“Pensione Paura”
Dir.: Francesco Barilli
Italia / España
Thriller / Suspense / Drama / Giallo
Color.- 92 Min.
35 mm.- 1.85 : 1
Audio remasterizado: Dolby 2.0
Música: Adolfo Waitzman
Maquillaje: Franco Schioppa
Fotografía: Gualtiero Manozzi
Guion: Barbara Alberti; Amedeo Pagani; Francisco Ariza; Jose
Gutierrez Maesso; Francesco Barilli
Producción: Tommaso Dazzi; Paolo Fornasier; Tadeo Villalba;
José Gutiérrez Maesso
Intérpretes:
Leonora Fani (Rosa); Luc Merenda
(Rodolfo); Francisco Rabal (Inquilino escondido de Marta); Jole Fierro (Amante
de Rodolfo); José María Prada (Invitado del Hotel) ; Lidia Biondi (Marta); Máximo
Valverde (Miliciano); Francesco Impeciati (Guido); Carlo Totti (Fascista); Maria
D'Alessandro (Prostituta); Diala Caruso
(Prostituta); Wolfango Soldati (Fascista); Luigi De Santis; Arnaldo Caivano…
Se oye un trueno en medio de la noche y un relámpago ilumina
durante un segundo el patio y la fachada de la Pensión Sirena, un lugar
suntuoso típico de las zonas de veraneo que ha conocido tiempos mejores. A
pocos metros hay una ensenada en la que se adentra la orilla de un lago. Vemos
llegar a través de la frondosa vegetación a Julia navegando una barquichuela
con pértiga. Sale a la superficie abierta antes de dejar el pequeño navío en el
embarcadero que se mete en tierra. La imagen es como la de un Caronte que se ve
sobresaltado por un alma que practica submarinismo en medio metro de
profundidad. Julia es hija de Marta, la
dueña del hotel y el nadador es uno de los inquilinos. Apenas ha puesto los
pies en el remanso que inicia el camino a casa es abordada de nuevo por otro
cliente.
El negocio familiar se encuentra en un pueblecito de Italia
cerca de la frontera con Suiza y la acción transcurre durante la Guerra
Mundial. La pensión se mantiene con unos pocos clientes que se sienten
protegidos allí de los horrores de la guerra. Marta se esfuerza por mantener el
buen servicio a base de trabajo y sacrificio pero el presupuesto no alcanza
para cubrir todos los gastos y tiene que aguantar a unos huéspedes y a un
servicio que no colaboran. Una gente que abusa de su confianza y molestan a su
joven hija adolescente de forma libidinosa.
Julia pasa sus días agobiada por la presión de las
penalidades económicas y por tener que relacionarse con personas a las que
detesta. Ella es muy joven pero su belleza desata los bajos instintos en los
hombres y provoca celos en las mujeres. Consigue salir adelante gracias al amor
y apoyo incondicional de su madre, a su fuerza de voluntad para estudiar y a la
esperanza de que vuelva su añorado padre cuando termine la guerra.
Pero una noche fatídica ocurre un accidente que cambiará la
vida de la chica. Tendrá que empezar a ocuparse ella sola de la Pensión.
Desde mediados de los 60 y en buena parte de la década
posterior se instauró temporalmente en Europa una forma de hacer cine sugestiva
y conceptual que en la convulsa Italia cerró la etapa del neorrealismo que
estaba empezando a ser mal visto por los gobiernos democristianos. En Francia
ocupó el lugar de la nouvelle vague como consecuencia de una evolución estilística
natural de los creadores. Esta deriva fue hacia la vanguardia en unos casos y
hacia el surrealismo en otros. El peso de los Erice, Buñuel, Saura, Polanski,
Sjöman, Makavejev, Fellini, Antonioni o el grupo pánico de Jodorowski, Arrabal
y Topor se dejó notar en numerosas cintas y fue asumido por cineastas
inconformistas que buscaban ir un paso más allá del éxito comercial.
