“Saint Ange”
Dir.: Pascal
Laugier
Francia.- 98
min.- Color.
Terror /
Fantasmas
35 mm.- 2.35
: 1
Sonido:
Dolby Digital
Música: Joseph
LoDuca
F.X.: Daniel
Parvulesku, Ionel Popa.
Fotografía:
Pablo Rosso
Guión:
Pascal Laugier
Producción: Christophe
Gans, Richard Grandpierre, Vlad
Paunescu, Stephane Sperry.
Intérpretes:
Virginie Ledoyen (Anna Jurin); Lou Doillon (Judith); Catriona MacColl (Francard);
Dorina Lazar (Ilinca); Virginie Darmon (Mathilde); Jérôme Soufflet (Daniel);
Marie Herry (Marie); Eric Prat (Servicios Sociales); Marin Chouquet (Alex);
Christophe Lemaire (Empleado Servicios sociales); Louis Thevenon (Empleado de
mudanza); Franck Vestiel (Hombre de Negro)
Cuando nos
disponemos a ver una película de fantasmas cuya acción discurre en una mansión
o antiguo edificio que alberga pacientes, huerfanitos o turistas que tienen que
convivir con presencias misteriosas nos vienen a la memoria enseguida Suspense
(1961) o El Resplandor (1980). Podemos acordarnos de clásicos modernos como “El
Espinazo del Diablo” (2001) “Los Otros” (2001) o de otros films menores como
“La residencia” (1969) y “Frágiles” (2005).
En este
género de terror es importante saber crear una buena atmósfera y manejar bien
el suspense. El francés Pascal Laugier se ha embarcado en este terreno en su
primera experiencia como director de largometrajes y el resultado es irregular.
Alpes
franceses, 1958, a la residencia Saint Ange llega Anna, una chica que llega
contratada para realizar tareas de limpieza y mantenimiento hasta que se
produzca el desalojo definitivo de las instalaciones.
El lugar era
una especie de internado católico que acogía niños huérfanos y a otros
“especiales” desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Se cierra por que la
situación de abandono y deterioro ha provocado la muerte accidental de uno de
los internos.
Anna pronto
empieza a sentir presencias entre las sombras de los largos y sombríos pasillos
y descubre unos ficheros donde aparece el registro de muchos niños de los que
no se sabe nada.
Helenka se
desentiende del asunto y la última residente, Judith, una chica perturbada
confiesa a Anna algunos secretos de Saint Ange. Las dos jóvenes entablan
amistad y buscan respuestas.
“El Internado”
es un film fallido en el aspecto de que parece abarcar muchas ideas que no
acaban de desarrollarse provocando confusión en el espectador que ve como
avanza el metraje y no obtiene respuestas a las incógnitas que se van
planteando. Se nos deja
entrever que se hacían prácticas extrañas con niños pero la ambigüedad de las
explicaciones que se nos dan lo deja todo en un limbo entre lo real y lo
imaginado.
Obviando el
meollo de la cuestión lo cierto es que no hay mucho más que rascar. Nos
gustaría saber más acerca de las autoridades públicas o privadas que dirigen el
internado o de las vicisitudes que ha vivido Anna hasta llegar a su actual
situación. Todo queda en desdibujados apuntes.
Estas
cuestiones no tendrían especial relevancia si no fuera porque Pascal Laugier ha
pretendido hacer un film de cierto empaque. Esta no es una producción de serie
Z, es un film elegante y grandilocuente, con una bella fotografía y una banda
sonora exquisita. La puesta en escena está muy cuidada y el escenario es el
apropiado. Por tanto cabe exigir mejores resultados.
El peso del
film recae principalmente sobre las cuatro personajes. Anna y Judith son las
protagonistas. Cumplen bastante bien con sus personajes.
Virginie
Ledoyen es mujer de belleza serena pero que se comporta con carácter. No es
esta una película en la que pueda lucir sus dotes como actriz porque en
cuestión de diálogos está muy justa. Espectacular su desnudo en la ducha.
Parece que están de moda otra vez las mujeres con pecho pequeño. Lo importante
es que muestren talento, carisma y buen hacer.
Lou Doillon
es ni más ni menos que la hija de Jane Birkin y su presencia es casi más
poderosa que la de Virginie Ledoyen. Artista polifacética de rasgos exóticos e
irresistibles que resuelve con buena nota el complicado rol de Judith.
Laugier como
todos los nuevos realizadores de cine de género ha mamado el terror ochentero y
por eso supongo que la presencia de Catriona MacColl (Katherine MacColl), la
musa de Lucio Fulci tiene mucho que ver con esta influencia. Nos hubiera
gustado que tuviera un poco más de protagonismo porque su personaje de Francard
aunque tiene mucho potencial está poco aprovechado.
Dorina Lazar
es una veterana actriz secundaria que cumple bien como la ruda cocinera Helenka
que se resiste a admitir que en el internado ocurran hechos inexplicables. Su
presencia en el reparto probablemente fuese sugerida por la parte rumana de la
co-producción.
La película
se va dejando ver agradablemente dentro de los parámetros habituales del género
y poco más. Tienen que pasar más de 50 minutos hasta que el director se quita
el corsé y empieza a mostrar su personalidad. A partir de las secuencias nocturnas en el
bosque podemos reconocer las inquietudes que después desarrollaría en “Martyrs”
(2008), la rebeldía y la lucha de víctimas inocentes contra un enemigo
invisible en un entorno descarnado, claustrofóbico y aséptico, apelando a
terrores del subconsciente y llevando la tensión hasta el límite con
espeluznante eficacia. Se aproxima a los climas terroríficos propios del
moderno cine de fantasmas japonés como por ejemplo “Dark Water” (2002).
Destacan:
- La belleza
de las dos protagonistas.
- Los aspectos
técnicos de la película, muy cuidados. La iluminación en las escenas del
entierro de los gatitos es sobrecogedora.
- La
desoladora sensación que transmiten las salas abandonadas del edificio, los
baños, los dormitorios etc.
- Toda la
parte final, lo mejor de la película, cuando Judith y Virginie deciden pasar a
través del espejo.
- La calculada
ambigüedad para que no estemos seguros de nada de lo que ocurre. El espíritu de
la obra maestra de Jack Clayton está presente. Salvando las distancias claro
está. El caso de la obra que nos ocupa se aproximaría más a los surrealismos
somáticos nipones de la serie “Evil Dead Trap” (1988)
“El
Internado” es un film correcto que va de menos a más. Para ser la primera
película de su director no está nada mal.
Calidad
Cinematografica: 6´5
Gore: 5
Psicotronia: 7
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