Dir.: William Lustig
EE.UU.- 1980.- Terror / Gore
87 Min.- Color.
16 mm. ampliado a 35
mm.
1.85 : 1.- Dolby Estereo.
Música: Jay Chattaway
Fotografía: Robert Lindsay
FX. : Tom Savini, Rob Bottin.
Guión: Joe Spinell, C.A. Rosenberg,
Producción: Andrew W. Garroni, Judd Hamilton, William Lustig , John Packard, Joe Spinell.
Prod Co.: Magnum Motion Pictures Inc.
Intérpretes: Joe
Spinell (Frank), Caroline Munro (Anna D`Antoni), Abigail Clayton (Rita), Kelly
Piper (Enfermera), Rita Montone (Prostituta), Tom Savini (Hombre en el
automóvil), Hyla Marrow (Chica en el automóvil), James L. Brewster (Chico en la
playa), Linda Lee Walter (Chica en la playa), Tracie Evans (Prostituta 2),
Sharon Mitchell (Enfermera 2), Nelia Bacmeister (Carmen Zito), Louis Jawitz
(Fotógrafo), Denise Spagnuolo (Denise), Billy Spagnuolo (Billy), Andrew W.
Garroni (Jerry), William Lustig (Encargado en el hotel)….
Cuando un día ves en la tele un ominoso traíler publicitario
de un oscuro film de terror y después escuchas la promoción en la radio con el temible eslogan “Ya te advertí que no
salieras esta noche” entre gritos y sirenas de Policía y la voz del locutor que concluye de forma sombría: “película clasificada S“, sabes que
necesitas ver esa película.
Esperas a que llegue a las salas de reestreno y una tarde,
después de haberle mentido a tus padres que te habían prohibido expresamente
que fueras a ver esa película, coges a tus hermanos y atraviesas la ciudad en
dos autobuses de línea hasta el barrio más apartado donde está el cine más
mugriento en el que menos posibilidades hay de que te pregunten la edad o te
pidan el carné.
Allí por fin, a continuación de “Horacio y el bailón de Don
Fulgencio” (1980) en la que ya hemos comprobado que el sonido que sale por los
altavoces es defectuoso dando la sensación de estar acelerado, llegó el
momento: el catalejo, la playa, una pareja, una cuchilla, un cable de acero…
Por supuesto, durante los meses siguientes ninguno de
nosotros pisaba la calle si no llevábamos un cúter en el bolsillo trasero de
los vaqueros de tergal.
En aquellos tiempos no teníamos el fácil acceso al
merchadising que tenemos ahora.
Y me vino la idea de que cuando la película llegase al cine
más próximo a mi barrio tenía que conseguir el cartel. Así que no recuerdo
exactamente si fue en el Concorde o en el San Miguel pero el caso es que
sabiendo que en los cines de reposición las películas permanecen sólo una
semana, llamé el domingo por la tarde por teléfono para pedir si por favor me
podían reservar al finalizar la última sesión uno de los carteles de “Maniac”.
Se sorprendieron un poco pero muy cortésmente accedieron, así que a eso de las
22:30 y ante la extrañeza de mi familia, enfilé camino del cine intentando
aparentar seguridad cuando me cruzaba moradores con aspecto sospechoso de aquel
barrio, Torrefiel o Barona.
Al día siguiente exhibí con orgullo mi trofeo en el
Instituto y a día de hoy lo sigo guardando con cariño.
Los responsables del Cine (o irresponsables según se mire) habían
tapado en los carteles muy ladinamente con grueso rotulador el texto y el
anagrama de “Clasificada S” supongo que con intención de que el cine se llenara
de inocentes familias durante las proyecciones del fin de semana cosa que no
hubiese pasado de figurar el cartel con la “S” junto a la taquilla.
Con alcohol y paciencia lo fui rascando poco a poco hasta
eliminar hasta el último rastro de tinta. Por supuesto lo hice con la punta de
la cuchilla del cúter.
