asustados por la
presencia de un asesino en las calles de Paris. Una parábola (no sabemos si
intencionada) sobre como un sistema omnipotente depredador del pueblo teme aquello que no
puede controlar.
La Policia
es retratada con cierta comicidad pero como en cualquier thriller que se precie
son bastante más competentes y profesionales de lo que se cree el asesino. Otra
cosa es que puedan tener obstáculos para hacer su trabajo por razones políticas.
Comentario:
El nombre de
Jesus Franco tiene peso en la historia moderna del séptimo arte español. Amado
por unos y despreciado por otros fue objeto de admiración y culto con sus
primeras obras en los años sesenta. Dentro de su querido cine de género se
mostraba inquieto, creativo y técnicamente apuntaba virtuosismo. Realmente se
preocupaba por hacer buen cine. Había sido ayudante de dirección de Orson
Welles en “Campanadas a Medianoche” (1965) llegando a tener una buena amistad
con el maestro norteamericano. Pero coincidiendo con los últimos años del
franquismo, la relajación de la censura y la apertura a nuevos mercados, se
soltó el pelo y abrazó una concepción anárquica de la producción y realización
cinematográficas que afectaron la calidad final de su obra. Aprovechó el filón
de la “S” y de las co-producciones para aumentar su fortuna filmando productos
en los que prevalecía el interés comercial al artístico. Llegó a realizar hasta
dieciséis películas en un año. Aunque muchas de ellas infumables y aprovechando
metraje desechado de anteriores rodajes, lo cierto es que siempre se puede
encontrar en cualquiera de ellas alguna cosa interesante aunque buscarlas entre
su extensa filmografía pueda convertirse en un ejercicio de masoquismo. En sus últimos años era más fácil verle entre
jóvenes gamberros como la gente de “Subterfuge” o haciendo cameos en films como
“Kárate a muerte en Torremolinos” (2003) de Pedro Temboury. La Academia de Cine
tuvo el cinismo de darle un Goya honorífico después de haberle ignorado durante
años y muchos medios de prensa que en los ochenta despreciaban sus películas le
dedicaron artículos elogiosos. Que se vayan a tomar por culo. Para quienes
quieran adquirir conocimiento sobre la trayectoria de este cineasta tan
especial hay a su disposición muchos fanzines, revistas y libros. Por supuesto
también en Internet hay páginas y blogs donde se comenta y analiza su obra de
forma mejor y más exhaustiva de lo que nosotros desde nuestros limitados
conocimientos y recursos nos podemos permitir. Sí que veremos por aquí más
muestras de su trabajo porque nos identificamos con su apasionada forma de
entender el cine como experiencia vital.
Citando a Jorge "Ilegal" Martinez: “a
prueba de marcas, a tumba abierta”.
“El sádico
de Notre Dame” es un ejemplo de cómo hasta en sus horas más bajas era capaz de
realizar un cine que estaba al alcance de muy pocos. También vale como muestra
de aprovechamiento de un mismo material para editar ¡tres películas! Este film
de 1979 es una versión hablada en español con escenas nuevas y remontaje de su
“Exorcisme (L'éventreur de Notre-Dame)” (1974) y de otra versión “X” con
insertos de escenas de mete y saca titulada “Sexorcismes” (1975).
“El sádico…”
es ideal para acercarse al cine de Franco. Es un buen muestrario de todos sus
temas recurrentes: la serie negra, el terror “camp”, el erotismo guarrete, el
sexo perverso y fetichista de tintes sadomaso, el puritanismo religioso y la
inocencia frente a la maldad más oscura, el humor negro etc.
Técnicamente
tiene secuencias dignas de estudio por su originalidad y brillantez en la
puesta en escena. La fotografía a pesar de su tonalidad anticuada es opulenta y
grandilocuente. Perfecta para la ambientación gótica.
En lo negativo
también están ahí los desenfoques, saltos de montaje, imágenes saturadas por
descuidada iluminación, improvisaciones de guión y rodaje etc.
Durante más
de treinta años podemos encontrar en todas sus películas los nombres de un
montón de colaboradores actores, productores, técnicos, fotógrafos, músicos…
que formaban un grupo que más que amigos eran una familia embarcados en la
locura de hacer películas. Igual podía cualquiera de ellos estar delante de la
cámara, que detrás, en la sala de montaje, en el guión, en producción o
cualquier otra cosa. Mención especial para Fata Morgana, Antonio Mayans y su
inseparable gran amor y musa Lina Romay que estuvieron junto al director en su
última singladura superado el año 2010.
En el sádico
de Notre Dame todos los actores están correctos, no puede ser de otra forma
dada la gran complicidad del grupo humano y las libérrimas condiciones de trabajo. Podríamos destacar a Olivier Mathot a Pierre Thaylou y a todas las chicas. Ya dedicaremos
en su momento un apartado particular para Lina Romay, por quien tenemos una
fuerte devoción personal como actriz, como mujer, como profesional, como
persona y como todo.
Momentos escogidos:
- El loco
que va orinando por la calle. Una imagen tan simple como descorazonadora que
retrata con toda crudeza la demencia.
- Los
transeúntes que miran a la cámara cuando Mathis sube al coche de la rubia
pelandusca.
- ¡Qué guapa
estaba Lina Romay!
- Mathis
ojeando el muslamen de Ana durante la conversación en la oficina de la revista.
- Los juegos
de sumisión del conde con una muy competente Monica Swinn, castigadora de
racial belleza.
- Solo a
Jess Franco se le podía ocurrir filmar la muerte de una mujer mostrándonos el culo en pompa mientras le dan “el descabello”
- Las vistas
de las calles de Paris al margen de los lugares más típicos y recurrentes de la
ciudad.
