Fight club. EE.UU.
Color
Technicolor. 35 Mm.
Dolby DTS. Musica: Dust Brothers
POCAS VECES EL CARTEL PROMOCIONAL DE UNA PELICULA HA SIDO TAN DESAFORTUNADO
Intérpretes: Edward Norton, Brad Pitt, Helena Bonham
Carter, Meat Loaf, Richmond Arquette, Zach Grenier…
Recuerdo
haber visto el trailer promocional de esta película en un cine y que me dio
bastante repelús: Brad Pitt, pastillas de jabón, hombres semidesnudos… mala
pinta.
Paradójicamente
esta impresión es la que decidieron transmitir al público los productores para
intentar potenciar la comercialidad de un producto en el que no confiaban. Consiguieron
el resultado opuesto, un batacazo en la taquilla. Las fans de Brad Pitt no se
entusiasmaron ante la perspectiva de ver a su ídolo en un film oscuro y
sospechosamente gay.
Como mucha
gente se empeñaba en recomendármela acabé finalmente alquilándola en el
videoclub (qué tiempos). Me sorprendió y me gustó.
Hace pocos
días la volví a ver y me volvió a gustar.
Cuando uno
se pone a escribir sus impresiones acerca de una película procura evitar
desvelar sorpresas argumentales para no reventársela a quien pudiera leer estas
líneas sin haberla visto. No es fácil con “El club de la lucha” porque durante
una extensa parte de la historia las cosas no son en absoluto lo que parecen.
Se nos van dejando pistas, sabemos que estamos viendo un flashback pero no
encajamos las piezas hasta el final.
“El narrador”
(Edward Norton) es un perito que trabaja para una importante empresa
automovilística. En su oficio se ve obligado a lavar trapos sucios de la compañía
respecto a la seguridad de algunos vehículos. Vive bien, gana dinero pero
empieza a sentirse vacío y a tener problemas de insomnio. Empieza a frecuentar
lugares donde se reúnen personas enfermas o con adicciones graves para hacer
terapia de grupo. El trato con gente que vive con la humanidad a flor de piel
le devuelven la sensación de estar vivo y en equilibrio. Pero esta rutina que
le proporciona paz se rompe con la intromisión en las reuniones de Marla (H.
Bonham Carter), una chica solitaria que vive en semimarginalidad con la que
finalmente entablará una singular amistad.
Motivos
profesionales hacen que “El narrador” viaje con frecuencia. En un avión
conocerá a Tyler (Brad Pitt), un personaje independiente, seductor, seguro de
si mismo y nihilista.
Tiempo
después de ese breve encuentro “El narrador” se encuentra una noche con que su
apartamento ha explotado a causa de un accidente doméstico. Desorientado se
decide a llamar a Tyler y a partir de esa noche entablan una amistad que les
llevará a vivir juntos. Van cogiendo confianza y en una salida nocturna después
de unas cuantas cervezas empiezan a atizarse guantazos en un catárquico ejercicio
de primitiva brutalidad que reforzará los lazos entre ellos. Esta práctica
pugilística resulta ser contagiosa y no tardan en agrupar a un buen número de
noctámbulos insatisfechos con sus anodinas existencias con quienes formarán un
clandestino club de la lucha.
Y aquí empieza
aparentemente la verdadera deconstrucción de “El narrador”, de la persona que venía
siendo hasta llegar a tocar fondo para renacer como alguien nuevo y con un
objetivo: combatir el sistema que le anuló como ser humano y que controla los
hábitos y las vidas de la ciudadanía con falsos valores impuestos y
superficiales a los que se ven abocados mediante la manipulación que ejerce el consumismo.
“El club de
la lucha” es una película intensa, bien realizada, medianamente compleja que te
engancha desde el principio hasta el final. Es la historia de una revolución
personal consecuencia de una especie de viaje iniciático emprendido por el
protagonista.
No me llega
a parecer un film redondo en este aspecto. Se manejan conceptos interesantes
pero en los que se podría haber profundizado bastante más. La idea de destruir
la civilización anulando la deuda de las tarjetas de crédito que esclaviza a la
población es interesante pero no creo que esté bien explicada o fundamentada
para tener una buena perspectiva de la magnitud del sabotaje. A grandes rasgos
todo queda como una versión de andar por casa de “V de vendetta”.
Pero a pesar
de que podría haber dado más de si es una película que vale la pena ver, por su
tenebrosa brillantez visual, por lo enérgico de su propuesta, por el sorprendente
desarrollo de la trama o por el impecable trabajo del gran Edward Norton.
Apabullante también
la interpretación de Brad Pitt, un actor que parece que se crece en los papeles
menos agradecidos. Para mi gusto los mejores papeles de su carrera son el de
este Tyler Durden y el de Early Grayce, el Psycho White-trash de “Kalifornia”
(1993).
Sensacional también
la aportación del gran “Meat Loaf”. No se que me sorprendió más, si verle con
tetas o verle con el pelo corto. Parece que este es ya su look habitual. El del
pelo, no el de las tetas.
Calidad
cinematográfica: 7
Psicotronia: 6
Gore: 6
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