Y es que “Maniac” dejaba huella. No entendíamos muy bien por
qué pero molaba mucho. Supongo que tendría que ver con la sensación de rebasar
las barreras de lo prohibido, con una fuerte carga de elementos fetichistas,
con su sordidez enfermiza, con escenas gore escasas pero desagradables y muy subidas
de tono, acordes con el tono general de la película.
Porque el visionado de esta película produce una sensación
como la de estar viendo un film snuff. No empatizas con ningún personaje,
solamente eres espectador de lo que ocurre en la pantalla. Puedes salirte del
cine, apagar el reproductor o permanecer en el asiento nervioso y
cabreado. O fascinado.
Lustig misteriosamente albergaba un talento especial para
convertir la basura en arte.
Frank Zito vive solo y por la noche mata gente,
preferiblemente parejas y mujeres solas.
Guarda la cabellera de las chicas para su colección privada. Vive en un
pequeño apartamento mugroso en un callejón de Manhattan. Nos dice en un momento
del film que es pintor artístico.
El barrio está aterrorizado y las autoridades no logran dar
con el asesino.
Por casualidades de la vida Anna, una fotógrafa profesional
le toma unas instantáneas en un parque. El se acerca a ella para indagar sobre
la persona que ha capturado su imagen. Sorprendentemente se caen bien y empiezan a salir.
Frank, en sus periodos de lucidez es un tipo cool. A pesar
de su físico poco agraciado y fondón despliega un carisma irresistible para
camelarse a la gente. Los niños le saludan en el barrio.
Pero ha ido demasiado lejos y no puede dejar de matar. Llega
la noche y a solas con Anna en el cementerio la chica sospecha que algo no va
bien en la torturada mente de su amigo.
Willim Lustig empezó su carrera cinematográfica como Billy
Bag, haciendo porno en 35 mm con actores y actrices de primer nivel en el sector.
Dirigió “La Violación de Claudia” (1977) con 22 añitos y ya mostraba su
personalidad con cuidados estilismos que contrastan con la extraña fuerza que
transmiten sus imágenes. El glamour se va esfumando en su segundo film “Hot
Honey” (1978) en el que la historia se retuerce y ya filma interiores y
escenarios de la calle 42 en 16 mm. para ampliar después a 35 mm. Misma técnica
que utilizaría en “Maniac” y que contribuye a acentuar el aspecto tenebroso de
las imágenes.
“Maniac” se rodó en menos de un mes, sin permisos, teniendo
que salir corriendo todo el equipo después de rodar cada escena de la calle.
Limitados a una sola toma para cada secuencia lo que sorprende porque solamente
apreciamos una evidencia en este sentido: un micrófono que asoma sobre una de
las cabinas en los lavabos del metro.
Con un presupuesto de 350.000 dólares, Lustig no pensaba perder el tiempo con
minucias como presentar su película ante la MPAA (junta de certificación de la industria
cinematográfica estadounidense) así que la carrera comercial de la película sin
restricciones de censura fue explosiva llegando a recaudar a finales de 1981 la
cifra de seis millones de dólares.
Este film se apartaba del terror para adolescentes que
despuntaba en los 80 y nos remite directamente a “Frenesí” (1972) y a
“Psicosis” (1960) de Hitchcok o a los giallos de Argento y de Bava. Todo ello
enmarcado en la depresión social y la resaca post Vietnam, Watergate, la crisis
del petroleo… Las calles de las grandes ciudades no eran seguras y esto se
refleja además de en el film de Lustig en otros films como “El Exterminador”
(1980) o “A la Caza” (1980) y lo que iba
a venir con “The Warriors” (1979) , “Curso 1984” (1982), “Tenement” (1985) y
otras lindezas semejantes. El terror ya no se encuentra en lo profundo de los
bosques, está en las calles de tu barrio.