Francesco Barilli fue uno de los creadores que decidieron transgredir
la corrección formal. Miembro de una familia de artistas orientó su vocación
hacia la pintura y el cine trabajando como actor con Bertolucci en “Antes de la
Revolución” (1964), asistente de dirección con Passolini en “Pajaritos y
Pajarracos” (1966) y guionista con Aldo Lado en “¿Quién la ha Visto Morir?”
(1972) y Umberto Lenzi en “El País del Sexo Salvaje” (1972). Dos años después
debutaría él mismo detrás de las cámaras con “Il Profumo della Signora in Nero”
(1974) y en 1973 realizó su segundo y último largometraje hasta hoy: “Pensione Paura”
Lo primero que nos llama la atención de la película es la
cuidada puesta en escena con una bella fotografía y un majestuoso empleo de la
luz cuando vemos a Julia llevando la barca por la albufera. La formación en
Bellas Artes de Barilli estará de manifiesto en las imágenes durante todo el
film haciendo gala de notables recursos narrativos y encuadres sorprendentes
que sostienen la mirada del espectador en los pocos momentos en que se puede
relajar el interés sobre la acción.
La historia es pura metáfora. Una burguesía que busca
refugio en un lugar cerrado que se vuelve claustrofóbico donde cada uno saca lo peor de si mismo y lo
proyecta sobre los más humildes que luchan por no sucumbir a la bajeza. Los
inquilinos representan los vicios de la moral, la lujuria, la cobardía, la
falsedad, la envidia, la soberbia, la violencia, la envidia, la codicia. Julia
lucha por mantener sus valores pero no se lo ponen fácil.
Busca la ayuda del cura de la villa pero se nos presenta al
representante del clero como un personaje repugnante que solo se preocupa por
sus propios intereses. La gula, la avaricia y la lascivia se manifiestan ante
la resignación de Julia. Únicamente el joven Guido se presta generoso y puro en
sus sentimientos hacia su amiga.
El fantasma de la guerra está en el ambiente para mostrar la
descomposición familiar y la miseria humana de quienes dan la espalda a la
realidad y al compromiso.
El ambiente se va apoderando de Julia que va experimentando
una transformación al tiempo que el film se va enrareciendo y nos sumerge
abiertamente en un extraño surrealismo.
Pero en Italia se producía un cine
fantástico de altísima calidad que junto con el giallo, género autóctono,
marcaron profundamente a Barilli como ya dejase patente en su ópera prima.
Así que antes de la llegada del máximo “Angel Exterminador” tenemos
dos crímenes misteriosos y la muerte de una persona que cae por la escalera y que podemos también sospechar que es un
asesinato. La película experimenta varios
“tours de force” que a pesar de su poca sutileza se suceden con tanta elegancia
que los aceptamos sin poner reparos.
El interior de la casona contrasta con el amplio y luminoso
entorno natural. Dentro todo son decorados pasados de moda, sombras, largos
pasillos, escaleras estrechas, humedades, recuerdos en desorden y una planta superior
semi abandonada en un estado lamentable.
El final nos muestra a la protagonista que ha asumido su
condición de custodia de la pensión después de haber perdido la inocencia y
enfrentado a los fantasmas. Ya no tendrá que luchar con monstruos porque ella
es el monstruo y termina comportándose ineludiblemente con su salvador de la
misma forma como los adultos se han comportado con ella llegando a malearla de forma
irreversible.
Julia está interpretada por Leonora Fani, una actriz que con
23 años aparentaba 16 y aportaba el aspecto candido e ingenuo que necesitaba el
personaje. Pone los pelos de punta la expresión de su cara cuando al pie de la
escalera en el lugar del accidente se refleja la sensación de que su mundo
acaba de venirse abajo. Contrasta con su actitud decidida cuando emprende la
tarea de ocuparse de la pensión o se enfrenta con sus acosadores.