- Los
delirantes soliloquios de Mathis reflexionando sobre la naturaleza divina de
sus actos con los que expía a las bravas pecados propios y ajenos.
- El humor
negro del intercambio de impresiones entre el comisario y el forense en la
escena del crimen
- El
estacazo que se lleva el comisario en el apartamento con la pobre luz que entra
de la calle.
- El ataque
del sádico en la trampa preparada por el editor y la Policía. Jesus Franco
está mucho más ágil y rápido de lo que aparentaba su apocado personaje.
- El
personaje de Bartolo, el lumpen necesario para equilibrar.
- El
director utiliza la catedral como un personaje más. Colosal y silencioso
testigo de todos los acontecimientos. Refugio e inspiración del perturbado
merodeador.
Suele haber
gore en los films de Jesus Franco pero barato y malo. En este sentido “El
sádico…” es una excepción porque las escenas sangrientas están bastante
logradas teniendo alguna que llega a ser desagradable.
Ya hemos
hecho mención a la brillante banda sonora de Daniel White. Suponemos que estuvo
en todo momento supervisada por el director, fanático del jazz y compositor
responsable de la música de varias de sus propias películas.
Conclusión:
“El sádico
de Notre Dame” es como un genuino tebeo de terror gráfico llevado al celuloide.
Barroco, divertido, sangriento, provocador, grotesco. Noventa minutos de
evasión muy políticamente incorrecta.
Gracias a Dios y a Jesús.
- Calidad
cinematográfica: 7
- Psicotronia: 8
- Gore: 6
- Catedral de Notre Dame (Nota: Esta
es una filmografía simbólica pues la catedral puede estar presente en
cualquiera de las cientos de películas que a lo largo de la historia se hayan
rodado en su totalidad o en parte en la ciudad de Paris. Encontrarlas todas
sería un trabajo de investigación que se escapa de nuestras manos) filmografía escogida:
- Jesús
Franco: El malagueño nació en 1930 y falleció en 2013. De familia acomodada
creció en un próspero ambiente cultural. Músico de conservatorio, licenciado en
derecho se formó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas
(IIEC). Después empezó sus colaboraciones con reputados directores componiendo
música para la banda sonora o como asistente de dirección. También escribió
novela policiaca bajo seudónimo, como Mathis La Forge/Vogel. Guionista,
compositor, actor, maquillador, productor, fotógrafo... el sólo podría haber
hecho una película si se lo hubiera propuesto. Algunos rodajes hay en su filmografía
que como quien dice los hicieron entre cuatro. Su obra:
- De Pierre
Taylou no hay mucha información en internet. Actor solvente de buena presencia
y participación mayoritaria en films psicotrónicos de corte erótico. No sabemos
si es el mismo Taylou asistente de dirección de origen belga y autor de una
novela erótica y de un texto teológico filosófico. Sus filmografía se ciñe a
poco más de una década:
- La guapa
Lynn Monteil (Rosa) tiene una filmografía corta pero potente a base de
explotation:
- Lo mismo
podemos decir de la racial morenaza Caroline Riviere (Nina) una breve carrera
que compartió algunos filmes con otros actores de la factoría Franco:
- Monica
Swinn (Brenda) otra fija en sexplotation de la época. Mujer virgo de belleza
discutible pero irresistible, osada, cautivadora y con talento natural para las artes. Belga de origen, graduada en
interpretación, su carrera fue breve en el tiempo pero productiva en trabajo y
también está ligada al nombre de Jesus Franco. En 2014 la recupera el director
de “Berberian Sound Studio” (2012) Peter Strickland para “The Duke of Burgundy” (2014). Sus
películas:
- Claude
Boisson es el pícaro Bartolo. Un tipo cuya fisonomía le hace ideal como
secundario para el poliziesco o el polar. No hay muchos datos personales sobre
él aparte de su filmografía:
- Roger
Germanes (El inspector) solo cuenta en su haber con seis largometrajes.
Sorprende porque es un actor sólido con talento natural para la interpretación
y muy buena planta:
- Antonio do
Cabo (sacerdote) es un actor brasileño reclutado por Franco para su cuadrilla
durante algún periplo amazónico. Su papel en “El sádico…” es breve y su
filmografía también:
- Lina Romay
(Ana) fue la compañera, la media naranja o la naranja entera de Jesus Franco.
Actriz, directora, guionista, montadora, maquilladora, cámara… Digo yo que si
Jesus Franco tuvo su Goya honorífico ¿Por qué la Academia tan reivindicativa y
feminista no le dieron el suyo a Lina Romay? ¿Acaso otras que se lo han llevado
o han sido nominadas son mejores actrices que ella? ¿Están más buenas Penelope
Cruz, Amaia salamanca, Ana de Armas, Elsa Pataki, Elena Anaya, Hiba Abouk o
Paula Echevarría de lo que estaba Lina Romay? ¡Por supuesto que no! Y quien
piense lo contrario por favor que se aparte de este blog pues aquí
reivindicaremos la memoria de la protagonista de “Lady Porno” a navajazos si
hace falta. Lo que más lamentamos es no haber llegado a conocerla en persona.
Rosa María
Almirall Martínez nace en Barcelona un 25 de junio de 1954. Adoptó el nombre de
Lina Romay en honor a María Elena "Lina" Romay, actriz y cantante
mexicana musa de Xavier Cugat. Terminó el bachillerato y continuó su formación
en las artes escénicas. Se casó con el actor y fotógrafo Raymond Hardy de quien
pronto se divorció. Conoció a Jesus Franco durante el rodaje de “La maldición
de Frankenstein” (1973) donde interpretó brevemente a una huidiza niña gitana.
Su relación con el director se mantuvo hasta el final de su vida. Filmografía:
No hay comentarios:
Publicar un comentario