“Maniac” recupera el espíritu de “Taxi Driver” (1976) , de los films nasties de finales de los 70 y de violencia
urbana como “El Justiciero de la Ciudad”
(1974) o “Harry el Sucio” (1971) para dar forma a una idea de Joe Spinell sobre
las andanzas de un asesino. En principio iban a ser dos, un padre y un hijo
pero las limitaciones económicas y el impacto de los recientes asesinatos en
Nueva York del “Hijo de Sam" les hizo decantarse por un único criminal. Spinell
había sido entre otros muchos oficios taxista y dependiente de licorería y
había tenido un papel secundario en la mencionada película de Scorsesse.
También había hecho teatro para los presos de las cárceles con la compañía
“Teatro para los olvidados”. Su sólida formación como actor venía enriquecida
por una vida agitada y un verdadero conocimiento de las calles y de la condición humana.
En la película pese a las condiciones en la que se rodó
podemos apreciar el sello personal de Lustig en el ritmo nervioso, en la garra
de algunas escenas, en el retrato sombrío de las calles de Manhattan y en la
construcción de personajes rudos a los que la suerte da la espalda y se
enfrentan a la vida con la violencia como único recurso del que pueden disponer.
Entre tanto fatalismo se las arregla para componer sugestivas imágenes, con
elegancia y cierta brillantez.
El apartamento de Frank nos ofrece secuencias memorables.
Entre el desorden y la suciedad se forja un universo mágico donde el
protagonista pasa las horas muertas hablando consigo mismo y con sus trofeos sanguinarios.
En el hotel, William Lustig que interpreta al encargado, se
retrata a si mismo como un avaro truhan que le saca los billetes a Frank con
naturalidad y sin el menor atisbo de vergüenza.
Caroline Munro está guapísima y da la réplica a Spinell con
fuerte personalidad. Inteligente e independiente parece como si su personaje
tuviera rasgos de lesbianismo que no se acaban de desarrollar. Hace amistad con
Frank pero no parece dispuesta a intimar con él. Brillante y aguda la
conversación durante la cena.
Excelente como se representa la dualidad del personaje,
cuando sale poseído por su lado criminal se viste como una especie de comando.
Cuando está normal llevá tupé y un traje hortera entre el Elvis de Las Vegas y
el Travolta de “Fiebre del sábado noche” (1977).
La secuencia del subterraneo es muy angustiosa. Genial Kelly Piper en el papel de la aterrorizada enfermera perseguida por el maníaco.
La secuencia del subterraneo es muy angustiosa. Genial Kelly Piper en el papel de la aterrorizada enfermera perseguida por el maníaco.
Las escenas en el cementerio son cine de terror de manual,
entre brumas, oscuridad y un buen susto inesperado.
El final de la película es literalmente de pesadilla. El
asesino se enfrenta al remordimiento encarnado en la figura de sus víctimas.
Son segundos que se hacen eternos y perduran en nuestro recuerdo.
Los Policías sabemos que lo son por el sonido de la sirena,
por la luz giratoria que llevan en el interior del coche sobre el salpicadero y
porque uno lleva una placa colgando del bolsillo de la chupa. El coche parece
sacado de un desguace.
Llama la atención que todos los asesinatos parecen
inspirados en las más típicas leyendas urbanas. Aunque como decía Spinell , “I
don't even think of Maniac (1980) as a horror movie. The horrible thing is that
people like this really exist”. (“Yo nunca he entendido “Maniac” como una
película de terror. Lo horrible es que gente como ésta realmente exista”). Lo
decía con fundamento porque se había estudiado a fondo la carrera criminal y la
personalidad de psycho killers reales como David Berkowitz (El Hijo de Sam) o
John Wayne Gacy (El Klown Asesino) para dar forma a Frank Zito y conferir a su
interpretación la mayor credibilidad posible.
Si hay dos escenas en esta película que dejan huella en el
espectador y ya son parte de la historia del cine de horror son sin duda:
El asesinato de la prostituta en el hotel. Cruel, repulsivo.
Aparece el cúter y el cuero cabelludo se separa del cráneo. El asesino se inclina
sobre su víctima y funde en negro.
