Dir.: Carlos Sorin
Argentina / España.- 97 Min.
Comedia / Dramática / Road movie
Dolby digital.- Color.- 35 Mm.
Música: Nicolas Sorin
Intérpretes: Juan Villegas (Juan Villegas), Walter Donado
(Walter Donado), Rosa Valsecchi (Susana), Mariela Diaz (Hija de Coco), Claudina
Fazzini (Claudina), Kita Ca (Madre de Claudina)…
“Bombón, el perro” es
una de las muchas exquisiteces que nos depara el moderno cine argentino. Una
producción sencilla realizada con cariño y que deja un regusto muy agradable.
La película empieza mostrándonos a Coco Villegas intentando
vender a los empleados de una industria unos cuchillos a los que el les fabrica
el mango de forma artesanal.
En cuatro trazos se nos sitúa contextual y
socialmente: el hombre que trata de ganarse la vida como puede; las máquinas
bombeando petróleo nos dan a entender que es una tierra con recursos; el guarda que hace la vista gorda a cambio de
una compensación.
Imposible expresar más con tan poco.
Villegas tiene 52 años y ha pasado los últimos 30 trabajando
en una estación de servicio. Una renovación de plantilla lo dejo en la calle.
Ahora vive con su hija, nietos y yerno en una pequeña casa donde entra poco
dinero. Busca trabajo con su inseparable IKA Estanciera de 1965 pero a su edad es complicado.
Pero como es buena persona obtiene pequeñas compensaciones y
por hacer un favor mecánico a una linda lugareña le regalan un perro, un dogo
argentino, la raza más peligrosa de perros que existe, prohibidos en varios
países.
No es un chucho cualquiera, tiene pedigree y papeles, es
hijo de unos campeones.
Y así por avatares del destino Coco descubre el mundo de la
exposición y cría de perros. Ahora gracias a su hosco nuevo compañero se siente
más persona que junto a su propia familia, en una sociedad que rechaza a los
perdedores aunque lleven toda su vida trabajando.
Ahora se encuentra con que el perro tiene más oportunidades
que él mismo. Hábil discurso en segundo plano acerca de la escala de valores
morales en el siglo XXI.
Gracias a Bombón conocerá a una serie de personajes que le
introducen en el mundillo de los amantes de los perros.
Cuando ya está casi convencido de que su suerte ha
cambiado se vuelve a encontrar de cara con la fatalidad que revertirá
finalmente en esperanza como premio a su integridad personal.
Que una película esté realizada con sencillez y sin
pretensiones no significa necesariamente que no pueda ser inteligente y
brillante, cuidando hasta el último detalle y presentando una galería de
personajes que certeramente retratan un diverso paisaje humano muy reconocible.
Hay que destacar a el gordo Walter, esa clase de individuos a
la vez pegajosos, brutos y calculadores que se mueven en las pantanosas aguas
de la ambigüedad y nunca llegas a estar seguro de que puedas tenerles
confianza.
Incluso se nos hace casi cotidiano algo tan ajeno para quien
no lo ha vivido de cerca como es la
afición por los perros y todo lo que rodea ese ambiente. Asi es la naturalidad
con la que todo fluye en esta narración.
Grandes actores que transmiten con gestos, con miradas. Es
asombroso que el duo de protagonistas no hubieran trabajado antes en ninguna
película. Situaciones de ácida comicidad como cuando a Coco le dan el “rasca”
en la gasolinera o cuando Walter concierta una cita con un tipo para que Bombon
monte a su perra y se tiene que presentar Villegas al encuentro sin saber muy
bien que hacer. O cuando en el banco el chucho deja un recadito, broma que
pudiendo ser grosera queda finamente mordaz.
Magníficos los momentos finales de la búsqueda del perro por
los arrabales llegando al desolador laberinto de ladrillos. Como llegar al fin
del mundo, al final del camino.
Muy buena película. Cine con clase para todos los públicos
sin mentiras, sentimentalismos ni ñoñerías.
Notas:
“Bombón, el perro” es la quinta película en la trayectoria
como director de Carlos Sorin. Antes ya había llamado la atención con
“Historias mínimas” (2002). Un director a tener muy en cuenta.
Calidad cinematográfica:
8
Psicotronia: 5
Gore: 2
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