Luc Merenda es el gigoló hijoputa Rodolfo. Actor de
imponente presencia encarnando en este film a un personaje asqueroso pero de
gran importancia en la trama. Le da la réplica la veterana Jole Fierro. Su
interpretación es muy sólida aportando la necesaria ambigüedad a la mujer que
acompaña a Rodolfo.
Jose Maria Prada es un desquiciado pobre hombre obsesionado
con la muerte y la desgracia.
Francisco Rabal es un combatiente desertor que vive arriba
escondido. Intuímos alguna relación especial con Marta la propietaria más allá
del momentáneo cunnilingus. Parece todo lo opuesto al padre al que tanto añora
Julia.
La película ofrece varios momentos intensos que quedan en la memoria. Yo destacaría:
- La forma en que aparecen haciendo piña todos los inquilinos
en el lugar del presunto accidente, puro surrealismo.
- La terrible escena de la violación
- El sueño en el que la chica ve la representación de sus
temores
- El sucio bautismo al que los depravados someten a Julia
- La secuencia Giallo, con auténtico clima de terror. El
crimen, la ocultación de los cuerpos por el pasillo…
- El erotismo doméstico que muestra la protagonista ante el
espejo y en la intimidad de su habitación. Lozano cuerpo tierno y blanco de
poblado pubis.
Bella banda sonora con un tema central que se va alternando con
la melodía recurrente de un tango que los personajes pinchan en u tocadiscos.
“La Violación de la Señorita Julia” es una película de
culto, realizada con exquisitez y que con cada revisión resulta más
cautivadora.
Calidad Cinematográfica:
8
Psicotronia: 7
Gore: 4
NOTAS:
El cartel español de la película apuntaba que detrás de “La
Violación de la Señorita Julia” estaban los creadores de “El Portero de Noche”
(1974). El anuncio además de ser una sucia estrategia comercial lo cierto es
que tenía una parte de verdad ya que Barbara Alberti y Amedeo Pagani fueron
guionistas de la película de Liliana Cavani
APUNTES CINEFILICOS:
Podemos encontrar en la presentación de los personajes y su
extraña convivencia cotidiana referentes en Buñuel de “El Angel Exterminador”
(1962), “Tristana” (1970) y “El Discreto Encanto de la Burguesía” (1972).
Nos recuerdan a Passolini las escenas de la inocente y
campestre relación de Julia y Guido.
El marco de la guerra presente como subtrama determinante en
el desplome de la comunidad y sus estructuras
como en el Saura de la época de “El Jardín de las Delicias” (1970) o
Bertolucci de “El Conformista” (1970). El miedo omnipresente que conduce a
actitudes rastreras.
Hay en “Pensione Paura” atmósferas típicas del surrelismo
barroco setentero de films como “La Casa de las Palomas” (1972), “La Campana
del Infierno” (1973) ambas del malogrado Guerin Hill, “Fata Morgana” (1965) de
Aranda, “Pecado Mortal” (1976) de Miguel Angel Diez, ¿Qué? (1973) de Polanski , “Los Ojos Azules de la
Muñeca Rota” (1973) de Aured, “Luto Riguroso” (1977) de Larraz, del Fellini
posterior a “8 y Medio” (1963), y características de todo Giallo realizado por aquellas fechas.
La llegada del vehículo que va a hacer justicia y que Julia
confunde con el advenimiento de su padre me recuerda a “Dogville” (2003) de Von
Trier.
Los habitantes que conviven en la casa y la claustrofóbica
relación que se va pudriendo con Julia me hacen pensar en “El Quimérico
Inquilino” (1976) de Polanski.
Hay otras casas conocidadas que se acaban apoderando de sus
inquilinos. Me acuerdo de “Barton Fink” (1991) de los Cohen y del hotel
Overlook donde Jack se queda con el puesto de vigilante para siempre.
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