El ataque a la pareja del coche. El tipo que salta sobre el
capó es el propio Savini que dijo después en una entrevista que se sintió
extraño apuntando a un muñeco con su misma cara. Aunque se ve venir lo que va a
suceder nunca lo esperamos de forma tan súbita y brutal. Por muchas veces que
la veamos nunca deja de sorprendernos. Esta puesta en escena es una auténtica
obra maestra de la composición, la iluminación y los FX.
Y no quiero dejar de mencionar mi momento favorito: Frank en
casa, ataviado con una especie de batín, hecho una maruja, rememorando los malos
tratos a los que le sometía su madre para a su vez hacérselos él a uno de sus
maniquíes. Se levanta cansino, se pone una antigua gorra de Flash, se sienta en
un sillón y primero se pone a jugar con una pistola de chispas a fricción para
un momento después quedarse ensimismado con un carrusel musical de cuerda entre
sus manos. Una estampa tragicómica que refleja a la perfección la tormenta que
sacude la cabeza de tan indeseable personaje.
Jay Chataway se estrenó como compositor de bandas sonoras
con esta película. En adelante no le ha faltado trabajo llegando a encargarse
de las nuevas series de TV “Star Trek”. La partitura que creó para el film de
Lustig es absolutamente perfecta. Sonidos típicos de los 70 para una melodía sutil y a la vez enervante que acompaña en sus momentos más íntimos al demente
protagonista.
“Maniac” es un film de terror que garantiza mal rollo. El
tiempo le ha otorgado merecidamente el status de clásico.
Notas:
- Cannes:
¿Cómo llega al festival de Cannes un film gore de bajo
presupuesto que no ha pasado por la MPAA y realizado por un director debutante
en el mainstream?
William Lustig es sobrino de Jake La Motta (el auténtico
“Toro Salvaje”) que estaba asociado con el actor y productor calabrés Peter
Savage.
Spinell (Spagnuolo su apellido real) también era de
ascendencia italiana y tenía buenos contactos obtenidos a lo largo de su
carrera trabajando con Coppola, Scorsesse o Stallone.
Judd Hamilton que había participado en “Star Crash” (1978 )
con Spinell y con Caroline Munro con la que contrajo matrimonio, aportó para
“Maniac” 200.000 dólares condicionados a que su esposa sutituyera en el papel
principal a Daría Nicoldi, novia de Dario Argento.
Irvin Shapiro, el representante que presentó el film de
Lustig en Cannes había colaborado en la producción de “Zombi” (1978) donde
había trabajado Tom Savini.
Creo que no es difícil imaginarse que a Lustig con 22 añitos
crear una productora para rodar cine X con gente como Jamie Gillis y Sharon
Mitchell le venía un poco grande y todos sabemos quienes controlaban el porno
en Estados Unidos en los años 70.
Habían nombres influyentes detrás de “Maníac” y quien haya
visto “El Padrino” (1972) ya puede entender como funcionan algunas cadenas de
favores en según que ambientes.
Lustig y Spinell obviamente no pensarían hacer sombra en
calidad a los Tarkovski, Bob Fosse, Kurosawa, Chavarri, Wenders, Risi, Resnais,
Beloccio, Denis Hooper, Sam Fuller etc. que participaban en el certamen ese año
pero si lo que buscaban era promoción desde luego que la consiguieron. La
organización recibió multitud de quejas sobre el film por parte de los
asistentes que se cebaron sobre todo en el cartel original del cuchillo en una
mano y la cabellera en la otra.
- La influencia de esta película en generaciones posteriores está por todas partes:
Tom Savini ya sabemos
que es actualmente uno de los referentes en la historia de los F.X. modernos.
Lustig fue requerido por Tarantino para dirigir “Amor a
Quemarropa”(1993) pero algunas diferencias en el enfoque de la historia y la
aparición de Tony Scott terminaron por apartar a Bill del proyecto.
El personaje que interpreta Joe Spinell en “Vigilante”
(1983) de Lustig se llama Eisenberg. ¿Nos suena de algo?
- Actualmente es fácil encontrar buenas ediciones en dvd con
una excelente calidad de imagen que permite apreciar con detalle el personal estilismo
de Lustig.
- Quien tenga una hija o un hijo, hermano o sobrino en edad de
empezar a salir por las noches y quiera asegurarse de que no va a cometer
imprudencias o ponerse en situaciones de peligro le recomiendo que una tarde en
casa la invite a ver del tirón “Maniac”, “La Ultima Casa a La Izquierda” (1972) y
“Henry, Retrato de un Asesino” (1986). Después tendrá la completa seguridad de
que esa joven persona nunca se fiará de los desconocidos. Y probablemente de los
conocidos tampoco.
- Tom Savini ha renegado de su participación en esta película.
Sus razones tendrá porque sin duda es uno de sus mejores y más celebrados
trabajos.
- Michael Sembello compuso la canción “Maniac” impactado por
la película pero para que pudiera incluirse en el soundtrack de
“Flashdance”(1983) tuvo que hacer cambios en la letra:
Original: “He's a maniac, maniac that's for sure, He will
kill your cat and nail him to the door.”
Modificada: “She's a maniac, maniac on the floor and she's
dancing like she's never danced before.”
- La familia como ya hemos comentado es importante para
quienes tienen ascendencia italiana. En “Maniac” aparecen brevemente en el
parque Diane, la esposa de Spinell y sus sobrinos Denise y Billy.
- Aunque Lustig no estaba por la labor, Spinell estuvo
trabajando con el director Buddy Giovinazzo en una segunda parte llegando a
filmar un tráiler promocional.
Lo cierto es que viendo las imágenes la cosa prometía
bastante. Frank encarnaría a un payaso televisivo de aspecto horripilante al
que le costaba poco verse poseído por pensamientos y voces que le iban a
transformar en una bestia asesina. Todo muy oscuro y deprimente.
- Lustig en 1988 animado por el avispado maestro de la serie B
Larry Cohen realizó “Maniac Cop”, un magnífico film donde podemos encotrar
todas las constantes de su cine, violencia callejera, venganzas, policías al límite, etc.
Spinell falleció en 1989 y “Maniac Cop 2” es un sentido homenaje al
desaparecido actor a través del personaje de un psycho que nos recuerda mucho al
de su film de 1980.
- La mejor aproximación cinematográfica que se ha realizado
hasta ahora sobre los crímenes de “El Hijo de Sam” sin duda es la del
quisquilloso Spike Lee “Nadie Está a Salvo de Sam” (1999). Una gran película.
Aunque tiene una escena que nos recuerda sospechosamente a “El Día de la Bestia”
(1995)
-Tratando de asesinos transtornados y aparte de los títulos mencionados anteriormente de
Hitchcok hay que mencionar tres
auténticas joyas del cine: “El estrangulador de Boston” (1968), “El
Estrangulador de Rillington Place” (1971) ambas de Richard Fleischer y “El Fotógrafo del Panico” (1960) de Michael Powell, la que
probablemente Spinell tuvo más en cuenta para elaborar el guión final de “Maniac” junto a Lustig,
- William Lustig realizó su última película en 1996. Una
lástima que su capacidad de sacrificio no haya estado a la altura de su
talento. Lo que no ha perdido es su habilidad comercial y actualmente es
director ejecutivo de “Blue Underground” , una compañía que restaura y reedita en
DVD films de género clásicos descatalogados.
- Agradecimiento a dos importantes blogs sobre cine de los que
he podido tomar algunos datos y en los que se puede encontrar más información
sobre “Maniac” y sus creadores:
Y a Mike Hostench y Jesus Martin autores del libro “Pantalla
de Sangre”
- Finalmente Lustig aceptó en 2012 apadrinar un remake de
“Maniac” dirigida por Franck Khalfoun con Elijah Wood en el papel principal. No
la he visto todavía aunque hay bastantes opiniones favorables hacia ella.
Siempre es más fácil construir sobre la base que ya habían edificado otros.
Pero si tanto Lustig como Spinell han dejado mucha huella no ha sido solamente por la
película que los lanzó a la fama en 1980.
Calidad Cinematográfica:
7
Psicotronia: 8
Gore: 7
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